¿Son sexistas las plantas y habitaciones de hotel exclusivas para mujeres?
Publicada 27/03/13
Análisis/ He de reconocer que llevaba tiempo queriendo escribir este análisis, en el que recaigo una y otra vez cuando leo noticias de este tipo. La oportunidad me la ha dado el Bella Sky Comwell, el primer hotel europeo con una planta 'Women Only', según publicó HOSTELTUR noticias de turismo hace un par de años. Ahora ha vuelto a la primera página de actualidad al erigirse como el lugar ideal para celebrar el Día de la Mujer el pasado 8 de marzo.
El citado hotel de Copenhague se enorgullece de ser el primer establecimiento de Europa que cuenta con una planta entera con este tipo de alojamiento, denominada Bella Donna Floor, dedicada únicamente a huéspedes del sexo femenino donde los hombres tienen vetado el acceso, algo que choca con la legislación danesa. Y no me extraña, porque se mire por donde se mire eso es discriminación por motivos de sexo.
Mis reflexiones me llevan a plantearme hasta qué punto es necesario que exista ese tipo de estancias exclusivas para mujeres, ese producto 'Women Only: turismo especializado para mujeres', como detallaba Salvador Vilalta en su post. Unos servicios y productos turísticos "sólo para mujeres" que además son una tendencia al alza. ¿Realmente mis necesidades en un hotel difieren de las de un cliente masculino? Si con que haya ammenities en el baño para ambos sexos es, a mi entender, más que suficiente.
Leyendo la descripción de las instalaciones y servicios de estas habitaciones crece mi indignación: “Las paredes de las 20 estancias exclusivas de la planta para mujeres están combinadas con colores suaves, en las que los tonos rosa y borgoña son protagonistas. Cuentan con plantas naturales y un mobiliario que se ajusta también a las demandas formuladas por las mujeres, con muebles de formas clásicas y prácticos a la vez. En las habitaciones no faltan flores frescas, secadores de pelo de última generación, tablas de planchar, colgadores de faldas y vestidos, revistas de moda, así como numerosos productos de belleza”. Si esto no es sexismo, que baje Dios y lo vea.
Lo peor de todo es que para crear este mundo rosa especialmente diseñado para chicas los directivos del hotel contaron con “la opinión de numerosas mujeres, la mayor parte de ellas ejecutivas, a las que se les preguntó sobre sus preferencias, gustos y necesidades, lo que posteriormente se vio reflejado en la decoración de la planta y en su oferta de servicios”.
El producto roza el surrealismo cuando si una de sus huéspedes quiere llevar un hombre a su habitación se le invita a cambiar de planta. Tampoco tienen acceso ni el director ni el gerente, y sólo el jefe de seguridad podría acceder en situaciones excepcionales.
Tribunales
El caso está actualmente en los tribunales por vulnerar el principio de la igualdad de sexos que recoge la legislación danesa, aunque las instalaciones siguen abiertas y de momento no parece que se vayan a cerrar. Y eso que la Junta de Igualdad del país nórdico ya determinó en otoño de 2011 que la planta era ilegal, pero sus responsables se muestran dispuestos a llevar el proceso legal tan lejos como sea posible, incluso a la Corte Suprema de Dinamarca occidental, porque no lo consideran “discriminatorio”.
A ellos, y a todos los que sean del mismo parecer, me permito hacerles una pregunta: ¿qué pasaría si fuera al revés, si la planta fuera sólo para hombres y las mujeres tuvieran vetado el acceso? Ahí tienen la respuesta.
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