España, ¿país de camareros?
El sector turístico es un motor de empleo pero también hay luces y sombras al respecto
Publicada 08/03/20- La reforma laboral de 2012 abrió las puertas a la externalización de plantillas
- Aumentar los salarios ayudaría a contrarrestar “la ola de crítica feroz contra el turismo”
- El un tópico muy recurrente decir: "El turismo nos condena a ser un país de camareros”
La industria turística es un auténtico motor de empleo: ocupa al 12,7% de los trabajadores en España, con un total de 2,62 millones de empleos. Pero a menudo estas cifras se infravaloran y se recurre al tópico (“El turismo nos condena a ser un país de camareros”) para atacar ferozmente al sector.
Cuando se trata de atacar a la industria turística, sobre todo en las tertulias de radio, tirar de estereotipo es muy socorrido. Así, cuando alguien proclama que “el turismo nos condena a ser un país de camareros” parece que se ha acabado la discusión. Alguien incluso añadirá: “En efecto, es un sector de bajo valor añadido y explotación laboral”. Nada más que decir, su señoría. Visto para sentencia el juicio contra el turismo.
El turismo, sin embargo, también son pilotos y tripulantes de cabina de aviones; agentes de viajes; organizadores de congresos; programadores informáticos que crean webs de reservas online y apps de viajes; guías turísticos; arquitectos y aparejadores que diseñan desde hoteles a centros de convenciones; conductores; analistas de datos; expertos en marketing; fabricantes de tablas de surf, canoas y esquís; ingenieros y trabajadores industriales que fabrican todo tipo de equipamientos (hornos, cocinas, lavadoras, aires acondicionados, textiles, muebles, camas, pavimentos, sistemas de agua y energía ..); monitores de rafting; cocineros; recepcionistas; directores de hoteles; constructores de grandes barcos, yates y aviones; economistas, abogados, administrativos...
En todo el mundo, el turismo representa uno de cada diez puestos de trabajo, según las cifras de la OMT
Según la Cuenta Satélite del Turismo elaborada por el INE, en 2018 las diferentes actividades que integran este sector ocuparon a un total de 2,62 millones de trabajadores. Dicha cifra supuso el 12,7% del empleo total de la economía, tres décimas más que en 2017. Además, por cada 100 puestos de trabajo que se crean en el sector turístico, se generarían 69 puestos de trabajo en otros sectores, según la asociación de empresas turísticas Exceltur.
España atrae 83 millones de turistas internacionales anualmente, a los que deben sumarse los millones de viajeros españoles que cada año hacen vacaciones y escapadas por todo el país ¿Acaso esta compleja industria turística podría funcionar solo con camareros?
Ahora bien ¿cuánto dinero cobran los trabajadores del sector turístico? La respuesta a esta última pregunta tiene que ver principalmente con la experiencia y la formación.
Salarios del turismo en España
En España, el salario medio en la industria turística y hostelera es de 19.593 euros brutos anuales, un 17,4% por debajo de la media salarial del país, según un reciente informe de Turijobs. “Sin embargo, esta cifra está un 55% por encima del salario mínimo español”, explica el portal de empleo.
Para realizar este informe, Turijobs analizó cerca de 9.000 ofertas laborales de la industria turística en España. “Si bien en el comienzo de la carrera en el sector se paga por debajo de la media, los datos analizados muestran un aumento paulatino de la remuneración directamente relacionado con los años de experiencia, creciendo un 14,1% al llegar al año o dos de experiencia; un 26,9% al alcanzar los tres a cinco años de experiencia; y un 22,8% cuando se superan los cinco años”.
“Este aumento salarial viene ligado no solo a la experiencia sino a la toma de mayores responsabilidades, creciendo un 29,8% cuando se da el salto a categorías de mando medio a intermedio, y un 37,7% cuando se promociona a posiciones ejecutivas”, indica Turijobs.
Por otra parte, el informe constató “un claro contraste entre perfiles con y sin estudios”. En este sentido, “los candidatos sin estudios universitarios aspiran a un salario medio de 17.766 euros, mientras que los perfiles con estudios universitarios pueden alcanzar una mejora salarial del 30%. De igual modo, los idiomas son altamente demandados en la industria, y se paga un 3,4% más en las posiciones que los solicitan”.
