OMT y OCDE urgen a una mayor coordinación para recuperar el turismo
Publicada 05/10/20 11:59h
- Reclaman una cooperación multilateral reforzada y una regulación coherente a escala bilateral, regional e internacional
- Desde la OMT y la OCDE señalan que la crisis ha revelado la necesidad de construir un modelo turístico más "lento"
- La COVID ha revelado la importancia macroeconómica del turismo en la mayor parte de las economías de la OCDE y el G20, apuntan
La Organización Mundial del Turismo (OMT) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) han pedido este lunes mayor coordinación para impulsar la recuperación del turismo y entienden que la crisis de la COVID-19 es una oportunidad para configurar un sector más sostenible, inclusivo y resiliente. En una tribuna conjunta difundida en vísperas de la reunión de ministros de Turismo del G20 que se celebra este miércoles bajo presidencia saudita, los secretarios generales de la OMT, Zurab Pololikashvili, y de la OCDE, José Ángel Gurría, señalan que el coronavirus ha revelado la importancia macroeconómica del turismo en la mayor parte de las economías de la OCDE y del G20.
Para reactivar los viajes es fundamental una cooperación multilateral reforzada, con una regulación coherente a escala bilateral, regional e internacional, indican ambos dirigentes.
Defienden la necesidad de adoptar urgentemente medidas políticas nacionales e internacionales e incrementar la coordinación en todos los sectores y fronteras para restablecer la confianza de los viajeros y del entorno empresarial, estimular la demanda y acelerar la recuperación del turismo
Al tiempo, la crisis ha revelado la necesidad de construir un modelo turístico más "lento", con la reinvención de destinos y negocios, la reconstrucción del ecosistema turístico y el impulso a la innovación y la inversión en un modelo sostenible.
La COVID-19 "ha devastado" la economía turística, con efectos nunca vistos en el empleo y en las empresas, y dado que las restricciones a los viajes continúan y "la recesión mundial está al acecho" corre el riesgo de ser también uno de los que más tarde en recuperarse.
Los pronósticos apuntan a que el turismo internacional caerá entre el 60% y el 80% en 2020 y las exportaciones se reducirán en una cifra que oscila entre 910.000 millones de dólares (775.000 millones de euros) y 1,2 billones de dólares (1.02 billones de euros), por lo que más de 100 millones de empleos directos del turismo están en riesgo.
Añaden que el efecto de esta crisis es "desproporcionado" en las mujeres, los jóvenes, las comunidades rurales, los pueblos indígenas y los trabajadores de la economía informal (grupos que tienen más posibilidades de estar empleados en microempresas o empresas pequeñas).
"Esta crisis está creando aún mayores dificultades a las economías de rentas bajas o en desarrollo, y a sus comunidades locales, que dependen de manera desproporcionada del turismo y afrontan, por lo tanto, un grave riesgo de empobrecerse todavía más", añaden
Al tiempo, la crisis "ha sacado a la luz" las "carencias en preparación y capacidad de respuesta de las administraciones y las empresas".
La respuesta colectiva, según Gurría y Pololikashvili, ha de anteponer a las personas y cumplir la promesa de no dejar a nadie atrás, garantizando una distribución más justa de los beneficios del turismo y avanzando hacia una economía turística neutra en carbono y más resiliente.
Pilar de la Agenda de Desarrollo Sostenible
"Poner de nuevo en funcionamiento el ecosistema turístico requerirá un enfoque coordinado e integral", aseguran. Su naturaleza transversal ha convertido al turismo en pilar esencial de la Agenda de Desarrollo Sostenible y es la razón por la que el turismo forma parte de la respuesta socioeconómica de Naciones Unidas a la pandemia.
También creen que los gobiernos deben enfocar la recuperación turística de una forma más integrada, contando con todas las instancias gubernamentales, el sector privado y la sociedad civil, a través de un plan práctico y viable para revitalizar el sector turístico
Con la colaboración de todos los agentes implicados, será posible abordar retos como la gestión y el uso eficiente de los recursos y evitar problemas como la masificación y la presión sobre la infraestructura local, el medio ambiente y la sociedad civil.
A la vez, las políticas de recuperación deberían aspirar a acelerar la transformación digital, la transición hacia una futura economía de bajas emisiones de carbono y la responsabilidad social y la inclusión.
Concluyen diciendo que la pandemia ha revelado una oportunidad para experiencias "más diversificadas, más lentas, más reducidas y auténticas".
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