El turismo internacional es bastante resistente para recuperarse con relativa rapidez si la guerra de Irak no se prolonga, afirma el Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francesco Frangialli: "Si el conflicto es breve y limitado, no ha de excluirse una reactivación, que podría incluso concretarse ya en el segundo semestre de este año", indica en una carta remitida ayer a los Miembros de la OMT. La incertidumbre causada por la anticipación de la guerra ya había producido efectos negativos al suscitar temor, frenar las reservas y retrasar los programas de inversiones. "Todos hubiéramos preferido que [la situación no se despejara] por la vía de la peor de las soluciones para nuestro sector: la guerra. Pero hay dos motivos poderosos para conservar una esperanza razonable de reactivación del turismo."
El turismo internacional es bastante resistente para recuperarse con relativa rapidez si la guerra de Irak no se prolonga, afirma el Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francesco Frangialli: "Si el conflicto es breve y limitado, no ha de excluirse una reactivación, que podría incluso concretarse ya en el segundo semestre de este año", indica en una carta remitida ayer a los Miembros de la OMT. La incertidumbre causada por la anticipación de la guerra ya había producido efectos negativos al suscitar temor, frenar las reservas y retrasar los programas de inversiones. "Todos hubiéramos preferido que [la situación no se despejara] por la vía de la peor de las soluciones para nuestro sector: la guerra. Pero hay dos motivos poderosos para conservar una esperanza razonable de reactivación del turismo."
Factor de estabilización y de reactivación, el turismo es una actividad que no ha experimentado nunca una depresión profunda ni duradera. Siempre ha resurgido, y siempre con rapidez." "El segundo motivo de esperanza es que el turismo siempre ha salido de los periodos de turbulencias a los que se ha enfrentado en condiciones mucho mejores que antes de entrar en ellos. Las crisis económicas y financieras de Asia y el Pacífico y de Rusia en 1997-1998 lo ilustraron claramente: esos destinos salieron de ellas más fuertes y más encauzados en la vía de un desarrollo sostenible." Frangialli señala asimismo que los resultados del sector en estos últimos meses han confirmado los anteriores estudios de mercado de la OMT: "La necesidad de viajar por negocios o por recreo está ya demasiado arraigada en nuestras sociedades postindustriales para que pueda extirparse fácilmente de ellas." Se observaron señales parecidas de confianza de los consumidores después de los conflictos de los Balcanes y de la Guerra del Golfo de 1991. En 1991, el sector lograba, a pesar de todo, un crecimiento de 1,2 por ciento, seguido por una espectacular subida de 8,3 por ciento en 1992. Los estudios realizados por la OMT han demostrado que el periodo de ajuste que sigue a esas crisis acelera los cambios de hábitos de los consumidores y transforma el tejido del sector, y en esta ocasión ha alentado la aparición de nuevos operadores como las compañías aéreas de bajos costes. "Vemos operarse reestructuraciones y reagrupaciones, instalarse nuevas tecnologías, modernizarse las políticas de marketing y afirmarse cooperaciones entre los sectores público y privado, en beneficio de todos." "Desde el 11 de septiembre de 2001, estamos viviendo la crisis más grave de la historia del turismo mundial", afirma Frangialli. Pero, a pesar de los atentados de Djerba, Bali y Mombasa dirigidos contra visitantes extranjeros, "el turismo no se ha hundido, como algunos se precipitaron a vaticinar." En 2001, el número de llegadas turísticas internacionales disminuyó tan sólo 0,5 por ciento, y en 2002 creció 3 por ciento hasta cifrarse en 715 millones, en un momento en que los viajes también se veían afectados por una coyuntura adversa de la economía mundial. "Los resultados del año pasado fueron mucho mejores de lo que nadie esperaba: una vez más, han demostrado la capacidad de resistencia de nuestro sector." Una consecuencia positiva que ha traído consigo la crisis es que "para muchos ha sido un revelador de la importancia económica [del turismo, que] goza de cada vez más reconocimiento a escala mundial". El turismo internacional es una de las primeras partidas de las exportaciones mundiales, y en 2001 produjo unos ingresos de 464.000 millones de dólares . Movida por la voluntad de ayudar a sus Estados Miembros, la OMT prestará especial atención en las próximas semanas a la situación de los países afectados por atentados terroristas y de las regiones más vulnerables ante una disminución del turismo: Oriente Medio, el Norte de África, y Asia Meridional. "En este periodo difícil para él, es importante que el mundo árabe musulmán pueda, como lo desean muchos de sus gobiernos, utilizar el turismo como un instrumento de apertura y una vía de comunicación con el resto de la comunidad internacional", concluye Frangialli. (HOSTELTUR) (redaccion@hosteltur.com)
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