La primera torre de control remota basada en IA es de tecnología española
Publicada 23/02/20
Indra, empresa multinacional española entre las principales compañías globales de tecnología y consultoría, ha desarrollado una revolucionaria solución de torre de control aéreo remota digital que ofrece unos niveles de seguridad y de eficiencia sin precedentes en el aterrizaje y despegue gracias al uso de la inteligencia artificial.
El nuevo sistema ofrece ahorros que pueden alcanzar el 50%, al eliminar los costes ligados a la construcción de la torre física e incrementar por otra parte la eficiencia en la explotación operativa, principalmente mediante el balanceo de carga de trabajo en sistemas ‘multi-aeropuerto’.
Se trata de la primera solución del mundo que incorpora funciones basadas en inteligencia artificial para ejecutar procesos críticos de control aéreo sin necesidad de intervención humana.
En concreto, el sistema emplea arquitecturas avanzadas de Deep Learning, entrenadas para llevar a cabo múltiples procesos operativos mediante visión artificial autónoma.
Indra explica que "es capaz de detectar cualquier anomalía en la configuración de la aeronave para comunicarla al operador. Si por ejemplo, el tren de aterrizaje de un avión no se despliega o si sus flaps no se abren correctamente antes de despegar, el controlador es alertado de forma inmediata".
Del mismo modo, el sistema identifica y sigue de manera autónoma cualquier aeronave, vehículo o persona en movimiento. "Vigila con especial atención las zonas de mayor interés, alertando de la presencia de vehículos no autorizados, personas, animales, aves, e incluso drones que puedan suponer un riesgo para la seguridad".
La solución de torre remota de Indra se ha complementado además con el sistema antidron ARMS de la compañía, capaz de neutralizar de forma selectiva cualquier UAV. "Esta solución ha sido diseñada para evitar situaciones como las vividas en diciembre de 2018 en Gatwick y Heathrow", explican.
Desde el punto de vista del visual, la nueva torre digital remota de Indra emplea cámaras 4K, que ofrecen la máxima calidad de imagen, y cuenta con visión nocturna iluminada excelente.
En lo que respecta a la usabilidad, la solución se ha integrado con múltiples sistemas externos para presentar al controlador información relevante directamente sobre la pantalla panorámica, correlacionándola con la aeronave o activo que está viendo. Se evita con ello que el operador tenga que alejar la mirada de lo que ocurre en el aire o plataforma de vuelo.
Mediante el desarrollo de esta solución, Indra supera la filosofía de los actuales sistemas de torre remota, centrados en replicar la experiencia de la torre física, y se adentra en un nuevo paradigma operativo, en el que la inteligencia artificial trabaja mano a mano con las personas.
Primer aterrizaje a control remoto
Indra ha venido trabajando en este tipo de soluciones como proveedor tecnológico con Avinor, el proveedor de servicios de navegación aérea de Noruega, en esta nueva tecnología que permitirá gestionar remotamente, desde una única posición de control, el tráfico aéreo de varios aeropuertos, como parte de la serie de validaciones que llevarán a cabo dentro del programa SESAR 2020 (ver: Tecnología de futuro: tres aeropuertos a control remoto simultáneo).
En octubre del año pasado, junto con la empresa Kongsberg y Avinor y tecnología de Indra, por primera vez, un avión de pasajeros aterrizó a distancia, en el aeropuerto de la isla de Rost, guiado por la torre de control de Bodo, situada en la zona continental de Noruega. Los controladores supervisaron la maniobra de aproximación y le dieron en remoto las indicaciones para tomar tierra de forma segura.
Está previsto que la torre remota de Bodo vaya asumiendo progresivamente el control de hasta 15 aeropuertos en los próximos meses. En una fase posterior, podría incluso llegar a gestionar 36 de los 46 aeropuertos del país.
Los primeros experimentos han sido realizados en el Aeropuerto Internacional de Örnsköldsvik, de Suecia, cuyo tráfico es gestionado por controladores a más de 100 km, en el Aeropuerto de Sundsvall-Timra. La experiencia ha sido seguida por varios aeropuertos de Australia y un aeropuerto ejecutivo de Estados Unidos, apoyado por la Asociación Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo (ver más información en Aterriza la robótica: aviones sin pilotos y aeropuertos sin controladores y Un aeropuerto sueco controla su tráfico con mando a distancia).
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