Por otra parte, el área de gestión y administración es la mejor pagada en la industria turística y hostelera, con un salario medio de 26.412 euros. Por otra parte, “las áreas de recepción y reservas son las que experimentan un mayor crecimiento salarial a lo largo de la carrera profesional, pudiendo dar un salto salarial de más del 29,5% de una posición como recepcionista a una como jefe de recepción”.
La irrupción de las Kellys
En los últimos años, sin embargo, el caso de las Kellys ha sacudido a la opinión pública española. Debido a que numerosas cadenas hoteleras han optado por subcontratar parte de sus plantillas, uno de los colectivos más afectados por este fenómeno ha sido el de las camareras de piso de hotel, popularmente conocidas como “las kellys”, abreviatura de “las que limpian”.
Estas trabajadoras subcontratadas, al pertenecer a otra empresa pueden tener unas condiciones de trabajo y sueldo menos favorables respecto a los convenios de hostelería.
En este sentido, el sindicato CCOO ha denunciado que el auge de la subcontratación en la hotelería “hace más precarios los puestos de trabajo y permite no aplicar los convenios sectoriales, lo que rebaja los salarios hasta un 40% y empeora las condiciones laborales”.
En octubre de 2016 se presentó en Barcelona el colectivo de trabajadoras Las Kellys, que iniciaron entonces una serie de movilizaciones y denuncias ante las autoridades laborales. La lista de agravios era muy amplia: turnos de trabajo que superan los límites marcados por convenio, jornadas maratonianas sin apenas tiempo para ir al baño, sueldos a la baja (sobre todo a las empresas subcontratadas), aumento de lesiones de trabajo…
En junio de 2017, durante una jornada sobre el turismo organizada en Sitges, el economista Miquel Puig leyó palabra por palabra una oferta de empleo que había salido publicado unos días antes: “Empresa de facility services selecciona camareras de piso para hoteles de 4 y 5 estrellas en Barcelona. 36 horas por semana, de lunes a domingo, día de descanso rotativo. 765 euros brutos mensuales, 12 pagas. Esto lo permite la reforma laboral del año 2012", dijo.
"Un país donde se paga ese dinero para este trabajo es un país que ha decidido ser pobre. Porque esas personas, aunque cobrasen 900 euros, no pagan impuestos al estar exento el IRPF. Pero sus hijos van a escuela públicas, ellos al ambulatorio y al hospital, y cuando se jubilen tendrán una pensión y el derecho a recibir ayudas de dependencia… Ellos no lo habrán pagado, tampoco el hotelero ni el cliente del hotel. Lo paga la sociedad. Hemos decidido que la sociedad subvencione unas actividades”, remarcó Miquel Puig.
En septiembre de 2018, representantes de las Kellys se reunieron con la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, quien se comprometió a modificar el artículo 42.1 del Estatuto de Trabajadores. Ello permitiría igualar las condiciones entre trabajadores en plantilla y externos. Además, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social envió instrucciones a las Mutuas Colaboradoras de la Seguridad Social para que se reconozca, como enfermedad profesional de las camareras de piso de hotel, el síndrome del túnel carpiano, entre otras dolencias habituales en ese colectivo.
Bienestar social de las regiones
En opinión del economista Miquel Puig, el problema va más allá de Las Kellys. “Obviamente, ni todos los salarios bajos son turísticos ni todo el turismo paga salarios bajos. Es un hecho estadístico, sin embargo, que el turismo es uno de los sectores que peores sueldos paga”. Y este hecho, remarcó, puede acabar teniendo serias consecuencias a largo plazo en el bienestar social de determinadas regiones.
“Si el turismo tiene cada vez más peso en determinados territorios, estos irán hacia atrás en prosperidad de su población respecto de otras zonas. El caso más hiriente es Baleares, que era la provincia con la renta per cápita más alta de España hace 30 años, gracias al turismo. ¿Qué sentido tiene que hoy en día las Islas Baleares, con sus posibilidades, las inversiones que se han hecho allí, tengan una renta per cápita más baja que la provincia de Lleida?”.
