Un análisis de Esther Mascaró

El desafío de la inmunidad global: la normalidad, para todos o para nadie

La normalidad dependerá del porcentaje de vacunación mundial, pero los mapas de vacunación muestran el abismo entre países ricos y pobres y entre continentes

Publicada 25/07/21 -Actualizada 20/08/21 02:02h
El desafío de la inmunidad global: la normalidad, para todos o para nadie

Análisis/ La normalidad o será para todos o no será. No es una decisión política ni un capricho, es que mientras haya en el mundo una gran bolsa de personas sin vacunar, el virus seguirá mutando y expandiéndose con nuevas variantes que, por lo que hemos visto, cada vez son más infecciosas. No es que el virus sea muy listo, es que hace lo único que sabe hacer: sobrevivir y reproducirse, y mutar para conseguirlo. Los científicos no se ponen de acuerdo sobre si los virus son o no son seres vivos. Pero quizá este debate carezca de importancia práctica en un momento en que el coronavirus SARS-CoV-2 ya suma más de 193 millones de casos confirmados en el mundo y más de 4 millones de muertes. Dos aspectos son importantes: el acceso nulo de muchos países a las vacunas, y las reticencias de parte de la población a la hora de vacunarse en los países ricos, sobre todo en Estados Unidos.

En Europa hemos llegado prácticamente al 50% de población totalmente vacunada, con variaciones por países, pero con un porcentaje muy similar, como muestran los gráficos de Our World In Data.

Malta sigue siendo el campeón de la vacunación, con un 81% de su población con las dos dosis a 19 de julio, seguida por Islandia con el 74%, el Reino Unido con el 53,4% y España con el 52%.

Puede ampliar el tamaño del gráfico clicando sobre la imagen.

Por colores, el mapa de la vacunación en Europa se vería así, siendo los países que tienen un color verde más oscuro los que mejores datos de vacunación completa muestran. Europa oriental es donde las cifras bajan más, con un 15% en Rusia o un 3,4% en Ucrania.

Mapa de colores de la población completamente vacunada en Europa. Puede ampliar el gráfico clicando sobre la imagen.

Las grandes diferencias

El mapa del mundo muestra, también en claroscuros, las enormes diferencias entre los continentes y los países más ricos y más pobres. Este abismo que separa unos y otros países pone en jaque a todo el planeta, también a los países ricos, porque deja una enorme bolsa de población desprotegida frente al virus, donde éste puede seguir mutando y de donde seguirán llegando nuevas variantes.

Ya a principios de abril, cuando la campaña de vacunación era incipiente en el mundo rico, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, instaba a los países avanzados a "dejar de lado los controles a las exportaciones" y asegurar que las "vacunas excedentes lleguen a los países pobres" para dejar atrás lo antes posible la crisis por la pandemia. Si esto no se consigue y los países pobres no tienen acceso a las vacunas, decía Georgieva en ese momento, el mundo no controlará el coronavirus, que seguirá expandiéndose y mutando, quizá haciéndose inmune a las vacunas actuales en una de esas mutaciones, como explicábamos en El ritmo desigual de vacunación por países arriesga la inmunidad global.

Ahora, ya casi a finales de julio, es evidente que no lo estamos consiguiendo. Ya estaba claro entonces que era importante financiar completamente la herramienta COVAX, para la distribución equitativa de vacunas en todo el mundo, y "asegurar que las vacunas sobrantes son transferidas a los países pobres". O sea, ya teníamos asumido que los países pobres recibirían las vacunas "sobrantes", las que los ricos no necesiten... cuando tengan claro que no las necesitan

Pero viendo los mapas claroscuros de la vacunación en el mundo, está claro que como especie, como habitantes del planeta, como grupos humanos interdependientes viviendo en un sistema global, estamos fracasando de nuevo. Nuestra inmunización frente al virus no equivale a la inmunización global y por lo tanto, a una vuelta a la normalidad, y no sé hasta qué punto somos conscientes de ello.

El mapamundi de la vacunación

Así es el mapamundi de la vacunación, en este momento.

Queda claro que África prácticamente entera está fuera de la carrera por la inmunización. Los datos de algunos países, los que tienen un color más claro en el mapa, ni se conocen: Argelia, Libia, Etiopía, Tanzania... lo mismo que China.

Pero es que otros países están a poco más del 0% de población inmunizada: Mauritania al 0,3%; Congo, Zambia, Malí... y otros no llegan ni al 2%, como Egipto (1,4%), Kenia (1,1%), Senegal (1,6%), Sudáfrica (3%)... y el mejor ubicado de África es, con diferencia, Marruecos (26,4%).

En América Latina, los peor situados son Venezuela (3,0%) y Paraguay (2%); Bolivia tiene un 6,8% de población completamente vacunada, Brasil un 16,5%, Perú un 12%, Argentina un 12,1%. Los mejor situados son Colombia, con un 20,3%, y Chile con un 61,4% y Uruguay con un 60%. Incluso en el mismo continente, las diferencias son abismales.

