El sector asiste a una transformación de zonas turísticas en residenciales
Publicada 16/12/19
- Las áreas turísticas se están convirtiendo en ciudades y los ayuntamientos tienen que establecer servicios que no son turísticos
- Es un reto que atañe tanto a las competencias de las comunidades autónomas como a los organismos estatales
- El primer efecto pernicioso de la residencialización turística “es la pérdida de empleo", según un experto
El 30% de la población empadronada en el municipio grancanario de San Bartolomé de Tirajana -donde se encuentran localidades como Maspalomas, Playa del Inglés o San Agustín-, así como el 54% de los empadronados en Arona y el 48% de Adeje –ambas en Tenerife- residen en las zonas turísticas. Estas cifras evidencian cómo áreas que fueron concebidas para el turismo se están transformando en residenciales, como se puso de manifiesto en la séptima edición del Foro Internacional de Turismo de Maspalomas que se ha celebrado en el sur de Gran Canaria del 12 al 13 de diciembre.
Dichos datos corresponden a un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL) y fueron expuestos en dicho foro por el subdirector de la Cátedra de Turismo CajaCanarias-Ashotel de la misma, Moisés Simancas, que participó en la mesa redonda sobre residencialización de las áreas turísticas.
Se trata de "un problema que atañe tanto a las competencias de las comunidades autónomas como a las estatales”, señaló durante su intervención la catedrática de Derecho Civil de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Carmen Pérez Ontiveros, quien también consideró que se trata de un problema de “límites”.
Afrontar la transformación en zonas residenciales de zonas que no fueron concebidas como tales, sino como espacios al servicio del turismo, supone moverse “en un terreno en el que hay que compatibilizar los intereses públicos, que tampoco pueden ser caprichosos o aleatorios sino que deben estar bastante fundamentados”, afirma Carmen Pérez
“Las áreas turísticas se están convirtiendo en ciudades y los ayuntamientos tienen que establecer servicios e infraestructuras que no son turísticos, como pueden ser los aparcamientos”, dijo Simancas. Además, recordó que “el uso residencial o vivienda vacacional siempre ha existido” porque hasta hace algunos años jubilados de toda Europa se desplazaban hasta las zonas turísticas para pasar su tiempo libre.
Modelo fallido
La residencialización de estas áreas se compagina con el turismo en sí con “naturalidad”, de acuerdo con el concejal de Turismo de San Bartolomé de Tirajana, Alejandro Marichal, que destacó que en el caso de Canarias “desde el punto de vista de las leyes turísticas y desde el urbanístico trata de separarse”, lo que ha considerado “un modelo fallido”.
En este municipio “más de 7.000 personas residen en la zona turística” y, por lo tanto, el objetivo con vistas al futuro es “consolidar este uso residencial desde el planteamiento urbanístico”, dado que las leyes turísticas son competencia de la comunidad autónoma, añadió.
Para el abogado y propietario de BG Abogados y consultores, Carlos A. Bethencourt, el primer efecto pernicioso de la residencialización turística “es la pérdida de empleo”, algo con lo que coincidió con el presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos de la Provincia de Las Palmas (AEAT), Tom Smulders, que señaló que puestos de trabajo como los camareros y los recepcionistas “se están viendo afectados desde dentro”.
Para Carmen Pérez Ontiveros, la problemática de esta materia afecta “a derechos” como el de la propiedad y la solución es “una cuestión de diálogo, de no limitar los derechos de otro, sino de compaginarlos”
El economista Rafael Molina Petit consideró que esta situación, en concreto en la zona turística de Playa del Inglés, se ha generada “por la inexistencia de una gestión pública que realmente intervenga defendiendo los intereses de los ciudadanos afectados”
De este modo, propuso, en concordancia con lo que indicó la catedrática, que se defina de forma conjunta “el modelo ideal” para afrontarlo, “teniendo en cuenta el interés general” .
“De lo que se trata es de nunca imponer, siempre regular”, añadió Moisés Simancas. Y recordó que el modelo turístico también se encuentra en un cambio constante, al igual que los turistas que viajan.
A su juicio, “el turismo sirve para mejorar la calidad de vida de los residentes y por lo tanto, a la hora de plantear si tenemos que residencializar, hay que tener en cuenta” si esta actividad aportará beneficios a la población local.
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