Fondos europeos: sólo para tecnología, medio ambiente y capital humano
El turismo tendrá que esforzarse con proyectos e influencia para acceder a algo de ese dinero
Publicada 26/09/20Análisis/ Los fondos europeos destinados al rescate de las economías de los estados miembro, oficialmente llamados Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia que los Estados, no serán un cheque en blanco ni para España ni para otros países, y tampoco lo serán para los distintos sectores económicos, incluido el turístico. España tendrá en principio acceso a unos 140.000 millones de euros entre transferencias y préstamos, que deberá gastar en tan sólo cuatro años pero no en lo que quiera, sino siguiendo las directrices de Europa: reformas estructurales incluidas en el marco del Semestre Europeo y proyectos de inversión en sectores de futuro específicos. Habrá fondos para el turismo, pero tendrán que estar centrados en las áreas recomendadas por la Comisión Europea (CE): tecnología, medio ambiente y capital humano.
Los fondos europeos no serán un cheque en blanco para que el Gobierno de España o cualquier otro estado miembro los invierta donde y como le parezca. Tal y como recuerda el experto Enrique Feás en un artículo de Voz Pópuli, "no se trata de un cheque en blanco para gastar a voluntad". Habrá que elaborar un plan con propuestas específicas que deben ser aprobadas por Bruselas y ratificadas por la mayoría Estados miembros, recuerda, y la Comisión Europea tiene claras sus prioridades y recomendaciones: tecnología, medio ambiente y capital humano.
Feás recuerda en su artículo que esos fondos suponen un doble reto para España: un desafío exterior, porque deberá diseñarse un Plan Nacional "aceptable para la Comisión y nuestros socios europeos", y otro interior, "asegurando un ágil sistema de identificación, planificación, asignación y ejecución de fondos".
Sin duda, también para el sector turístico representan un reto, si es que quiere acceder a algo de ese dinero europeo.
Y es que Europa tiene claro a qué debe destinarse el dinero de la recuperación y a qué tipo de proyectos dará su visto bueno, y según recuerda Feás, se trata de "reformas estructurales incluidas en el marco del Semestre Europeo y proyectos de inversión en sectores de futuro específicos".
Esas reformas estructurales de las que habla no son paños calientes surgidos de la presente crisis, son reformas que en muchos casos llevan tiempo pendientes y que ya han sido identificadas e informadas a España, por ejemplo, en las recomendaciones hechas a nuestro país por el Consejo de la UE en mayo de 2020, cuyo documento en pdf puede encontrar aquí:
Objetivos claros
Las recomendaciones a España se centran en aplicar políticas fiscales "destinadas a lograr situaciones fiscales prudentes a medio plazo y garantizar la sostenibilidad de la deuda, al mismo tiempo que se fomenta la inversión", también en "respaldar el empleo mediante medidas encaminadas a preservar los puestos de trabajo, incentivos eficaces a la contratación y el desarrollo de las cualificaciones", igualmente, "reforzar la protección por desempleo, especialmente para los trabajadores atípicos" y "asegurar la aplicación efectiva de las medidas encaminadas a proporcionar liquidez a las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores autónomos, particularmente".
Otras recomendaciones son "centrar la inversión en la transición ecológica y digital, y particularmente en el fomento de la investigación e innovación, en la producción y utilización de fuentes de energía limpias y eficientes, la infraestructura energética, la gestión de los recursos hídricos y de los residuos y el transporte sostenible", y finalmente, "mejorar la coordinación entre los distintos niveles de gobierno y reforzar el marco de contratación pública para respaldar la recuperación de forma eficiente".
Reformas pendientes desde hace tiempo
Recuerda Enrique Feás que las reformas estructurales que han de ser financiadas con los fondos europeos "no pueden limitarse a las sugeridas de forma genérica y excepcional en 2020", sino que han de incluir también las de 2019, que en realidad siguen pendientes desde hace años.
El listado de Feás, respecto a España y según las recomendaciones de Europa, es este:
- Mejorar el marco presupuestario y de contratación pública
- Garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones
- Mejorar la eficiencia de los servicios sociales y las políticas activas de empleo
- Simplificar el sistema de incentivos a la contratación para reducir la dualidad del mercado laboral
- Mejorar los resultados educativos, fomentar la eficiencia energética, impulsar políticas de apoyo a la investigación y la innovación, avanzar en la aplicación de la ley de unidad de mercado y mejorar la cooperación entre administraciones
Sin reformas en esas direcciones no habrá fondos. Este es un mantra que según el experto todo el mundo debería tener claro en nuestro país.
Tecnología y medio ambiente
Además de esas reformas, los planes, expone Feás, plantearán proyectos financiables en dos sectores estratégicos: tecnología y medio ambiente.
En esos dos campos, igual que en el de la gestión del capital humano, está claro que la industria turística tiene mucho que decir, plantear y proponer.
Enrique Feás recuerda que España tiene deficiencias importantes a la hora de absorber fondos europeos, o sea, que algo falla en nuestro país a la hora de ser capaces de identificar, dar forma y valorar grandes proyectos que merezcan ese dinero. Y el Plan de Recuperación ha de ejecutarse en cuatro años. O sea, el dinero ha de ser gastado en cuatro años, y hablamos de 140.000 millones de euros.
¿Qué papel quiere jugar el sector turístico en ese ámbito? ¿Qué proyectos podrían entrar en esos campos de actuación para poder recibir fondos europeos? ¿Quién los pensará, liderará, diseñará y defenderá?
Enrique Feás recuerda que esos fondos han de servir para "reformar y modernizar España", y su conclusión es muy clara: "esta pandemia va a marcar el futuro económico de los países de la Unión Europea y sus ciudadanos en el siglo actual. Apostar por el futuro o tirarlo a la basura está enteramente nuestras manos".
¿Será capaz el sector turístico, las grandes empresas, su enorme talento, de proponer inversiones que sirvan a ambos, a los objetivos de la Unión Europea y a la reconversión de la industria para así garantizar su futuro?
¿Será capaz el sector de unirse y liderar algunos de esos proyectos, buscando la inversión europea pero también una interlocución poderosa y efectiva frente al Gobierno de España?
¿Dejará pasar esta oportunidad la principal industria de España, potente, competitiva, presente en medio mundo, pero también necesitada de un salto al futuro?
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