Una aerolínea y un aeropuerto demandan al Reino Unido por su semáforo
Publicada 18/06/21
La aerolínea irlandesa Ryanair y el británico Manchester Airports Group (MAG), gestor del Aeropuerto de Manchester, han presentado este jueves una demanda legal conjunta ante el Tribunal Superior de Inglaterra contra Gran Bretaña por su sistema de "semáforos" para viajes internacionales, a fin de que se determine su transparencia, con la esperanza de forzar al Gobierno británico a una relajación de las estrictas reglas sobre la COVID-19 que amenazan la temporada de vacaciones de verano. Esperan que otras aerolíneas se unan a la acción legal. Los documentos judiciales presentados en el tribunal argumentan que el gobierno británico debería explicar claramente cómo toma decisiones sobre la categorización de países, dado el impacto "dramático" que estas decisiones tienen en la industria de la aviación.
La información es recogida por la agencia británica de noticias Reuters. A solo unas semanas de la temporada alta de verano, los meses de julio y agosto, cuando las empresas del sector turístico obtienen la mayor parte de sus ingresos y ganancias, la industria de la aviación está preocupada por perder otro verano debido a las restricciones a la movilidad y el bloqueo a la mayoría de los viajes que el Gobierno británico mantiene por la COVID-19, lo que se traducirá en más pérdidas de empleos y tensión financiera.
La industria aérea, así como otros sectores, ha criticado repetidamente el sistema de semáforos del gobierno para destinos internacionales, señalando que es impredecible y no tiene soporte científico. Agregan que algunos países e islas de bajo riesgo deberían estar abiertos para los viajes.
Un portavoz del gobierno dijo que no puede comentar sobre los procedimientos legales. “Reconocemos que este es un período desafiante para el sector, ya que buscamos equilibrar la reapertura oportuna de los viajes internacionales al tiempo que salvaguardamos la salud pública y protegemos el despliegue de la vacuna”, dijo el gobierno en un comunicado.
Gran Bretaña permitió nuevamente las vacaciones a partir de mayo después de meses de bloqueo, pero desalienta los viajes a destinos turísticos populares como España, Francia, Grecia y Estados Unidos, clasificándolos como "ámbar" según su sistema de semáforos
Esto significa que los viajeros deben estar en cuarentena durante 10 días a su regreso y realizar múltiples pruebas de COVID-19, lo que desalienta los viajes a esos destinos. Solo un puñado de lugares están clasificados como verdes y ninguno en la Unión Europea, después de que Portugal fuera eliminado con poca antelación a principios de junio.
Los documentos judiciales presentados en el tribunal argumentan que el gobierno británico debería explicar claramente cómo toma decisiones sobre la categorización de países, dado el impacto "dramático" que estas decisiones tienen en la industria de la aviación. Consideran que le Gobierno de Boris Johnson no se está basando en criterios científicos.
"La forma opaca actual en que se toman las decisiones está socavando la confianza del consumidor para reservar vacaciones de verano y hace imposible que los aeropuertos, aerolíneas y otras compañías de viajes planifiquen la recuperación de los viajes internacionales", dijeron las compañías en una declaración a Reuters
La industria aérea contaba con que el mercado británico fuera uno de los pioneros en la reanudación de los viajes, dado que el país tiene una de las campañas más rápidas y tasas más altas de vacunación del mundo.
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