Mapa mundi de la vacunación. En colores más oscuros, los países con mejores datos. El color más claro corresponde a países de los que no se tienen datos.

Los planes no han salido bien en EEUU

Estados Unidos preveía en abril que el 90% de su población estaría vacunada en verano (Todos los adultos de EEUU estarán vacunados para el 4 de julio), y en Europa se preveía lo mismo para otoño. Pero no parece que Estados Unidos vaya a conseguir su objetivo.

En el pico de la campaña de vacunación en EEUU, a mediados de abril, eran administradas casi 3,5 millones de dosis al día. Ese número cayó a la mitad rápidamente, y luego a la mitad de la mitad. En este momento, según algunos medios estadounidenses, se están poniendo 400.000 vacunas al día

El número de vacunados con las dos dosis no llega al 50% en este momento en Estados Unidos, es del 48,3%. Y con al menos una dosis, del 55,8%.

Curiosamente, o no, en los 17 estados donde el 60% de la población tiene al menos una dosis, ganó las elecciones Joe Biden. Mientras que en los 16 estados que luchan para llegar al 50%, ganó Donald Trump. Y es que la ideología dicta la actitud de muchos estadounidenses frente a las vacunas. Ni los donuts gratis, ni las entradas a museos, ni la cerveza, ni la marihuana han funcionado para incentivar la vacunación entre quienes ya han decidido que no quieren vacunarse.

Vacunas "obligatorias" en Europa

Mientras, en Francia, desde este miércoles es obligatorio presentar el certificado sanitario para acceder a los cines, teatros, museos y a cualquier evento cultural o espectáculo, deportivo o de otro tipo, que reúna a más de 50 personas. Y en agosto también será requerido para entrar en bares y restaurantes. El certificado garantiza haber terminado la pauta de vacunación, haber superado la COVID-19 en los últimos seis meses o disponer de un test negativo (PCR o de antígenos) de menos de 48 horas (vea: Francia impone el certificado sanitario en espacios culturales).

Y en Inglaterra, "el 'Día de la libertad' para los clubes nocturnos duró unas 17 horas", según aseguraba este lunes en un comunicado Michael Kill, presidente de la Asociación de Industrias Nocturnas (NTIA), valorando como un "desastre" que a partir de septiembre será necesario acreditar la doble vacunación para entrar en los clubes nocturnos y discotecas (vea: Los británicos vacunados que viajan a verde y ámbar no quieren hacerse PCR).

En este mapa de Statista se muestran los países donde las vacunas son, en uno u otro grado, obligatorias, ya sea para algunos grupos o para entrar en determinados lugares. Francia aparece en color naranja porque el personal sanitario -unas 700.000 personas- deberá vacunarse obligatoriamente antes del 15 de septiembre.

La vacunación obligatoria para todos está vigente, según este mapa, en tres países: Tayikistán, Turkmenistán y la Ciudad del Vaticano

En otros lugares es obligatoria para algunas profesiones de elevado contacto humano, como son los sanitarios, al igual que en Francia, en el Reino Unido, Italia y Grecia.

En Rusia la vacunación es obligatoria en algunas localidades, como Moscú y San Petersburgo, para algunos empleados del sector servicios. Y en los Estados Unidos, San Francisco ha anunciado recientemente que requerirá a los 35.000 empleados municipales que se vacunen.

Las restricciones, sobre quienes no se vacunen

Las vacunas no son obligatorias para todos, sin embargo, lo que están buscando Inglaterra y Francia, y también quieren algunas comunidades autónomas de España, es por un lado facilitar la vida a quienes se hayan vacunado y por otro, incentivar la vacunación sobre todo en el grupo de edad de 18 a 30 años.

Tal y como dijo el presidente francés Emmanuel Macron al explicar la decisión de Francia, la idea es que la carga de las restricciones que juzga necesarias en este momento el Gobierno francés recaiga no sobre toda la población, sino sobre los que no se han vacunado. La vacuna significa "salud y completa libertad", dijo. Si alguien elige no vacunarse tendrá que asumir las consecuencias (vea: Francia no aplicará restricciones de viaje a España y Portugal).

Inmunidad global

Pero el objetivo de todos debería ser la inmunidad global, sólo así recuperaremos algo a lo que podamos llamar "normalidad". Tendemos a mirar y analizar la situación viendo lo que ocurre a nuestro alrededor, y empezamos a aceptar que "tendremos que vivir con el virus"

Pero las nuevas variantes, sobre todo la Delta o india, ya han demostrado que no basta con ese 70% que decíamos al principio de población vacunada para conseguir la inmunidad de grupo. O sea, no bastaría ni aunque el 70% de la población mundial estuviera vacunada, cosa que estamos muy lejos de conseguir.

Tal y como explicaba la BBC en abril, cerca del 90% de los habitantes en casi 70 países de bajos ingresos tendrán pocas posibilidades de vacunarse contra la Covid-19 en 2021.

Y volvemos al principio: la normalidad o será para todos o no será.

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