Thomas Cook: los parlamentarios exigen medidas para evitar más quiebras
El comité critica duramente la dejadez del Ejecutivo británico para regular el gobierno corporativo y las auditorías
Publicada 06/11/19El comité del Parlamento británico que ha investigado la quiebra de Thomas Cook desde el pasado 26 de septiembre ha difundido sus conclusiones finales con una carta a la secretaria de Estado de Empresa, Energía y Estrategia Industrial, Andrea Leadsom, en la que exige de manera urgente una reforma de las prácticas de los gobiernos corporativos y de los auditores para que no vuelvan a repetirse casos como el del turoperador.
La carta (ver aquí, en inglés), fechada el 30 de octubre, recuerda que el colapso de Thomas Cook provocó "la pérdida de miles de empleos, sufrimiento e inquietud en los clientes y un significativo coste para los contribuyentes".
La misiva firmada por la presidenta del Comité de Empresa, Energía y Estrategia Industrial (BEIS, en sus siglas inglesas), la diputada Rachel Reeves, explica que la investigación ha abordado distintos asuntos, sobre todo relacionados con el gobierno corporativo y las auditorías empresariales que han sido comentados en anteriores informes del BEIS.
Sin embargo, señala la carta, "es frustrante que el Gobierno no ha actuado de acuerdo a las recomendaciones de este comité. Parece que no se ha aprendido las lecciones de informes previos sobre fallos corporativos y no se ha impulsado la legislación requerida para transformar el Financial Reporting Council (Consejo de Informes Financieros) en un regulador más poderoso".
La misiva lamenta que, ante la disolución del Parlamento por la convocatoria de elecciones, no se haya podido elaborar un informe más detallado de "los fallos en el gobierno corporativo, las auditorías y la actuación del Gobierno, sobre todo con respecto a los exempleados de Thomas Cook".
A modo de resumen del informe de recomendaciones del BEIS, la carta insta a que el próximo comité controle el progreso en la reforma de la regulación de la dirección empresarial. "La presión política puede y debe prestar atención a los errores y fallos, pero sin reguladores armados con los poderes y recursos necesarios un cambio duradero en la cultura empresarial no se va a producir", afirma.
"Es necesario tanto tomar medidas urgentes como aprobar la introducción de una nueva legislación para dar más capacidad de maniobra a los reguladores, con el objetivo de acabar con el impacto de los errores empresariales en los empleados, consumidores, proveedores y contribuyentes", concluye la carta.
Reprimenda a los directivos
La presidenta del comité también ha hecho una declaración pública en la que critica con dureza el comportamiento de los directivos y, en especial, del exCEO de Thomas Cook, Peter Fankhauser.
"Está claro que una serie de decisiones erróneas en Thomas Cook condujeron a su quiebra. La acumulación de deuda, planes comerciales confusos, la falta de desafíos en la sala de juntas y por parte de los auditores y las prácticas contables agresivas contribuyeron al hundimiento de la compañía”.
Rachel Reeves añade que "durante nuestra investigación, hemos sido testigos de recriminaciones mutuas, pero muy poca humildad de quienes han estado al frente del negocio. Los directivos y la alta gerencia se llevaron grandes sumas de sueldos anuales y bonus que el personal de Thomas Cook solo habría soñado ganar durante toda su vida profesional. El señor Fankhauser nos dijo que reflexionaría sobre los enormes salarios que ha ganado. Dadas las riquezas que Thomas Cook vertió en sus bolsillos, espero que el señor Fankhauser se dé cuenta de que ahora es el momento de corregir el mal que ha hecho".
También ha tenido palabras para el exCEO, Manny Fontenla-Novoa. "Se disculpó, pero parecía incapaz de identificar cualquier cosa que hubiera hecho de manera diferente durante su mandato y seguir acumulando deuda en Thomas Cook", señala Reeves.
Sobre la exCEO Harriet Green, asegura que "las circunstancias de su partida siguen sin estar claras, pero su visión del negocio probablemente habría supuesto menos tiendas y menos personal. Nunca sabremos si podría haber rescatado la compañía".
Por último, la presidenta del BEIS vuelve a arremeter contra la pasividad de la Administración en los días previos a la quiebra del turoperador y en la reforma de la administración empresarial y las auditorías.
"El fracaso en Thomas Cook también ha sido notable por la extraordinaria falta de interés mostrada por el Departamento de Empresa y su secretaria de Estado en los días y semanas previos a la quiebra. También es un hecho que muchas de las medidas necesarias sobre auditorías, remuneración de los ejecutivos y el gobierno corporativo han estado en la bandeja de entrada del Gobierno durante meses".
Pese a las propuestas del BEIS y otros organismos para reformar el mercado de auditorías, abordar los conflictos de intereses y mejorar la calidad de la auditoría de las cuentas, "el Gobierno no presentó la legislación necesaria para impulsar esto", recrimina Reeves, que confía en que "el próximo Parlamento apruebe las leyes necesarias para que esto sea una realidad".
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