Las compañías aéreas estadounidenses recibirán unos 3.000 millones de dólares de ayuda pública como compensación por el negocio perdido como consecuencia de la guerra. Estas ayudas han sido incluidas por el Congreso en el paquete financiero de emergencia que reclamó el presidente George Bush y que ha recibido el visto bueno de los comités de asignación presupuestaria de ambas cámaras del Capitolio.
Las compañías aéreas estadounidenses recibirán unos 3.000 millones de dólares de ayuda pública como compensación por el negocio perdido como consecuencia de la guerra. Estas ayudas han sido incluidas por el Congreso en el paquete financiero de emergencia que reclamó el presidente George Bush y que ha recibido el visto bueno de los comités de asignación presupuestaria de ambas cámaras del Capitolio.
Bush había pedido al Congreso 75.000 millones de dólares adicionales para gastos militares y ayudas a los países que han decidido apoyar la coalición promovida por Estados Unidos frente a Irak. A esta cifra se han sumado las ayudas a las aerolíneas, con lo cual la cifra total se eleva a unos 78.000 millones de dólares. Aunque hay acuerdo en el Capitolio sobre la necesidad de socorrer a las compañías aéreas, la Cámara Baja propone que se les entregue 3.200 millones y el Senado quiere elevar la cifra hasta 3.500 millones. Ambas intentarán consensuar una cifra final antes de que los congresistas se vayan de vacaciones el próximo 11 de abril. La ayuda a las aerolíneas estadounidense se produce en un momento en el que las compañías europeas reclaman asistencia de los Gobiernos de la Unión Europea. Los Quince han decidido apoyar a la industria con medidas como la flexibilización en la asignación de derechos de vuelo, apoyo para la cobertura de seguros y ayudas para las medidas adicionales de seguridad. Pero por ahora se niegan a entregar ayudas directas a las compañías. En EE UU la polémica no se centra en cómo socorrer a las compañías sino en cómo supervisar los fondos reclamados por el Pentágono. Ambas Cámaras otorgan 62,5 millones de dólares adicionales para financiar la guerra, pero dividen los fondos en categorías específicas y dejan sólo una parte residual para 'fondo de contingencia', que es el bloque que puede gastar el Pentágono sin necesidad de dar explicaciones detalladas sobre su uso. Algunos congresistas se quejan de que Bush quiere un 'cheque en blanco' que impida al Congreso supervisar el uso de estos fondos. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, se ha quejado de que la ley de emergencia restringe su capacidad de actuación. (Diario Cinco Días, 03/04/03)
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