On the Beach y su renuncia al verano tras pagar 9 M € por cancelaciones
Publicada 17/06/21 00:26h
La OTA On the Beach, tercer operador del mercado británico por volumen de pasajeros, mostró una buena previsión de futuro al renunciar a vender el verano completo de 2021 a mediados de mayo, cuando aún no se conocía que la actualización del semáforo Covid a primero de junio traería peores noticias de las esperadas con la retirada incluso de Portugal. La agencia online ha presentado esta semana sus resultados de su primer semestre fiscal hasta 31 de marzo donde revela el enorme gasto por cancelaciones que sufrió y de ahí que no quiere arriesgarse a operar en un verano que volverá traer un escenario similar al de 2020.
Como informó HOSTELTUR en On the Beach suspende la venta de vacaciones de verano, a mediados de mayo la compañía anunció de que no vendería viajes para junio, julio o agosto, incluyendo todo tipo de paquetes de verano, incluso para los países que sí estuvieran dentro de la lista verde, como era el caso de Portugal.
La experiencia vivida con tantos cambios el verano pasado y la situación que se predecía este año le hizo renunciar a sacrificar unas ventas "marginales" ahora que luego puedan reducirse de nuevo en fuertes gastos por cancelación. En el primer semestre del ejercicio 2020-21 estos gastos alcanzaron los 7,6 millones de libras (8,8 millones de euros).
Cuando tomó la decisión aún no se sabía que no habría luz verde para otros populares destinos, ni que posteriormente Reino Unido confirmaría a las autoridades turísticas que no habría turistas británicos hasta agosto, como derivación de retraso en el final de la desescalada hasta el 19 de julio.
On the Beach mantiene una caja de 30 M £ (35 M €) y ello a pesar de haber estado realizando reembolsos a los clientes antes de recibir los mismos por parte de las aerolíneas, que le adeudan 11,8 M £ (13,7 M €) por vuelos cancelados
El director ejecutivo de la compañía, Simon Cooper, comentó el mes pasado que numerosos ciudadanos se mostraban "hartos de la experiencia" del verano de 2020, cuando muchas vacaciones reservadas no se llevaron a cabo debido a las cambiantes restricciones de viaje. Era algo que temían las agencias de viajes, e incluso antes de lanzarse el semáforo ABTA pidió al Gobierno de Boris Johson evitar los cambio inesperados que hacen imposible adaptar la operativa de las compañías turísticas, más allá del perjuicio a los viajeros y las cancelaciones, que ya sufrió gravemente el sector el verano pasado.
En un principio la OTA se había estado resignando a dejar de operar a los destinos en ámbar, aunque finalmente decidió renunciar el verano y se está concentrando en vender el verano 2022, para el que las reservas están "significativamente por encima" de lo normal en esta fecha. (Ver: Británicos con reservas para julio y agosto las pasan a 2022)
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