Turismo, hoteles y restauración con pérdidas entre el 40% y el 55%
Publicada 08/05/20
- La restauración pasará de pérdidas del -95% en abril al -40 en diciembre, estima Deloitte
- La evolución del sector de viajes y hoteles será del -95% en abril al -55% en diciembre respecto a 2019
- El consumidor ha aumentado la obsesión por la higiene y el distanciamiento social y eso modificará la demanda del ocio y consumo
Deloitte proyecta que por la crisis del coronavirus el PIB de España caerá entre un 8% y un 9% este año, pero en 2021, cuando las actividades empiecen a normalizarse, se incrementará entre un 4% y 5%. En un escenario de contención gradual –el más probable para la consultora- la recuperación progresiva comenzará en el cuarto trimestre, pero sectores como el del turismo, la hotelería y la restauración sufrirán fuertes pérdidas.
En su informe “El camino de la recuperación de la industria de Consumo”, Deloitte plantea dos escenarios macroeconómicos de evolución de la crisis de la Covid-19: uno de contención gradual y otro de prolongación y rebote y según explica Fernando Pasamón, responsable global de consultoría del sector Reitail “el objetivo de este análisis es que sirva como marco de reflexión a las empresas a la hora de definir y adecuar sus planes de negocio para afrontar la recuperación, que tendrá lugar entre los próximos 3 y 18 meses, en función de la industria, según nuestras estimaciones”.
El análisis sostiene que los primeros impactos económicos han sido distintos a los vividos en crisis anteriores y está ha modificado “significativamente el comportamiento del consumidor”, acelerando unas tendencias, ralentizando otras e incluso cambiándolas, lo cual ha ido muy de la mano con la incertidumbre económica y la confianza del consumidor.
El primer escenario de Deloite, y el más probable, es el de contención gradual, en el que el principal supuesto es que las restricciones a la movilidad que vivimos actualmente contienen el pico de la crisis sanitaria y que la duración de la misma se prolongaría entre 4 y 5 meses. En este escenario las medidas del gobierno “limitarían una parte importante del daño, contribuyendo a la reactivación paulatina de la actividad, a costa de una gran inestabilidad de las finanzas públicas”.
Gracias a estas ayudas “se daría una recuperación progresiva desde el cuarto trimestre de este año 2020”
El segundo escenario, el de prolongación de la crisis, sería posible si las medidas de contención fracasan y la pandemia no se controla sin vacunas ni tratamientos generalizados.
“En este supuesto, las medidas públicas no lograrían evitar importantes daños al tejido productivo y empresarial y se requerirían por tanto varios años de estímulo para la reconstrucción”, advierten.
La recuperación estaría marcada por hitos sanitarios y económicos, por la movilidad y sobre todo por la confianza del consumidor. Y aclaran que esa recuperación no será igual en todas las industrias, siendo el alimentario el de mayor crecimiento este 2020 y también el farmacéutico, mientras que la vinculada a viajes será una de las más golpeadas.
La recomendación de los expertos de Deloitte es que las compañías, sin diferencia de rubros, garanticen la continuidad de las operaciones con reducción de costes, pero que también “preserven” las inversiones necesarias en 2020 ya que “nos permitan defender la competitividad y capturar las oportunidades que pueda traer la crisis”
En el caso concreto de la restauración, Deloitte recuerda que la demanda estará mayoritariamente limitada a servicios a domicilio y take-away hasta la primera quincena de junio cuando abrirán los primeros establecimientos con aforo limitado, debido a las diferentes fases de desescalada.
“La apertura gradual de establecimientos, la implantación de protocolos higiénicos en los mismos y la vuelta progresiva a los lugares de trabajo marcarán la recuperación del sector, que pasará del -95% en abril a -40% en diciembre (vs. 2019)”, proyectan. Los bares y fast food tendrán una recuperación más rápida que los restaurantes y que “el único segmento con crecimiento será la comida a domicilio o para llevar”.
En viajes y hoteles la demanda hasta julio “estará limitada a viajes de primera necesidad y uso gubernamental”, y aseguran que la recuperación de este sector vendrá marcada por la reapertura de los corredores turísticos y la implantación de protocolos higiénicos que den confianza al consumidor.
Según sus estimaciones “la evolución será del -95% en abril al -55% en diciembre (vs. 2019)” y durante la temporada de verano se apreciará una “ligera recuperación del turismo doméstico, principalmente peninsular”, lo cual será posible porque habrá una “conversión” del emisor español al doméstico.
A partir de esta crisis sanitaria se vivirá una transformación del consumidor, a corto y largo plazo. Habrá cambios puntuales que luego volverán a su estado original y otros estructurales.
No quedan dudas que el consumidor ha aumentado la obsesión por la higiene y el distanciamiento social y esto tendrá repercusiones en el plano del consumo y el ocio. De hecho, ya se está observando un auge de lo local en detrimento de lo internacional y más sensibilidad al precio. Además, es probable que aumente la afinidad por marcas consideradas “seguras”, que haya una tendencia por el last minute, que disminuyan los pagos en efectivo y que en el sector del transporte –y por qué no del alojamiento- crezca la desconfianza del modelo del sharing.
Deloitte concluye planteando que además de un aumento del teletrabajo y las reuniones virtuales, en el ámbito más personal se reforzará los valores como la sostenibilidad, la naturaleza, la solidaridad y la empatía. Concluyendo que, sin importar la rama industrial, los modelos de negocios se verán afectados y por eso será importante “adaptarse y tratar de anticiparse a dichos cambios”.
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