Globalia, una carrera de fondo
Publicada 26/02/14
Análisis/ Las últimas declaraciones del presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, aunque breves y poco precisas, han protagonizado titulares en portadas. La lacónica respuesta a una pregunta sobre el proceso de salida a Bolsa del grupo, viene a definir al empresario salmantino.
Hidalgo podría haberse callado o dar evasivas, como habrían hecho otros colegas y competidores suyos en similares circunstancias, pero a preguntas de periodistas sobre cómo iba el proyecto de salida a Bolsa de Globalia, contestó que está, de momento, en ‘stand by’, y añadió que no se ha abandonado y que se sigue trabajando internamente en él. Esta declaración la hizo de pasada en un acto que nada tenía que ver con el mencionado proyecto, mientras presentaba en Barajas con el presidente de la Comunidad de Madrid un acuerdo de promoción del destino madrileño a través de Air Europa.
El presidente de Globalia añadió que "las cosas de palacio van despacio, y más en estas cosas que son muy fuertes no hay que correr". Cabe recordar que Hidalgo anunció el pasado mes de noviembre que había pedido a dos grupos de expertos una valoración de la compañía que preside de cara a una posible salida a Bolsa, una valoración que de momento no se ha realizado, "pero el proyecto no está parado".
Globalia es Hidalgo
Es posible que el proceso se atasque y acabe en un cajón esperando un mejor momento (no será la primera vez), o puede que se reactive con la llegada de un socio estratégico que facilite la salida al parqué del primer grupo turístico español. Lo único claro es que, como siempre, toda la capacidad de decisión está en manos de Hidalgo, y esta es la ventaja y a la vez inconveniente de la estrategia que define a Globalia.
A sus 72 años, y tras más de 40 años de crear Viajes Halcón, Hidalgo sigue al frente de Globalia con la misma fuerza de siempre, pero con la sabiduría que añaden los años. En todo este tiempo, y sin bajar la intensidad hasta hoy, Hidalgo ha ido forjando un grupo turístico que actualmente lidera el mercado español. Y que hace 20 años tenía que escuchar críticas como que era ‘un gigante con los pies de barro’ al que le quedaban cuatro días.
Pero, pese a las críticas de su competencia, ha visto pasar por delante de su puerta los cortejos fúnebres de Marsans, primero, y Orizonia después, sus dos principales competidores. Grupos que se jactaban, especialmente el primero, de su poderío y buen hacer. Pero lo cierto es que el tiempo pone a cada uno en su sitio, y a alguno a la sombra de la sierra madrileña, con vistas al puerto de la Morcuera.
Opciones de futuro
No obstante, esta carrera de fondo que es el grupo Globalia -que es lo mismo que decir Hidalgo- va cubriendo kilómetros y cada vez se hace más perentoria la entrega del testigo para asegurar el relevo y futuro de la compañía.
Hasta hace unos pocos años estaba claro que la opción que Hidalgo se planteaba (a imagen de los Barceló, Riu o Escarrer) era el relevo generacional de la mano de sus hijos Javier, María José y Cristina. Pero ya ha quedado claro que ese no es el camino y, pese a que Javier Hidalgo sigue ostentando el cargo de director general de Globalia, ya no tiene acciones del grupo ni gestiona. Y aunque Mª José Hidalgo es nominalmente directora general de Air Europa, no ejerce como tal.
Así las cosas, la siguiente opción que ha abordado Hidalgo para asegurar el futuro de Globalia es la entrada de un socio estratégico, como paso previo a la salida a Bolsa del grupo. Una opción que sigue estando ahí, y por la que no hay que tener prisa, pero tampoco pausa.
La tercera opción vendría forzada por el inexorable paso del tiempo y, en el mejor de los casos, sería la venta.
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