El atractivo turístico de un nuevo Papa
Publicada 17/03/13
Antes de que la fumata blanca del Vaticano anunciara la buena nueva a los católicos, quien más y quien menos hacía sus cábalas sobre quién sería el nuevo Papa y las quinielas surgían por doquier, hasta por causas turísticas. Y, como siempre, con un escaso porcentaje de acierto, por no decir nulo, como se ha podido comprobar posteriormente.
Los empresarios turísticos italianos deseaban la elección de un Papa estadounidense porque consideraban que su figura al frente del Vaticano beneficiaría notablemente al sector, según apuntaba la prensa internacional. De este modo aumentaría la afluencia de turistas procedentes de Estados Unidos, cuyo gasto, superior a la media, impulsaría la industria turística de la ciudad.
Aunque finalmente no se han cumplido estas expectativas, la elección del cardenal Bergoglio tampoco le viene mal al sector. Prueba de ello es que, como señaló al International Herald Tribune el portavoz de la asociación de hoteleros Federalberghi, Giuseppe Roscioli, antes de conocerse la decisión final, “si fuera un Papa de Nueva Guinea probablemente no repercutiría en una gran afluencia”; mientras que otros representantes del sector insistían en que si fuera europeo, canadiense o sudamericano si se notaría la influencia.
Además el nuevo Papa procede de un país muy religioso (¿si hubiera sido designado un Papa español os imagináis a la gente saliendo a las calles con banderas para celebrarlo como si de un triunfo deportivo se tratara, como ha ocurrido en Argentina? Sinceramente, yo no). Un país con vínculos culturales muy fuertes con Italia y donde era un personaje muy conocido (ya veremos cuánto tardan en crear una ruta del Papa Francisco I por los lugares más emblemáticos de su vida pública en Buenos Aires).
Todo apunta, por tanto, a que su elección revitalizará las visitas turísticas de los argentinos a Roma. Habrá que esperar para comprobar si el turismo religioso en la ciudad revive los mejores años del papado de Juan Pablo II, afectado tras su muerte por la crisis económica y por un Papa, para muchos, menos carismático que su predecesor.
De momento su renuncia, también por su carácter inusual, disparó más de un 10% las reservas hoteleras en Roma, impulsando la temporada baja. De manera coyuntural, tanto los 5.000 periodistas internacionales que han viajado a la capital italiana para cubrir el Cónclave, como el clero procedente de todo el mundo que se ha dado cita allí, representan gran parte de este aumento inmediato en el número de visitantes.
Lo cierto es que el turismo religioso es un segmento de gran potencial de crecimiento. No en vano, Alemania e Italia apuestan por el turismo religioso, como publicó HOSTELTUR noticias de turismo.
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