El turismo aún paga la paranoia por la seguridad post 11-S
Publicada 25/03/13
Análisis/ El transporte aéreo no volvió a ser igual tras el 11-S y doce años después seguimos y seguiremos sufriendo las consecuencias de aquellos atentados cada vez que tenemos que viajar en un avión. Pero la paranoia por la seguridad tiene unos altísimos costes económicos -que tenemos que pagar al comprar el billete- y también sobre la privacidad de las personas. Por no hablar de las incoherencias y situaciones kafkianas que vemos cada día.
El asunto de los costes no es baladí. El pasado 20 de marzo, por poner un ejemplo, la Comisión Europea concedió a un consorcio formado por las empresas Accenture, Morpho y HP un contrato para el mantenimiento del Sistema de Información de Visados europeo. Dicho contrato tiene una vigencia de tres años y un coste de 70 millones de euros.
Según informa Accenture, "el proyecto facilitará el intercambio de datos de visados entre las distintas autoridades fronterizas, garantizando el procesamiento del sistema y la capacidad de búsqueda e identificación que exigen las solicitudes de visado".
Por su parte, la compañía Morpho se hará cargo de los servicios de identificación biométrica. Esta empresa ha desarrollado una tecnología apabullante en este campo, tal como muestra el siguiente video.
En Estados Unidos, donde tuvieron lugar los atentados del 11S, la obsesión por la seguridad en los aeropuertos ha originado ya numerosas quejas por parte de los pasajeros, que son considerados como potenciales terroristas sólo por el mero hecho de ir a embarcar a un avión.
También en Youtube podemos ver numerosos ejemplos acerca de los expeditivos métodos usados por la agencia federal Transportation Security Administration (TSA).
En Estados Unidos, por cierto, ya llevan gastados 87 millones de dólares en escáneres corporales.
Identificación biométrica, escáneres corporales....¿Pero quién vigilará al vigilante? ¿Qué personas honradas y equilibradas tendrán acceso a toda esa información? ¿Serán seguros los sistemas anti-hackers?
Casos como Wikileaks demuestran que a mayor digitalización de archivos y documentos, mayor riesgo de robo de información.
Incoherencias del sistema
Tampoco podemos pasar por alto las incoherencias del sistema de seguridad que hemos construido alrededor de los transportes.
Y no me refiero sólo a los aeropuertos. En las estaciones de ferrocarril vemos escáneres para los pasajeros del AVE, pero en cambio no hay controles para los que viajan en cercanías...
Pero todo el tinglado se sigue sosteniendo, justificando y pagando en nombre de la seguridad.
Confiamos excesivamente en la tecnología, cuando el mejor sistema de seguridad del mundo y de detección de potenciales peligros es el ojo humano.
¿Ustedes qué prefieren: un aeropuerto con 10 guardias civiles con experiencia o con 100 escáneres biométricos?
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