"La globalización conlleva crisis planetarias como la del coronavirus"
Algunas voces piden ya la refundación del capitalismo para evitar males mayores
Publicada 05/04/20- La “nueva normalidad” se basaría en un bajo crecimiento, una baja inflación y bajos tipos de interés, un pronóstico que no es malo del todo
- Un evento propio del mercado de abastos para pobres en China arruina a la más sofisticada Europa bienestante, eso es la globalización
- El turismo debería aprender de la crisis que es mejor menos y más digerible que crecer por avalanchas, y abandonar toda prepotencia
Con una larga carrera a sus espaldas, tras haber sido consejero independiente del Consejo de Gobierno del Banco de España y asesor experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el actualmente catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, Guillem López Casasnovas, considera que en un mundo globalizado como el nuestro, este tipo de crisis ocasionadas por un virus -o por una guerra comercial cualquiera- han venido para quedarse. Lo que está pasando podría ser una oportunidad para refundar el capitalismo "antes de que el status quo económico se vaya al carajo". Así lo explica en esta entrevista, incluida en la revista HOSTELTUR de marzo-abril sobre la resiliencia del sector en la crisis del coronavirus.
¿Qué tipo de crisis estamos viviendo?
Una propia del nuevo mundo globalizado en el que estamos instalados. No será la última. Estos avatares -guerras comerciales incluidas-, han venido para quedarse. Ya nada nos será ajeno: como en este caso, un evento propio del mercado de abastos para pobres en China arruina a la más sofisticada Europa bienestante.
¿Está justificado todo lo que está ocurriendo?
Sí, en su mayor parte y de momento. La regulación ha de responder al supuesto de peor escenario -de epidemia a pandemia- cuando no se saben orígenes ni se dispone de antídotos.
¿Cuáles prevé que serán las consecuencias para la economía mundial?
Freno a muchas cosas: cadenas logísticas globales rotas, parón al turismo insípido, temores a invertir… Como con la guerra Trump /Jinping incipiente, ello erosiona el comercio y la prosperidad mundial. Y ante esta nueva contingencia ni los dos grandes magnates pueden parar las miserias que conlleva. Un recordatorio contra el supremacismo de los mercados de capitales, vista la fragilidad de los grandes poderes.
¿Qué es lo peor de la incertidumbre con que ha empezado 2020? Lo hemos visto en el sector turístico: es imposible hacer previsiones de reservas, ocupaciones, ingresos…
De todo ello, lo peor es la rapidez del contagio. De la incertidumbre al riesgo sistémico tan sólo en unos días… y confinamiento generalizado.
¿Y para la Zona Euro y su motor, Alemania? Porque este año presentaba una clara desaceleración…
Cierto. La sucesión de la cancillera Merkel ya era complicada… También el descontento ante el precio de la vivienda de su ciudadanía, y ahora sus exportaciones en retroceso... y la gente en casa.
El presidente de la Reserva Federal de EEUU dijo no hace mucho que la “nueva normalidad” se basaría en un bajo crecimiento, una baja inflación y bajos tipos de interés. ¿Está de acuerdo?
Sí. Y no es todo malo en este pronóstico. Crecer por crecer no lleva a ningún sitio. Notemos además que hoy las actuaciones de política monetaria son fácilmente descontadas por los mercados. Como cuando las autoridades bajan el tipo de interés y se anticipa que las cosas deben estar muy mal. Y así acaban estando, retroalimentadas.
¿La solución es, pues, la resignación?
No. El Financial Times ya habla abiertamente de que o se refunda el capitalismo o el status quo económico se va al carajo.
¿Cuáles son las consecuencias prácticas de esta “nueva normalidad” para la empresa?
Que la planificación se hace más difícil. Que la optimización lleva a considerar el futuro, provisionando contingencias, manteniendo reservas… y no maximizando siempre en el corto plazo caiga quien caiga.
¿Habrá otros afectados? Empleo, salarios, recortes, más paro estructural, pérdida de capitalización de las empresas…
Por motivo de la refundación, antes comentada, seguro; por el virus, hasta que éste se contenga, se encuentre una vacuna…y aparezca otro nuevo riesgo, externo o interno políticamente provocado. Son ríos revueltos los que generan las ganancias de pescadores, algunos de ellos infames (material bélico, acopio de medicamentos, especulación en activos refugio como el oro, etc.)
Algunos ven en todas estas crisis, tan distintas pero de consecuencias similares, una “mano negra” para recortar el Estado del Bienestar… ¿qué le parece a usted?
Que en según qué coyunturas hay quien lo intenta. Sin el estado de bienestar, un mínimo al menos de red de seguridad, Europa no sería Europa y trabajaríamos todos como chinos o como los "sinpa" americanos. Quien promueva esto, que se quite la máscara y que se presente a elecciones.
¿Cuál piensa usted que es la responsabilidad de la empresa en este momento?
Estar a la altura del cambio demográfico -toca trabajar más tiempo pero en fases y perfiles ocupacionales más adecuados-, ser transparentes -sus consumidores, a quienes satisfacen necesidades son también sus stakeholders-, y la protección legal de la que disfrutan les ha de obligar a una mayor responsabilidad social.
¿Y la de los gobiernos?
Han de servir sin ambigüedades al interés colectivo en ámbitos en los que el mercado falla o no asigna recursos como la sociedad demanda.
¿Habrá quedado China tocada por una temporada? La guerra comercial EEUU-China era una de las amenazas de 2020…
Si deja de crecer a dos dígitos lo hará a uno El ascenso del gigante chino no lo para ya nadie. Al propio mercado, si el gobierno no lo hace, le convendrá introducir algunas cotas de bienestar para sus trabajadores. Ni que sea para mejorar su capital humano o incluso la salud pública para que no se propaguen pandemias que ellos mismos acabarán padeciendo, tal es la cadena logística que la globalización conlleva. En una contienda bélica unos ganaban y otros perdían. Con la pandemia ahora todos pierden; haciendo las cosas bien, todos ganan. En el mismo barco vamos…
A principios de año parecía que las principales amenazas a la economía mundial eran todas medioambientales. ¿Nos acordamos de que esto sigue ahí?
Sí. Espero. Al menos Greta sonríe hoy con el parón del transporte aéreo y la disminución de la contaminación...
Cuando el coronavirus pase, ¿habremos aprendido algo? ¿Sirve lo sucedido como experimento a escala global?
Sí. Espero. La ciencia tendrá montones de datos para el aprendizaje y una mejor medicina basada en la evidencia; los responsables políticos habrán aprendido cómo encarar la comunicación y actuaciones ante una crisis de salud, y los empresarios, que nada es para siempre.
Y en concreto, en España, ¿qué deberíamos aprender de esta crisis?
Que tiene más fiabilidad la transmisión de recomendaciones hechas por los científicos, técnicos y académicos que por los políticos, de los que siempre se puede intuir, sea cierta o no, alguna razón para tergiversar la información de la que disponen.
¿Y respecto al sector turístico?
Que mejor menos y más digerible que crecer por avalanchas; especialmente cuando hace falta marcha atrás. El medioambiente da señales ya de los excesos. Las crisis de salud nos ponen en nuestro lugar contra la prepotencia que algunos muestran al no respetar la naturaleza, los recursos no renovables o la salud de las personas.
Aquí puede descargarse la entrevista completa, incluida en el reportaje monográfico sobre la crisis del coronavirus de la revista HOSTELTUR de marzo-abril.
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