España: acuerdo con Riad mientras medita si sustituye a Pololikashvili
En la Asamblea General de Madrid tendrá que refrendarse al secretario general o bien elegir a otro candidato, si lo hay. Reyes Maroto ha firmado estos días un acuerdo de cooperación en materia turística con Arabia Saudí
Publicada 29/10/21Análisis/ Una vez cerrado el capítulo del intento de Arabia Saudí por llevarse de España la sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT), han sucedido varias cosas en ese tablero de ajedrez ajeno al día a día del sector. Por un lado, la OMT ha anunciado que su Asamblea General será en Madrid, y no en Marrakech, como estaba previsto. Por otro, el secretario general ha tenido su protagonismo en el reciente foro "The Future of Tourism", celebrado en Barcelona, y volverá a tenerlo en Londres, en la cumbre de ministros organizada por la OMT, la World Travel Market y el World Travel & Tourism Council (WTTC). Y por otro lado, la ministra Reyes Maroto ha escenificado la amistad de España con Arabia Saudí participando en su foro "Invest in Humanity", y firmando un acuerdo con la monarquía saudita para "cooperar" en materia turística, que incluye la colaboración de ambos en el ámbito de la (OMT). España sigue actuando con diplomacia vaticana en este asunto, pero el Ministerio de Exteriores tiene sobre la mesa un informe sobre cómo aprovechar la Asamblea General para cambiar al secretario general de la OMT.
Fue el Ministerio de Exteriores el que intervino para resolver el problema de las intenciones de Arabia Saudí sobre la sede de la OMT, activando a Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, organismo al que pertenece la OMT. Esa jugada diplomática salió bien, y Riad renunció en cierto modo obligada por la ONU.
El siguiente paso para España era decidir si asumía que el secretario general Zurab Pololikashvili sería refrendado en la Asamblea General de noviembre, o si intentaba buscar un candidato alternativo, ya fuera español o de otro país "amigo". Pololikashvili jugó a favor de los intereses saudíes en la cuestión de la sede, pero el Gobierno español de alguna manera le dejó en evidencia, de forma elegante, cuando organizó una visita a la futura nueva sede de la OMT en Madrid, que será en el Palacio de Congresos de La Castellana.
El desinterés de España por facilitar una sede nueva y atender a las necesidades de la OMT era uno de los argumentos esgrimidos por los partidarios de Riad
Esta semana se ha conocido que Marrakech, a causa de la situación por la COVID-19, ha renunciado a organizar la Asamblea de la OMT, y será Madrid quien se encargue de ello. Jugar en casa debería representar una ventaja para los intereses de España, si realmente al Gobierno le interesa sustituir al secretario general.
Refrendar o no al secretario general
El Ministerio de Exteriores ha recibido un informe técnico en el que se le explica la forma de evitar que el actual secretario general sea refrendado en la Asamblea General. Hasta ahora España ha utilizado la diplomacia vaticana, sin recriminarle nada a Pololikashvili públicamente, pero actuando con decisión y, sobre todo, con eficacia.
La Asamblea General de la OMT votará, pues, si refrenda o no al secretario general, a propuesta del Comité Ejecutivo, formado por unos 30 países entre los que está España. En enero, el comité reeligió a Zurab Pololikashvili de una forma que ha sido calificada de irregular por varias fuentes, y en virtud de esas posibles irregularidades sería que cualquier país, y no necesariamente España, podría solicitar que la elección del Comité Ejecutivo quedase sin efecto y este órgano propusiera a la Asamblea nuevos candidatos.
Está claro que el tiempo apremia, pero una opción, según las fuentes consultadas, conocedoras del funcionamiento interno de la OMT, sería que en la Asamblea de Madrid simplemente se dejara abierto un plazo para la presentación de nuevos candidatos, de entre los cuales saldría el nuevo secretario general en una Asamblea Extraordinaria celebrada telemáticamente quizá dos o tres meses después.
Mientras tanto, el actual secretario general, cuyo mandado termina el 31 de diciembre, debería cesar en sus funciones y ser sustituido por el funcionario más antiguo, hasta que fuera elegido el nuevo secretario general, algo que ya sería en el primer trimestre de 2022.
Si España quisiera sustituir a Pololikashvili, debería movilizar a sus embajadas para conseguir los 106 votos necesarios a favor de parar el proceso y reiniciarlo con nuevos candidatos
Las fuentes consultadas consideran que si España tuviera la voluntad de hacerlo, realmente, no sería difícil, porque el proyecto de nueva sede para la OMT sería un buen "gancho" para conseguir el apoyo de muchos países, dado que la inversión prevista es de cerca de 100 millones de euros, demostrando que España sí tiene interés en cuidar a la organización y atender a sus necesidades.
