Un análisis de Esther Mascaró

Cómo el Reino Unido ha hecho que los británicos pasaran el verano en casa

El objetivo prioritario del Gobierno británico ha sido la economía doméstica, por eso ha subvencionado al 50% las comidas en restaurantes

Publicada 27/08/20
Cómo el Reino Unido ha hecho que los británicos pasaran el verano en casa

La decisión del Reino Unido de reimplantar una cuarentena para los viajeros que volaran desde España a partir del 25 de julio (El Gobierno británico impone de nuevo la cuarentena para España), ha dado al traste con las expectativas del sector español para el verano. Es curioso como al final también otros países han recomendado o prohibido directamente viajar a España, aunque también es cierto que en el momento en que escribo esto, día 26 de agosto, la situación de los rebrotes es más preocupante en algunas zonas de nuestro país de lo que era a finales de julio. Pero es que el Reino Unido también jugó con la cuarentena en junio, ¿recuerdan? La primera vez que la implantó fue el 8 de junio... llámenme malpensada... pero ahora no, al final del artículo.

Lo digo ya, así quienes quieran pasar a leer otro interesante artículo de HOSTELTUR, pueden hacerlo tras este primer párrafo, sin esperar a mayores explicaciones.

Pienso que el Reino Unido ha jugado este verano a hacer que los británicos se quedasen en casa y no gastasen fuera un dinero que a la economía británica le iba a ir de perlas. Por eso empezaron el verano con una cuarentena, igual que lo han terminado. El paréntesis entre una y otra fue debido a las enormes presiones de su propia industria, abocada a la ruina, a la que el Gobierno dio un poco de oxígeno entre cuarentena y cuarentena. Pero el objetivo era claro: las staycations, que los británicos se quedasen en casa y el dinero de sus vacaciones no fuera un bálsamo para otras economías sino para la propia. Por un lado, comprensible... pero por otro... o quizá sean todo imaginaciones mías...

Primera cuarentena: cosa de políticos

Ya de cara a la cuarentena de junio, los medios británicos y la industria turística de ese país tenían la mosca detrás de la oreja. El 4 de junio publicábamos en HOSTELTUR este artículo: La cuarentena del Reino Unido: cosa de políticos y no de científicos. La tesis, defendida por gran parte del sector turístico británico y por algunos medios, como The Independent, era que aunque el Gobierno de Boris Johnson había justificado ante el sector turístico, la sociedad y el Parlamento, que la cuarentena que iba a ser impuesta en el país el 8 de junio era una recomendación de los científicos, en realidad no era así.

El principal asesor científico del primer ministro, Sir Patrick Vallace, dejó por entonces claro en varias ocasiones que esta medida sin precedentes había sido decidida solamente por los ministros.

La primera cuarentena ya generó una gran controversia política y provocó duras críticas de las empresas y directivos del sector turístico al Gobierno, pero los Laboristas la apoyaron y al parecer también los votantes: según una encuesta de YouGov, el 63% de los británicos respaldaba que toda persona que llegase al país, fuera británica o visitante, se aislara durante dos semanas. Solamente el 4% creía que no debía imponerse ningún encierro, según la misma encuesta.

Hay que decir que esa cuarentena fue anunciada por el Gobierno con bastante antelación y no fue aprobada por sorpresa, como ocurrió con la segunda, que hasta pilló a varios miembros del Ejecutivo de Johnson de vacaciones en España

Una cuarentena general como la que aplicó en junio el Reino Unido -y luego de nuevo en julio- tiene valor, recordaban entonces los medios británicos, cuando el índice de infección de un país es inferior a la de los demás países. De este modo sí que se protege a la población local y se evitan casos importados de países con cifras peores. Sin embargo, el Reino Unido tenía en ese momento una de las tasas de infección más altas del mundo. A pesar de todo, la cuarentena fue implantada.

Inglaterra levantó la cuarentena con España el 4 de julio, permitiendo el reinicio completo de la industria y los paquetes vacacionales.

Segunda cuarentena: de nuevo sin justificación médica

Tras una breve pausa de relativa normalidad, el Gobierno británico decidió reimplantar la cuarentena, concretamente, a partir de la madrugada del domingo 26 de julio: El Gobierno británico impone de nuevo la cuarentena para España. Como consecuencia, Escocia, que había anunciado ese mismo lunes que eliminaba la cuarentena para los viajeros procedentes de España, decidió reimplantarla en línea con la decisión tomada por Downing Street. Irlanda no había eliminado a España de su lista de países con necesidad de aislamiento (vea: Irlanda mantiene la cuarentena para españoles, pero se abre a 13 países y Los escoceses podrán viajar a España sin sufrir cuarentena a su vuelta).

En ese momento arreciaron de nuevo las críticas contra el Gobierno británico por parte de la industria turística del país, que calificó de "devastadora" la noticia, además de “excesiva” y no justificada por la evolución del virus en España.

Lo sucedido a partir de entonces es historia, reciente y dolorosa para los destinos turísticos de costa españoles.

Comer fuera al 50% de subvención

Pero es que, paralelamente, el Gobierno británico tomaba otra decisión: subvencionar al 50% las comidas tomadas por los británicos en restaurantes, bares o cafés del país durante todo el mes de agosto, hasta las 10 libras (11,14 euros) por persona, los lunes, martes y miércoles. No me digan que no es una medida bien estudiada y calibrada...

El programa, llamado "Eat Out to Help Out" (Come fuera para ayudar), le ha costado al Gobierno sólo durante las tres primeras semanas de agosto, 336 millones de libras esterlinas, unos 374 millones de euros según las cifras que recoge The New York Times de fuentes gubernamentales. Unos 64 millones de comidas han tenido su subvención en esas tres semanas, las suficientes para casi la población británica total, que es de 67 millones, recuerda el diario.

Esta medida fue anunciada el mes pasado como pionera para apoyar a los casi dos millones de trabajadores de la restauración en el país, un sector que entre abril y junio había caído un 87%.

La industria emisora, en serio peligro

Está claro que el objetivo prioritario del Gobierno de Boris Johnson ha sido la economía doméstica. Y ello a pesar de que las dos cuarentenas hayan puesto en serio riesgo a la industria emisora del país, según el propio sector: El 96% de la industria emisora británica está en riesgo por la Covid-19, que ya ha sufrido algunas pérdidas sonadas: la quiebra de STA Travel (Segunda quiebra sonada en las agencias británicas que temen más cierres) y la anterior de Voyager Systems (Quiebra la agencia británica Voyager Systems, con 30 años de trayectoria).

Con las cuarentenas veraniegas tampoco el turismo internacional ha visitado el Reino Unido, una situación que ha provocado también pérdidas de 24.523 M €: Reino Unido pierde 67 M € al día por la caída del turismo internacional.

Pero aun así, si tenemos en cuenta que los británicos registran casi 45 millones de salidas al extranjero cada año, no es moco de pavo el dinero que dejan de invertir en sus viajes fuera y que, presumiblemente, gasten dentro del propio país. Las dos cuarentenas han sido decididas en el Reino Unido por motivos estrictamente políticos y económicos, no sanitarios. Que el Gobierno de Johnson no tenga en cuenta las consecuencias de sus decisiones en la economía de los destinos favoritos de los británicos es hasta cierto punto normal, pero que no tenga en cuenta las consecuencias para su propia industria turística es más grave. Aunque imagino que con las cifras en la mano, las cuarentenas habrán resultado un mal menor.

Ahora, sí, llámenme malpensada.

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