Nace en España el primer pueblo “startupero”
Villahoz, en Burgos, se convierte en un acelerador de startups
Publicada 18/09/19- La Comisión potencia la creación de hubs de innovación en ciudades secundarias y en el ámbito rural para democratizar el acceso al talento
- Villahoz, de 300 habitantes, acogerá a tres startups de Estonia y una academia de Fintech para formar a entre 20 y 25 futuros empleados
- Con el programa Europa Innovadora se va a financiar innovación disruptiva, a startups con altas posibilidades de que fracasen
Isidro Laso, subdirector de Ecosistemas de Innovación del European Innovation Council (EIC) de la Comisión Europea, ha recalcado la importancia de “crear ecosistemas de innovación con gente involucrada, ya sean grandes empresas o sector público, e interconectada”. Por ello la Comisión potencia la creación de pequeños hubs en ciudades secundarias de toda Europa, más allá de las grandes capitales, e incluso en el ámbito rural, también con el fin de luchar contra la despoblación. Nacen así los pueblos “startuperos”, uno de ellos acaba de iniciar su actividad en Burgos: Villahoz. Laso ha detallado estos proyectos durante su participación en el Travel Innovation Summit organizado por Top Seeds Lab y Deloitte en Madrid.
Villahoz es el primer pueblo “startupero” en España -el término en inglés es Startup village-, un municipio de 300 habitantes donde acaba de inaugurarse un espacio de coworking en el que se instalará una startup de Estonia que prevé contratar a unas 20 o 25 personas. Para formar a ese personal que necesitará va a instalar una academia de Fintech, a la que posteriormente se sumarán otras dos startups estonias centradas en el sector de la educación, que también necesitarán desarrolladores de software y analistas de mercado. De este modo, como lo ha definido Laso, “todo el pueblo se convierte en un acelerador de startups”.
Y es que, según ha explicado el representante del EIC, “la concentración geográfica de la actividad de innovación en las ciudades, donde vive hasta el 10% de la población pero sin embargo trabaja entre el 70% y el 80% de las startups -en el caso de España, en Madrid y Barcelona-, genera una reacción negativa en el resto de la sociedad frente a esa élite por la mayor concentración de riqueza y poder de la historia”.
El problema, como ha reconocido, “no es el acceso a la financiación si tienes una buena idea, sino el acceso al talento a costes razonables, y la falta de unicornios (startups valoradas en más de 1.000 millones de dólares) y gigantes tecnológicos (por encima de 100.000 millones) que puedan tirar del carro invirtiendo en esas startups”.
Para democratizar los procesos de innovación de las startups la Comisión Europea, a través del European Innovation Council, promueve la agrupación de ciudades secundarias, como Bilbao o Málaga en el caso de España, porque “cada una por sí sola no puede competir con las grandes capitales, pero conectándose y cada una especializándose en determinado área, sí. De hecho ya existe una colaboración muy potente entre Málaga y Sevilla, Lyon y Nantes o entre las segundas ciudades de Rumanía y Bulgaria. Así se construyen puentes que cubren esas brechas con las grandes capitales y la gente se une con un objetivo común”.
Horizonte Europa
Asimismo, el tercer pilar del plan Horizonte Europa puesto en marcha por la Comisión es el programa Europa Innovadora, con el que se han propuesto “financiar innovación disruptiva”. Tanto es así que, según ha avanzado Laso, “se van a financiar startups con altas posibilidades de que fallen. Los proyectos se presentarán a tres inversores y si todos dicen que tiene opciones, no se financia. Porque quién hubiera apostado por que Facebook fuera a tener éxito. A la iniciativa también se sumarán gerentes de proyecto del sector privado para valorarlos y ayudarles con sus contactos”.
El programa, como ha precisado, “tendrá un presupuesto de 10.500 millones de euros destinado a esta innovación disruptiva, 3.000 millones gestionados por el Instituto Tecnológico Europeo de Innovación para abrir la puerta a las Universidades para que participen, y 500 millones más para conectar ecosistemas. Además a partir de 2021 se podrá sumar la financiación de distintos fondos europeos, algo que hasta ahora no se podía hacer, de manera que se podrá cubrir hasta el 60% de la inversión y esos 500 millones pueden llegar a alcanzar 2.500 millones de impacto en cualquier ecosistema”.
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