Acusan a la aerolínea de permitir trabajar a Lubitz tras sufrir una depresión grave con "tentaciones suicidas", en 2008

Víctimas del accidente de Germanwings demandan a Lufthansa por negligencia

Publicada 27/11/19
Víctimas del accidente de Germanwings demandan a Lufthansa por negligencia

Cuatro familiares de víctimas del accidente aéreo de Germanwings han demandado a la compañía matriz Lufthansa por "negligencia" y le reclaman que eleve sus indemnizaciones, al entender que el duelo de los afectados se ha "cronificado por tratarse de un acto intencionado".

En el juzgado mercantil número 10 de Barcelona, se ha iniciado este martes el juicio por el accidente aéreo, ocurrido en marzo de 2015, cuando Andreas Lubitz, copiloto del vuelo de Germanwings que había partido del Aeropuerto de Barcelona-El Prat con destino a la ciudad alemana de Düsseldorf, estrelló el avión en los Alpes franceses, provocando la muerte de 150 personas, entre ellas 35 españoles.

El abogado de la defensa de las familias de estas cuatro víctimas, tres españolas y una inglesa, Carlos Villacorta, ha esgrimido en declaraciones a Efe que Luthansa es "responsable judicialmente" del siniestro aéreo por "negligencia", debido a tres motivos.

Villacorta ha referido que Lufthansa concedió la licencia de piloto a Lubitz poco después de haber sufrido una depresión grave con "tentaciones suicidas", en 2008, que durante este año y el 2015 la compañía alemana no le sometió a ninguna revisión psiquiátrica y que poco antes del accidente aéreo presentó tres bajas que no fueron suficientemente investigadas dados sus antecedentes.

Ha recordado, en este sentido, que el centro de formación de pilotos, el servicio médico y los protocolos de seguridad área son competencia de esta compañía aérea alemana.

Además, los afectados reclaman que se reconozca que "el duelo" de las familias se ha "cronificado" puesto que para la parte demandante fue un "acto intencionado" por parte del copiloto y no "voluntario" como sostuvo en su momento Germanwings.

Durante el juicio, que ha comenzado con los testimonios y los peritos que ha presentado la defensa, la psiquiatra y perito judicial propuesta por los familiares, Marta Navas, ha subrayado que el porcentaje de "recaída" y "recurrencia" de una persona que ha sufrido una depresión grave con "ideas suicidas" va del 50 al 85%. Por lo cual, ha resaltado que deberían haberse "desatado todas las alarmas" cuando presentó entre 2014 y 2015 tres bajas laborales -ocultó otras tres y se sometió a tratamiento médico privado-, sin que ningún especialista de la compañía aérea detectara su "trastorno psicótico".

Lubitz "era consciente de que se iba a suicidar, era plenamente consciente, porque tenía un juicio de realidad alterado, catastrofista y de ruina", ha declarado durante el juicio. Para esta psiquiatra y perito judicial, Lufthansa "no hizo su trabajo", al no someter a ningún control a Lubitz y "nunca" debería haberle declarado apto para pilotar un avión.

Otra de las personas que ha testificado, Orlando Giménez, perito judicial y piloto con una trayectoria profesional de 40 años, ha explicado que, por su trabajo, se somete a controles psiquiátricos cada seis meses, y ha calificado los protocolos de seguridad de Lufthansa de "completamente ineficaces, laxos y con puntos muy débiles".

Ha agregado que "no cumplía" con ninguno de los requisitos para ser piloto, pero que primó la inversión, porque formar a los tripulantes de cabina cuesta mucho dinero: "Se sacrificó la seguridad del vuelo", ha dicho.

Durante el juicio, también han declarado dos psicólogos que aseguran que las familias sufren un "trastorno de duelo persistente", ya que superado el plazo medio de doce meses para que haya síntomas de mejoras y los síntomas empiecen a remitir, estos "se han intensificado", debido a las circunstancias de la muerte.

Además de Lufthansa, la demanda se dirige también contra Germanwings y contra la aseguradora Allianz Global, demandados que mañana presentarán a sus testigos durante el juicio, antes de las conclusiones de ambas partes.

La Audiencia de Barcelona ya rebajó a la mitad las indemnizaciones que la justicia había concedido a familias de las víctimas -con sumas de hasta 105.000 euros-, al estimar parcialmente la demanda que habían presentado, cuestión que ahora está en el Tribunal Supremo, mientras que otras aceptaron de entrada el dinero que les ofrecieron las aseguradoras, de unos 50.000 euros.

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