Adif y Renfe defienden que la vía y el tren tenían las medidas de seguridad adecuadas

El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, ha explicado que tanto el tren como el maquinista estaban en situación correcta para operar. Asegura que el maquinista, Francisco José Garzón, ha superado todas las inspecciones que la operadora suele realizar a su personal de conducción. Una de ellas tuvo lugar el 1 de julio y la otra el 21 de ese mismo mes. Afirmó también que el conductor contaba con la formación adecuada para la conducción de este tipo de trenes y en este tipo de infraestructura. Desde febrero de 2012 disponía de la habilitación para operar por la línea Ourense-Santiago y desde noviembre de ese año podía conducir los trenes que cubren este trayecto.

El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar.

Explicó, asimismo, que el maquinista llevaba ocho horas y 46 minutos de jornada laboral en el momento del accidente, de las que dos horas y 42 minutos eran de conducción efectivas, y que ambos periodos están dentro del reglamento.

Gómez-Pomar también informó de que la compañía ferroviaria sufragará, a través del seguro de responsabilidad civil que tiene contratada por QBE, la defensa del maquinista del tren que se accidentó y que actualmente está imputado.

En cuanto al tren, el presidente de Renfe ha señalado que había pasado esa misma mañana una revisión técnica, con la que se garantizó el correcto funcionamiento de varios elementos de la máquina, entre ellos los frenos y los sistemas de seguridad y comunicaciones. No obstante, reconoció que estos trenes tienen desactivado el ERTMS
(Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario capaz de frenar automáticamente el tren si excede la velocidad fijada en ese tramo).

Aseguró que "no consta en los registros de los centros de seguimiento ninguna notificación de anomalía" en el tren siniestrado y que "no hay constancia de ninguna comunicación" de la compañía con el maquinista. En cualquier caso, durante su comparecencia reconoció que los sistemas de seguridad son mejorables.

El trayecto

Gonzalo Ferre, presidente de Adif, la empresa pública que gestiona las infraestructuras ferroviarias, explicó que el tramo entre Ourense y Santiago de Compostela estaba planificado en un principio para ser ejecutado en su totalidad en ancho internacional, es decir, el de las vías AVE, y contar con el sistema ERTMS, pero hace dos años se modificó el proyecto.

Gonzalo Ferre, presidente de Adif.

El plan inicial prevía el establecimiento de intercambiadores de vía en las entradas a las estaciones de ambas ciudades. De esta forma, los trenes podrían pasar del ancho AVE al convencional, pero los anteriores responsables de Adif variaron esta planificación porque consideraron que se “impedían ventajas de servicio” en tiempo de viaje. Es decir, apenas habría reducción de los tiempos.

Esta decisión afecto también "al sistema de señalización, lo que supuso cambiar la implantación del ERTMS por el ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático)" en la última parte del trazado de la línea, expuso Ferre. Este segundo sistema solo frena el tren si circula a más de 200 kilómetros por hora.

Los presidentes de Renfe y Adif, hoy en el Congreso de los Diputados.

Durante su exposición, dijo también que el tramo del accidente había sido "inspeccionado" el pasado 20 de abril y añadió que ninguna institución alegó contra la construcción del tramo donde el tren descarriló.

Por otro lado, el viernes será el turno de la ministra Fomento, Ana Pastor, que explicará en la misma comisión las actuaciones y gestiones realizadas por su ministerio a raíz del peor accidente ferroviario en España en 40 años, en el que también resultaron heridas más de un centenar de personas.