Coronavirus: pánico colectivo ante una situación insólita
Publicada 09/04/20
- "Algo que veíamos lejos de repente nos toca de forma directa, saltan todas las alarmas y la necesidad de prepararnos"
- "La primera situación de pánico se produjo cuando se cerraron los centros educativos y empezaron las compras masivas en los supermecados"
- "Hay un bloqueo en muchos aspectos, a nivel social y económico, pero lo peor es que no sabemos lo que va a suceder"
La pandemia del coronavirus se propaga con rapidez y su llegada a España nos ha hecho “tomar conciencia de que somos vulnerables”, señala Elena Herráez, psicóloga sanitaria y coordinadora del Grupo de Trabajo de Urgencias y Emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
En enero conocimos la noticia de que se había detectado en China un virus con gran capacidad de contagio. En un mes se localizó en Italia y poco después en España. Algo que nos parecía muy lejano, está ya en nuestra sociedad. ¿Cómo procesa la mente una situación tan repentina?
Nos hace tomar conciencia de que somos vulnerables. Ya no es algo tan lejano, se empiezan a tomar medidas y se empieza a disparar la sensación de pánico porque al final es algo generalizado. Algo que veíamos lejos de repente nos toca de forma directa, saltan todas las alarmas y la necesidad de prepararnos para gestionar toda esa información.
¿Cómo impactan determinadas informaciones e imágenes como viajeros bloqueados en cruceros en diversos países o recluidos por cuarentena en un hotel?
Lo primero que generan es una sensación de confusión, de incredulidad, de no entender lo que está pasando. Incluso se llega a pensar que se nos oculta información. Existe la sensación de que queremos seguir con nuestra vida pero a la vez no nos dejan. Estamos hablando de algo que no ha pasado nunca y cuesta entender las medidas que se toman.
Tras impulsar medidas para frenar el virus, se cuestiona si las autoridades políticas y sanitarias han actuado tarde. Si lo hubieran hecho antes, ¿se habría generado alarmismo? ¿Dónde está la distancia entre prevenir y alamar?
Es complicado encontrar el punto correcto. Es importante no alarmar, pero también establecer medidas de prevención y concienciar a las personas. Hay medidas que quizá se tenían que haber tomado antes, teniendo en cuenta la información que llegaba de Italia, pero es cierto que el pánico habría empezado antes. Ha llegado un momento en el que nos están diciendo las cosas claras y adoptando medidas, que nos ha costado interiorizar y asumir. Esto se debe, en parte, a que lo veíamos lejos y, en parte, a que la epidemia no estaba muy extendida y no nos terminábamos de creer lo que estaba sucediendo. La primera situación de pánico se produjo cuando se decretó el cierre de los centros educativos y empezaron las compras masivas en los supermercados. Ahí es cuando saltamos a una situación de alarmismo.
¿Cómo reaccionan las personas ante circunstancias tan inesperadas como ésta? ¿Se puede hablar de pánico colectivo?
Sí, en cuanto hemos visto lo que ha sucedido se ha ido transmitiendo la idea del miedo y hemos empezado a buscar soluciones ante lo que pueda suceder, con lo cual nos estamos protegiendo. Ahora ya no tiene que haber dudas. Aquí es donde entra la responsabilidad de cada uno. Hay unas medidas que se han impuesto para todos porque los expertos consideran que es lo mejor.
¿Lo peor es la incertidumbre, el no saber hasta cuándo se va extender esta situación?
Existe un alto grado de incertidumbre hacia lo que va a venir. Esta situación está afectando a todos los sectores, hay un bloqueo en muchos aspectos, a nivel social y económico, pero lo peor es que no sabemos lo que va a suceder. Se genera así esa sensación de incertidumbre y de cierto miedo hacia lo que tenemos que hacer a partir de ahora y cómo van a venir los diferentes acontecimientos.
¿Cuál es el principal temor?
La propagación de la epidemia nos ha hecho cambiar nuestra rutina y nos estamos adaptando a ello. Entonces surge el miedo: no sé qué va a pasar, si me va a llegar la enfermedad y, la tenga o no la tenga, no sé qué me va a pasar en el futuro. El temor ya no es sólo al contagio sino a las consecuencias que esta situación pueda llegar a generar. Hay también un miedo a perder las cosas que se han conseguido, a todas las pérdidas económicas que pueda haber.
¿La prolongación en el tiempo hará que sea más difícil superar esta coyuntura?
Quizá nos cueste más recuperarnos porque esta situación nos está obligando a reorganizar nuestra rutina, cosa que no sucede en otras circunstancias, incluso en catástrofes. Además, hay otro factor y es que esto nos afecta a todos. En el caso de un atentado terrorista, por ejemplo, con independencia del impacto en la sociedad, afecta de forma directa a las víctimas y a sus familiares. Sabemos que la alerta terrorista siempre está de fondo, pero no estamos continuamente pensando en ello. Sin embargo, el coronavirus ahora forma parte de nuestra vida y somos conscientes de que toda la población es susceptible de infectarse.
De cara al futuro, ¿la situación que ahora estamos viviendo podría provocar un cierto rechazo a viajar a determinados destinos?
Lo esperable es que, una vez que acabe esta situación, lo que nos vamos a encontrar en los meses posteriores es un cierto recelo. Nos vamos a dar un poco más de margen no vaya a ser que todavía no se haya solucionado. Es posible que a la gente, en general, le cueste acudir a lugares que hayan estado afectados, pero el ser humano tiene una gran capacidad de sobreponerse a este tipo de acontecimientos y de normalizar la situación, de entender que ha pasado algo, pero que es una situación temporal. Lo normalizará y llegará un momento en que volveremos a la rutina anterior.
Esta entrevista forma parte de los contenidos de la revista HOSTELTUR de abril-mayo y puede descargarse en el siguiente enlace:
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