El Gobierno llama a la calma para proteger el turismo frente al coronavirus
Publicada 06/03/20 07:48h
- La ministra Reyes Maroto ha defendido que es pronto para pensar en ayudas a sectores afectados
- Las acciones de las aerolíneas en Bolsa han caído alrededor de un 25% desde el inicio de la epidemia
- Enaire ha restringido el acceso a las torres de control de los aeropuertos y a los servicios comunes de los centros
Ocho días después de detectarse el primer caso de coronavirus en España, se multiplican las suspensiones de ferias y eventos empresariales, y las aerolíneas disminuyen vuelos o incluso cancelan las rutas afectadas por la caída de la demanda, mientras el Gobierno insiste en llamar a la calma. Una llamada a la calma que se dirige particularmente a proteger el turismo, tanto extranjero como nacional, de cara a la próxima Semana Santa.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha defendido que es pronto para pensar en ayudas a sectores afectados y ha subrayado que España es un país seguro, que cuenta con “los mejores profesionales” y no tiene ninguna restricción, por lo que no hay ningún problema ni para turistas internacionales ni para residentes.
El escenario en España es muy similar al de otros países de su entorno, que también están sufriendo cancelaciones de eventos (Hostelco y Alimentaria, aplazados hasta septiembre, según publicó HOSTELTUR noticias de turismo), suspensiones de vuelos y caídas del tráfico aéreo (Air Europa cancela vuelos de Madrid con Roma y Milán hasta el 31 de marzo) y las reservas turísticas a causa de una crisis que ya extiende a más de 80 países.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) calcula que esta epidemia podría provocar una reducción de ingresos de entre 63.000 y 113.000 millones de dólares (56.405 y 101.196 millones de euros) en el transporte aéreo mundial; frente a su valoración inicial de que perderían 29.300 millones de dólares este año.
Y es que, como ha destacado el director general de la IATA, Alexandre de Juniac, “el desarrollo de la crisis de COVID-19 casi no tiene precedentes, en poco más de dos meses las perspectivas económicas de buena parte del mundo han tomado un dramático giro negativo”.
Mercados en rojo
Según sus datos, las acciones de las aerolíneas en Bolsa han caído alrededor de un 25% desde el inicio de la epidemia, mucho más que en la crisis del SARS de 2003, cuando las bajadas rondaron el 4%.
Ayer no fue una excepción y las aerolíneas volvieron a ser las que más caían. El grupo IAG ha bajado un 4,82%; la francesa Air France-KLM, un 11,25%; la alemana Lufthansa, un 3,72%; y la británica Easyjet, un 4,44%.
El sector, junto con la banca, ha liderado los descensos en una sesión teñida de rojo en Europa: el Ibex 35, el selectivo de la Bolsa española, ha caído un 2,55%, mientras que Londres se ha dejado un 1,62%; Fráncfort, un 1,51%; París, un 1,90%; y Milán, un 1,78%.
Esperanza de las aerolíneas en la caída del crudo
Según IATA, los efectos adversos de la epidemia podrían mitigarse en parte con la bajada de los precios del petróleo, que desde principios de año ha descendido en torno a 13 dólares, lo que podría abaratar los costes anuales del combustible para las aerolíneas en alrededor de 28.000 millones de dólares.
El crudo volvió ayer a bajar (el Brent, de referencia en Europa, un 1,3% y el Texas, referente en EEUU, un 1,1%) pese a la intención de la OPEP de rebajar la producción en 1,5 millones de barriles diarios, mientras que la deuda de Estados Unidos y Alemania se mantiene como refugio para el inversor.
Mientras, las aerolíneas siguen recortando oferta. Lufthansa ha cancelado 7.100 vuelos este mes por la caída de la demanda; Norwegian ha retirado su previsión de ganancias de 2020 y cancelado 22 rutas; TAP ha suspendido un millar de vuelos; y LOT ha decidido extender la suspensión de sus vuelos desde Varsovia a Pekín y la ruta Budapest-Seúl; pero lo peor es que el coronavirus ha dado la puntilla a Flybe.
Acceso restringido a las torres de control
Enaire, el gestor de la navegación aérea española, ha restringido el acceso a las torres de control de los aeropuertos y a los servicios comunes de los centros, como cafeterías o centros de descanso, a todo el personal ajeno a la operativa habitual y tramita de urgencia la contratación y suministro de material de prevención.
Además ha restringido las reuniones, para las que recomienda celebrarlas por medios audiovisuales en los casos en que sea posible y aconseja que las que se mantengan se celebren en salas que permitan un espacio igual o superior a un metro entre los asistentes.
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