Quiebra otra aerolínea europea, víctima de la pandemia de COVID-19
Publicada 02/03/21 14:18h
Czech Airlines (CSA), la compañía de bandera de la República Checa, con más de 97 años de trayectoria, se ha declarado en quiebra y solicitado su reorganización en el Tribunal Municipal de Praga, de acuerdo con la Ley de Insolvencia del país. La solicitud de reorganización se interpuso debido a la finalización de la moratoria extraordinaria y “después de agotar todas las posibles vías para resolver la desafiante situación financiera causada por la crisis global de la aviación derivada de la pandemia de COVID-19”, explica en un comunicado, en el que destacan que el objetivo del proceso abierto es salvar la empresa y optar por la mejor solución para los acreedores.
Los representantes de la compañía aérea señalan que, antes de la COVID-19, CSA era una empresa rentable. “Como consecuencia de la pandemia y las restricciones de viaje extraordinarias, implementadas por los gobiernos en todo el mundo, su capacidad económica se vio desafiada significativamente”.
Agregan que, a pesar de las recomendaciones de la Comisión Europea y de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA), CSA no recibió ningún apoyo financiero del gobierno, a diferencia de sus competidores directos que sí recibieron dicho apoyo de sus respectivos Estados y, por lo tanto, se enfrentó a una “competencia desigual y desleal”.
El Estado Checo se negó a participar en el rescate de CSA, siendo la quinta aerolínea más antigua del mundo y a pesar de que los accionistas declararon estar dispuestos a recibir dicho apoyo financiero.
Refieren que, desde el 28 de agosto de 2020, Czech Airlines y su empresa matriz Smartwings, han estado solicitando al gobierno Checo que implemente el programa de compensación “COVID-transporte aéreo”, al igual que otros programas gubernamentales como “COVID-Bus”, “COVID- Alojamiento” o “COVID-Turismo”. Pidieron, asimismo, apoyo financiero para cubrir 7.198 vuelos cancelados durante el estado de emergencia establecido entre el 14 de marzo de 2020 y el 24 de mayo de 2020, período en el que CSA se vio obligada a suspender sus operaciones.
Los responsables de CSA explican que “la justificación a la falta de apoyo financiero se basa en que no es posible diseñar una compensación para una sola empresa, explicación carente de lógica y en contradicción con el apoyo brindado a las aerolíneas en otros países”.
La empresa matriz Smartwings está abordando la situación actual bajo el régimen de moratoria regular con el apoyo de sus acreedores. El funcionamiento de ambas empresas continúa ininterrumpidamente y CSA y Smartwings continúan operando sus vuelos programados, y ambas aerolíneas reanudarán las operaciones de otras rutas sujetas a la situación epidemiológica, y restricciones de viaje impuestas por los países relevantes.
“La propuesta de reorganización es la última opción para salvar la empresa, a menos que el gobierno de la Republica Checa reconsidere su enfoque”. La industria aérea es una de las más afectadas por la pandemia de COVID-19. Debido a la crisis generada, CSA y Smartwings tuvieron que dar de baja más de 600 contratos de trabajo e implementaron varias medidas de restructuración.
Previamente a la pandemia, CSA tenía prevista una expansión para finales de 2020 que incluía nuevos aviones Airbus, destinos y operaciones de largo radio. Sin embargo, a consecuencia del estado de emergencia declarado y de las medidas extraordinarias implementadas debido a la propagación del coronavirus, ha sufrido una pérdida de 1.570 millones de coronas checas (60,1 M €) y una caída sin precedentes en los ingresos de la compañía de alrededor del 20% respecto al año anterior
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