La crisis, oportunidad para implantar un modelo de promoción inteligente
Un modelo que aúne promoción y comercialización directa
Publicada 02/07/20- "Llevamos años financiando, desde lo público pero también desde lo privado, un modelo turístico dependiente e insostenible", según Domínguez
- El modelo de promoción actual sólo beneficia a los grandes operadores, que aprovechan la visibilidad para canalizar la demanda e intermediar
- Contactar con el cliente en origen permite impactarle con el mensaje adecuado en el momento preciso para maximizar la opción de convertir
“Para ser un destino turístico inteligente debemos serlo primero en origen, allí donde tiene lugar la toma de decisión del turista, un contexto complejo y cambiante que, como destino, debemos conocer en profundidad si queremos ser capaces de seducir y acompañar al usuario en el proceso de compra de sus próximas vacaciones”. Así lo ha asegurado Raúl Domínguez, director de Marketing e Innovación de Spring Hotels, quien ha propuesto desarrollar un modelo de promoción inteligente que aúne promoción y comercialización directa.
Raúl Domínguez ha reconocido que “llevamos años financiando, sobre todo desde lo público pero también desde lo privado, un modelo turístico dependiente e insostenible. Ahora que, y estoy seguro de ello, vamos a levantar el sector turístico, no debemos repetir los mismos errores del pasado. Un pasado basado en la solvencia de un destino maduro, la calidad del servicio y la renovación de la planta hotelera, pero en el que apenas estábamos comenzando a descubrir las enormes posibilidades de contactar directamente con el turista en origen”.
Y es que, en su opinión, “uno de los grandes errores está en seguir desligando la promoción del destino de la comercialización directa de los productos turísticos que ofrece, un modelo previo a la economía digital que ha quedado obsoleto y que, aún hoy, seguimos alimentando con cada campaña de promoción que hacemos como destino”.
Este modelo, según ha explicado, “beneficia a los grandes operadores turísticos, que aprovechan la visibilidad que genera esa promoción para canalizar la demanda e intermediar la venta de nuestros establecimientos y del resto de oferta complementaria. Esos mismos operadores que hoy adeudan dinero a las empresas que construimos cada día este destino y que seguimos financiando con nuestros impuestos este perverso modelo”.
Ecosistema de promoción inteligente
Pero, como ha subrayado Domínguez, “hoy tenemos la extraordinaria oportunidad de construir entre todos un ecosistema de promoción inteligente que permita saber qué está pasando en origen, que es donde se toman las decisiones, para entender qué busca el cliente, cuándo y cómo desea viajar, qué actividades le interesan, qué aspectos inciden en su decisión de compra, etc.”.
Conocer todos estos factores permite, ha añadido, “impactarle con el mensaje adecuado en el momento preciso para maximizar la posibilidad de convertir esa inversión pública en reservas que repercutan directamente en las empresas locales, un sistema que no sólo nos daría más autonomía sino una importante ventaja competitiva frente a otros destinos competidores”.
No en vano, ha concluido, “siempre he defendido que las grandes crisis son momentos de profundas transformaciones y extraordinarias oportunidades. Hoy tenemos la capacidad y existen los recursos para que, construyendo un modelo de promoción inteligente, sentemos entre todos las bases de un destino turístico más inteligente y sostenible. ¿Tendremos la visión y el coraje de hacerlo?”.
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