Agencias sevillanas proponen frecuencias temporales para paliar la caída de viajeros

Los aeropuertos andaluces registraron un total de 10.684.426 pasajeros entre enero y julio de 2013, lo que supone un 4,9% menos respecto al mismo período de 2012, en un total de 123.579 operaciones de tráfico aéreo registradas en estos primeros siete meses, lo que supone un descenso del 6,4 por ciento en relación con el año anterior. En este marco, el Aeropuerto de Sevilla contabilizó entre enero y julio del año en curso un total de 2.182.634 viajeros, un 15,7% menos que en el mismo periodo del año anterior.

Sobre esta evolución, cabe recordar que a en los primeros meses de 2012 la aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair suprimió seis de las rutas que opera en el aeropuerto de San Pablo. José Miguel Nicolás, en este sentido, ha lamentado la pérdida de viajeros que continúa experimentando el aeródromo sevillano y la ha encuadrado en la caída general del tráfico aéreo como consecuencia de la crisis que azota al mundo occidental y que castiga especialmente a España, por no hablar de Andalucía.

El aeropuerto sufre una fuerte caída del tráfico.

Pero además, ha avisado de que "la pata que falla" a la hora de crear y conservar rutas en el aeropuerto de Sevilla es el pasajero local, extremo por cierto especialmente relacionado con la crisis, porque la última encuesta de población activa (EPA) atribuye a la provincia una tasa de desempleo del 33,29 por ciento. "Los viajes de ida hacia el destino de la ruta no cumplen las expectativas en el número de pasajeros", se encoge de hombros José Miguel Nicolás recordando que, no obstante, el área de influencia del aeropuerto de Sevilla abarca las provincias de Huelva, Córdoba y Badajoz.

A su juicio, "las autoridades", desde el Consorcio de Turismo de Sevilla, "esta vez lo están haciendo bien" y siguen trabajando en la búsqueda de nuevos destinos como el de Munich (Alemania), pero pesan el contexto de depresión económica y el factor del tráfico local. Es por eso que propone rutas para "destinos temporales" ideados "en función de la demanda" o rutas con frecuencias reducidas a tres vuelos "semanales", porque flaquea el concepto de la conexión con un destino "para toda la vida".