¿Los clientes de hotel están a la altura de la economía circular?
Es necesario reforzar la educación y la concienciación ya desde niños
Publicada 30/11/19- Existe una doble moral en clientes que exigen al hotel un compromiso de sostenibilidad pero luego se exceden en los consumos
- Hay barreras de desconocimiento y de comunicación, porque la economía circular no es más que aplicar el sentido común
- David Mora ha propuesto “gamificación y relato para involucrar al cliente, no ya sólo en el hotel sino también en el destino”
Los expertos que durante dos días han participado en el Seminario INTO para analizar los retos y oportunidades que representa la aplicación de los principios de la economía circular al turismo, han coincidido en señalar la necesidad de reforzar la educación y la concienciación en edades muy tempranas. Y es que existe una doble moral en clientes de hotel que exigen al establecimiento un compromiso de sostenibilidad pero luego se exceden en los consumos, energéticos y alimentarios, porque se creen con derecho a ello sólo porque lo han pagado.
La economía circular, como ha afirmado Antonio Ballester, CEO de Estel Ingeniería y Obras, “depende de cada uno, porque los principales consumos no se producen en los hoteles sino en nuestra casa, donde es fundamental la educación desde niños. Porque la gente está muy concienciada, pero cuando está fuera de casa abusa de todo, por ejemplo con consumos de agua en los hoteles que son una barbaridad”.
Ballester ha hecho referencia a “esa doble moral, porque como cada uno en su casa paga por sus consumos reduce el gasto, pero en los hoteles como paga otro, todo está permitido. Ocurre también en el buffet, donde se desperdician toneladas de comida”.
En este sentido en Iberostar, según ha explicado Soraya Romero, su directora de Sostenibilidad para EMEA (Europa, Oriente Medio y África), se están planteando “poner platos más pequeños, porque lo que quieren estos clientes es llenarlos hasta arriba, sobre todo en los todo incluido, donde más se exceden. Consideran que como han pagado tienen derecho a todo y no se paran a mirar más allá”.
Y eso que, como ha recordado Joan Enric Capellà, fundador y CEO de Som Hotels, “el cliente internacional mayoritario en nuestros establecimientos es el europeo, que está más concienciado, pero aquí se cumple de nuevo el dicho de donde fueres haz lo que vieres. Debemos ponerles los cauces para que tomen conciencia”.
No en vano Ballester ha reconocido que “existen barreras de desconocimiento y de comunicación, porque la economía circular no es más que aplicar el sentido común de nuestros mayores, de cuando tienes pocas cosas y no te sobran. Lo que pasa es que nos hemos metido de lleno en la economía de usar y tirar y tenemos que cambiar el chip, cambiar de cultura, volver a hacer lo que todos hacían en el pasado”.
Y es que la forma en la que el hotel se lo comunica al cliente influye mucho, según ha subrayado Romero, citando un experimento realizado hace años en el que el mensaje que se tradujo en una mayor reutilización de las toallas fue simplemente el de “consume como en tu casa. Porque es una cosa de todos, no atañe sólo al turista”.
Sin embargo, como ha indicado Marta Jacob, profesora titular del Departamento de Economía Aplicada de la UIB (Universidad de las Islas Baleares), “no se le da a conocer al cliente, no se vende como atributo”. Pero es que, en el caso concreto del programa de Iberostar Ola de cambio, en palabras de Romero, “queremos que el huésped lo conozca una vez que esté en el hotel porque no queremos utilizarlo como un argumento de marketing, no queremos que se convierta en un motivo de compra”.
¿Gamificación?
Uno de los participantes en el debate, entre el público, ha propuesto “hacer más partícipe al cliente, motivarle con estrategias de gamificación para que participe”. En esta misma línea David Mora, consultor de Emoturismo, ha sugerido “gamificación y relato para involucrar al cliente, no ya sólo en el hotel sino también en el destino”.
Pero para ello también sería necesario aplicar mediciones de consumo por habitación, con el fin de premiar a los que mejor lo hagan, aunque según ha informado Ballester ya hay una startup británica que lo ofrece pero con elevados costes.
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