Según añadía este economista, “debemos reflexionar colectivamente qué estamos haciendo mal con el turismo. Porque hemos tenido un éxito colosal y se han cumplido los objetivos de atraer más turistas, diversificación de nuevos segmentos como turismo de congresos, cultural, etc. Pero lo que perseguíamos, que era la prosperidad y el pleno empleo, no se ha logrado y además nos estamos alejando “.
Por ello, insistió Miquel Puig, “si queremos que el turismo nos vuelva a llevar prosperidad y pleno empleo, es necesaria una acción colectiva para pagar dignamente a todos los trabajadores turísticos. Alguien pensará que soy un ingenuo, pero Henry Ford pasó a la historia porque obligó a la industria del motor a pagar mejores salarios porque si no, los trabajadores de EEUU no comprarían coches”.
Miquel Puig cree que existe además otro gran argumento a favor de aumentar los salarios en el sector. “Si queremos detener la ola de crítica feroz contra el turismo, el sector debe responder pasando al ataque. Y los trabajadores turísticos son la clave, mucho más que vengan turistas de más gasto”.
Miquel Puig: “Para destinos donde ya estábamos dispuestos a aceptar los inconvenientes asociados al turismo se plantea un dilema: ¿Dónde están las ventajas si no hay prosperidad ni plena ocupación laboral?”
En cualquier caso, si un territorio muy turístico deseara cambiar su modelo económico, apostando por otras industrias, podría verse en serios apuros, advierte Miquel Puig. “La experiencia muestra una y otra vez que cambiar el modelo económico no es fácil. En muchas zonas de España hay que seguir apostando por el turismo. Lo que funciona es continuar haciendo lo que sabes hacer, pero mejor. No debemos cargarnos el turismo. Al contrario, aquí tenemos la gallina de los huevos de oro, aunque no sean tan de oro en estos momentos”.
Así pues, la conclusión de todo ello era, según apuntaba Miquel Puig, que sería necesario establecer un salario mínimo para los trabajadores del sector turístico en España. Un sueldo mínimo que entonces él situaba en 14 pagas al año de 1.000 euros.
Atraer el mejor talento
Otro gran desafío para el sector en el siglo XXI será atraer y retener talento, sobre todo teniendo en cuenta el proceso de profundas transformaciones al que se dirige el turismo.
Los cambios que impone la economía digital, la mayor automatización de procesos y la inminente llegada de los robos abren numerosos interrogantes sobre qué tipo de empleos va a necesitar la industria turística en los próximos años.
Es cierto que se necesitarán perfiles más tecnológicos, pero también otros más creativos y orientados al valor añadido. Es decir, puestos de trabajo mucho más enfocados hacia las relaciones con el cliente porque aquí estará la exclusividad.
¿Cómo podrán las nuevas generaciones de profesionales cambiar el turismo para hacerlo más sostenible, tecnológico y personalizado? La clave reside en la formación, indica Maria Abellanet, consejera delegada del CETT, centro universitario de Turismo y Hostelería.
“De entrada, debemos recordar que la Universidad no enseña un oficio. No es una formación profesional. Esto no quiere decir que la gente no sepa hacer cosas cuando sale de la Universidad. Pero aquí sobre todo ha de desarrollar un espíritu crítico, un conocimiento con rigor, y esto a veces la empresa en el momento cero no lo valora porque quiere un operario. Pero en el momento uno, dos y tres, cuando hay una evolución, sí lo valora”, explica esta experta.
En todo caso, añade, “creo que la empresa turística debe ser más cómplice de la formación, pues una persona no se forma solo cuando está en la Universidad sino al largo de su carrera profesional”.
Por su parte, las empresas turísticas ya están compitiendo entre ellas y con otros sectores económicos para atraer lo mejor de las nuevas generaciones de profesionales. Por ejemplo, según el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (MERCO), Meliá Hotels International encabeza el ranking de empresas con mejor atracción y retención del talento dentro del sector Hostelería y Turismo.
