Situación dramática de los hoteles en Barcelona: un 95% menos de ingresos
Publicada 28/12/20
- Los hoteles de Barcelona han cerrado 2020 con un 95% menos de facturación y el mismo porcentaje en la caída de clientes
- Más de 30.000 trabajadores del sector en la capital catalana se encuentran en situación de ERTE, apuntan desde el Gremi d'Hotels
- Las restricciones obligarán a los hoteles a servir la cena de Nochevieja a sus clientes antes de las 21 horas
Los hoteles de Barcelona han sufrido un fuerte impacto del coronavirus, cerrando el balance del año con un desplome del 95 % en la facturación y en el número de clientes, lo que para el Gremi d'Hotels de Barcelona es una situación "dramática".
Tras meses cerrados por el confinamiento y con la ausencia de turistas debido, entre otras cosas, a las restricciones de movilidad impuestas para intentar controlar el virus, no llega al 25 % los hoteles que actualmente están abiertos en la ciudad del total de 440 establecimientos censados.
El director general del Gremi d'Hotels de Barcelona, Manel Casals, ha explicado a Efe que están a punto de cerrar su "peor año", con caídas de la facturación y de los clientes en torno al 95 % y con entre 30.000 y 35.000 trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Tras el parón del confinamiento, algunos establecimientos volvieron a abrir sus puertas, pero la mayoría las han vuelto a cerrar a medida que aumentaban los rebrotes del virus o se aplicaban nuevas restricciones, como los cierres perimetrales autonómico y municipal o las limitaciones horarias impuestas a la restauración.
En las últimas semanas, coincidiendo con las nuevas medidas tomadas por el Gobierno catalán, han vuelto a cerrar "entre 40 o 50 hoteles" de la ciudad.
"Dentro de poco llevaremos un año sin facturar", ha subrayado Casals, que ha advertido que la "supervivencia del sector tiene un límite".
Las últimas restricciones impuestas por la Generalitat, que establecen nuevas limitaciones en la restauración y que los hoteles solo pueden servir cenas a los clientes alojados en sus establecimientos hasta las 21.00 horas, Nochebuena y Nochevieja incluidas, "no ayudan, sino que perjudican" y hacen aún "más profunda la situación dramática" que viven los hoteleros.
"Esto no tienen ningún sentido", asegura Casals, porque los pocos clientes que habrá en los establecimientos tendrán que cenar pronto y "estar dando vueltas" entre las 21.00 horas y la hora de las campanadas".
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