Boeing cesa al CEO Dennis Muilenburg en medio de la crisis por el 737 MAX
Publicada 23/12/19
La Junta Directiva de Boeing ha cesado a Dennis Muilenburg como CEO y director de la Junta con efecto inmediato, nombrando al actual presidente, David Calhoun, en ambos cargos a partir del 13 de enero de 2020, si bien en octubre pasado fue despojado de parte de sus responsabilidades (ver: Boeing despoja al CEO Muilenburg de sus funciones de presidente de la junta). Calhoun seguirá siendo miembro de la Junta. Además, el miembro de la Junta Lawrence Kellner pasará a ser presidente no ejecutivo de la Junta con efecto inmediato. El fabricante aeronáutico estadounidense ha querido renovar el liderazgo para salir de la coyuntura crítica generada por la crisis del Boeing 737 MAX y recuperar la confianza de los reguladores y sus clientes.
Lo cierto es que Muilenburg ha enfrentado críticas fulminantes por la forma en que él y Boeing manejaron la crisis del 737 MAX. El director Financiero de Boeing, Greg Smith, se desempeñará como CEO interino durante el breve período de transición, mientras que Calhoun renuncia a sus compromisos no relacionados con Boeing.
El Consejo de Administración decidió que era necesario un cambio de liderazgo para restaurar la confianza en el avance de la empresa, a medida que trabaja para reparar las relaciones con los reguladores, los clientes y todas las demás partes interesadas.
Bajo el nuevo liderazgo, Boeing espera operar "con un compromiso renovado de total transparencia", incluida una comunicación efectiva y proactiva con la Administración Federal de Aviación (FAA), otros reguladores globales y sus clientes.
"En nombre de toda la Junta Directiva, me complace que Dave haya aceptado liderar a Boeing en esta coyuntura crítica", dijo Kellner. Agregó que Calhoun tiene "una amplia experiencia en la industria y un historial comprobado de liderazgo fuerte, y reconoce los desafíos que debemos enfrentar. La Junta y yo esperamos trabajar con él y el resto del equipo de Boeing para asegurar que hoy se marque un nuevo camino a seguir para nuestra empresa".
Calhoun, por su parte, reiteró su confianza "en el futuro de Boeing y el 737 MAX. Me siento honrado de liderar esta gran compañía y los 150.000 empleados dedicados que están trabajando arduamente para crear el futuro de la aviación".
Los que pagan los platos rotos
La situación de Muilenburg aparentemente se había vuelto menos sostenible en las últimas semanas a medida que la FAA ha retrasado los esfuerzos públicos y privados de Boeing para regresar el MAX a la aeronavegabilidad, lo que sin duda tuvo una gran influencia en la decisión de la compañía de detener la producción de MAX la semana pasada.
Muilenburg fue ‘brutalmente’ interrogado por dos comités del Congreso este año sobre la debacle de MAX, en los que se le acusó de anteponer los intereses económicos de la empresa a la seguridad aérea y las vidas que se perdieron en los dos accidentes mortales registrados por aviones del cuestionado modelo.
Hace dos meses, también salió de Boeing al ejecutivo a cargo de su negocio de aviones comerciales, Kevin McAllister. Boeing ganó US$ 374 millones de dólares hasta septiembre, un 95% menos interanual, mientras permanecen vetados en todo el mundo sus aviones 737 MAX. Algunos analistas señalaron que era una consecuencia directa había sido la renuncia del CEO y presidente de la división Boeing Commercial Airplanes (ver: Boeing resigna 95% de sus ganancias y pierde a uno de sus jefes).
La compañía no aclaró si había sido un cese o una dimisión, pero lo cierto es que la división dirigida por McAllister se ha visto afectada por la puesta en tierra continua del Boeing 737 MAX, grietas estructurales inesperadas en docenas de 737 más antiguos, una prueba de seguridad fallida para el 777X que está en desarrollo, y ventas flojas del 787 Dreamliner.
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