Una propuesta de reinvención de la propia agencia también podría ayudar, según las mismas fuentes.
Acuerdo de "cooperación" España-Riad
Esta semana la ministra Reyes Maroto ha estado en Arabia Saudí participando en el llamado "Davos del desierto", el foro global organizado por el Future Investment Initiative Institute, o FII Institute, que es una organización sin fines de lucro dirigida por el Fondo de Inversión Pública, el principal fondo soberano de Arabia Saudita, totalmente ligado a la familia real saudí.
Como explicamos en Grandes foros en Barcelona y Riad: ¿contraprogramación, casualidad o pulso?, este foro es parte de la estrategia saudí para convertirse en hub internacional entre Oriente y Occidente y hacer del turismo su principal motor económico, dentro del Plan Visión 2030, un proyecto milmillonario de construcción de infraestructuras y oferta turística, ciudades y resorts futuristas, con la intención de llegar a 2030 con 100 millones de turistas.
Teniendo en cuenta que Arabia Saudí se abrió al turismo internacional de ocio -no religioso- en septiembre de 2019, el proyecto es ambicioso
En este contexto, España y Arabia Saudí firmaron este miércoles un acuerdo de cooperación en materia turística "que incluye la colaboración en el ámbito de la Organización Mundial del Turismo (OMT)", según explica EFE, aprovechando la visita de la ministra Maroto.
¿Cooperar en qué?
¿En qué pueden colaborar ambos países desde el punto de vista turístico? No se explica, naturalmente. Lo de que "el reino de Arabia Saudí y España firmaron un acuerdo de cooperación para rediseñar el mapa del turismo y desarrollar el sector en vista de la experiencia de los dos países", que según EFE sale de la agencia saudita de noticias SPA, la verdad es que es chocante, teniendo en cuenta la "experiencia" del país árabe en el turismo.
También es curioso que, según el mismo teletipo, ambos países "identificaron varios campos en los que España y Arabia Saudí puede jugar un papel de liderazgo para revitalizar el sector del turismo tras la pandemia y convertirlo en uno de los pilares de la recuperación económica". El liderazgo de España es evidente desde hace años por el buen hacer de sus empresas en todo el mundo, pero el liderazgo saudí todavía está por demostrar, igual que su capacidad por convertirse en un país moderno que respete los derechos humanos, los derechos laborales, la igualdad de la mujer, las libertades en general y el juego democrático.
Limando asperezas y buscando inversión
Se hace difícil entender este "ponerse al mismo nivel" que Arabia Saudí en cuestiones turísticas, si no se trata solamente de una pantalla diplomática que pretende "limar asperezas" y si acaso, hacer caer en España y en empresas españolas, con las que se ha reunido la ministra, algunos de los millones de petrodólares que el país está dispuesto a invertir para convertirse en un "referente" mundial del turismo.
Los tres "temas clave" en que según el teletipo "coincidieron" Reyes Maroto y el ministro de Turismo saudí Ahmed al Jatib, y en que los dos países pueden "cooperar", son "la promoción de la sostenibilidad, la transformación digital y la capacitación de los recursos humanos para potenciar las capacidades de los trabajadores del sector"
Volviendo al principio: ¿Intentará España sustituir al secretario general de la OMT? La diplomacia fina demostrada en este asunto hasta ahora hace pensar que quizá sí, y esa diplomacia fina ha funcionado tanto en lo que respecta a Pololikashvili como en escenificar cómo son las relaciones con Arabia Saudí.
Si al final España no hace nada y simplemente deja que Pololikashvili sea refrendado en la Asamblea, no querrá decir necesariamente que España concede a la OMT poca importancia. Quizá este organismo sea un total desconocido para el propio Gobierno y para el sector turístico español, y es cierto que su papel no inciden en nada en el día a día de la industria, pero también es cierto que es el único organismo de Naciones Unidas en nuestro país y que hay consenso en que debe seguir estando en Madrid.
Cuando se hablaba de su posible traslado a Riad por las maniobras saudíes, los representantes del sector que fueron preguntados por la ministra Maroto respondieron algo que puede resumirse así: "No sabemos qué hace ni para qué sirve, pero está bien que esté en España. Y más si podemos reinventarla para que sea realmente útil"
El tablero en el que se juega la partida global, en realidad, no es el de la OMT, sino uno que está situado mucho más arriba y que tiene que ver con los pesos y contrapesos de la geopolítica -y las inversiones- globales. Ahí es donde España no debe perder pie ni liderazgo turístico.
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