Según señala Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá: “la posición alcanzada refleja que hemos sabido adaptarnos al entorno actual del empleo, pues actualmente los jóvenes con talento no buscan únicamente una buena carrera, sino una buena experiencia profesional, que incluya aspectos como la cultura, los valores, el crecimiento, etc”.
Llueve sobre mojado
El pasado mes de octubre, un diario de las Canarias publicó una viñeta que iba a generar una intensa polémica en las islas. En el dibujo, se veía a un hombre con traje y corbata en su mesa de despacho, sosteniéndose la cabeza con una mano y la mirada compungida. El personaje decía: “Nadie sabe lo mal que lo estamos pasando los hoteleros con la crisis turística. Después de resistir para no contratar personal durante las vacas gordas, ahora tenemos que hacer el esfuerzo de reducir la plantilla para seguir forrándonos”.
Aquello escoció mucho. Al fin y cabo, representaba la enésima crítica contra el sector turístico, repetida ad infinitum. Pero en esta ocasión, la Federación de Hostería y Turismo de Las Palmas (FEHT) emitió un comunicado para desmontar algunos mitos.
“Se ha convertido en recurrente la difusión de críticas infundadas hacia el sector, que sin embargo van calando en el ánimo de la opinión pública, especialmente en ámbitos donde este tipo de mensajes tienen una acogida inmediata”, manifestó la federación hotelera. Y es que la viñeta “de una mera anécdota pasa a nivel de categoría, por la popularidad de este tipo de mensajes que desde la FEHT no nos resignamos a darlos por válidos, cuando no se ajustan a la realidad”.
“El sector turístico, durante la reciente crisis económica ha sido el que ha logrado mantener la estabilidad en el empleo en Canarias y además erigirse en el sector que durante esa etapa consiguió minimizar sus consecuencias, por el evidente efecto del turismo sobre el resto de los sectores económicos. En este sentido, durante el periodo 2010-2017, en Canarias se ha producido un incremento de 40.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social, lo cual ha supuesto un incremento cercano al 40%”.
Asimismo, remarcaba la FEHT, “parece olvidarse igualmente la enorme incidencia de nuestro sector en el empleo indirecto, lo cual se evidencia si tenemos en consideración que el turismo supone más de un 35% en el PIB de Canarias”.
“Pero, es más, cuando se critica las malas condiciones laborales de algún colectivo de trabajadores, parece olvidarse que nuestro convenio, el de la provincia de Las Palmas, quizá sea el que tenga las mejores retribuciones para los trabajadores, donde los salarios del sector, durante el periodo 2004- 2018 se incrementaron en un 38%, estando situado en la actualidad el salario de una camarera de pisos en torno a los 1.300 euros netos mensuales”.
Ancla en mitad de la crisis
Cabe recordar que en el conjunto de España, el turismo empleaba a 2,1 millones de personas antes de 2008, el año que quebró Lehman Brothers, hecho que desencadenó una recesión global.
Pero durante los años siguientes, a raíz del ciclo expansivo que vivió la industria turística en nuestro país, la cifra de empleados en el sector turístico subió hasta los 2,5 millones de trabajadores.
En plena crisis económica. ¿Alguien puede imaginarse cuáles habrían sido las consecuencias para la economía española durante el período 2008-2014 de no haber sido por su sector turístico?
Primer sector exportador de España
Desde un punto de vista económico, el turismo no sólo son puestos de trabajo. También representa el consumo de productos y servicios por los que se debe pagar. Y cuando un país tiene un alto volumen de turistas extranjeros, esto significa una gigantesca entrada de dinero.
“Los gobiernos tienen que comprender que cuando vendemos una habitación de hotel a un turista extranjero, esto es el equivalente a una exportación”, dijo el famoso hotelero estadounidense JW Bill Marriott.
El sector turístico en España (con ventas por valor de 70.000 millones de euros a viajeros extranjeros en 2019, según la balanza de pagos) supera de largo a todos los sectores exportadores tradicionales. Ver también
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Este reportaje forma parte del tema de portada de la revista Hosteltur de enero-febrero y puede descargarse como documento PDF en el siguiente enlace:
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