Radiografía del viajero pospandémico: así piensa sus próximas vacaciones
Tras la dura experiencia de los confinamientos, aumenta el interés por los upgrades para mimarse y por las opciones que aporten bienestar físico y mental, mientras surgen tres segmentos de viajeros éticos: "hard", "soft" y "wannabe"
Publicada 12/11/21Artículo exclusivo para suscriptores Premium
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Con ganas de viajar, pero cautos a la hora de reservar
Según explicó Marloes de Vries, analista de viajes de la empresa de estudios de mercado Mintel, el foco de esta investigación presentada en la feria WTM es el turismo vacacional, por lo que se excluye el segmento business travel así como los viajes para ver a familias y amigos.
"Los británicos no han perdido el apetito de viajar y las vacaciones serán una prioridad de gasto cuando la COVID ya no sea una preocupación. Concretamente, un 46% de los consumidores dice que reservará unas vacaciones cuando la pandemia deje de preocuparle. Sin embargo, los consumidores son cautos a la hora de reservar", explicó la analista de Mintel.
En este sentido, cada mes Mintel pregunta a los consumidores británicos adultos si han reservado unas vacaciones en los últimos tres meses y estos datos permiten ahora establecer una comparativa entre 2019 y 2021.
De este modo, tal como podemos ver en la infografía, un 22% de los consumidores del panel de Mintel dijo que había reservado unas vacaciones en los últimos tres meses, una cifra que se sitúa por debajo del 28% de septiembre de 2019.
En cualquier caso, podemos ver cómo la diferencia entre las respuestas de 2021 y las de 2019 se está recortando mes a mes.
Según apunta Marloes de Vries, persisten elementos que siguen lastrando la recuperación plena de la demanda, como las restricciones y requisitos para viajar, la propia incidencia del coronavirus, el miedo a nuevos confinamientos en los próximos meses...
Por dichos motivos, remarcó la analista de Mintel, "las opciones que den flexibilidad al viajero seguirán siendo esenciales y del mismo modo también podemos prever que la tendencia a reservar a última hora se mantendrá por las mismas razones".
¿Qué quieren los viajeros británicos en 2022?
Durante la pandemia se ha observado un aumento de la demanda hacia destinos rurales, zonas de interior, ciudades menos conocidas y estancias en apartamentos. Mintel cree que "algunos de estos comportamientos permanecerán a largo plazo".
Ahora bien, las encuestas también apuntan otras tendencias interesantes sobre qué busca la gente tras dos años de pandemia.
En este sentido, el 45% de los consumidores que desean viajar en los próximos doce meses están interesados en upgrades, es decir, servicios extras que hagan más memorable sus merecidas vacaciones tras los sacrificios impuestos durante los confinamientos.
¿Qué tipo de servicios extras les interesan especialmente? El 27% dice que gastará más en alojamiento, pensando no solo en lujo y hoteles de cinco estrellas, sino en aquellos establecimientos donde puedan llevar a su mascota. Un 23% dice que gastará más en realizar visitas y otro 19% piensa con el estómago.
Sin embargo, la pandemia también ha dejado agujeros en muchas economías familiares, que ahora se ven agravados por la inflación, el aumento de los precios de la energía, etc.
Por dicho motivo, y a partir de los resultados de la encuesta, Mintel prevé que la polarización de la demanda turística se acentuará el año que viene.
Es decir, que si por un lado habrá más consumidores dispuestos a pagar por upgrades, en el otro extremo habrá un segmento de consumidores muy sensible al factor precio, que primarán las opciones de viaje más económicas.
Tendencias a largo plazo ¿cómo ha impactado la pandemia?
Ya desde antes de la pandemia el turismo responsable era una tendencia al alza entre los viajeros británicos, con muchos matices dado que se observan diferencias muy notables entre aquello que la gente dice y lo que finalmente hace.
"Por turismo responsable, la gente entiende minimizar impactos del viaje y contribuir de manera positiva al destino. Esta conciencia ha aumentado durante el último año y medio", dice Marloes de Vries.
Concretamente, "el 70% de los consumidores que salen de vacaciones habitualmente dicen que el confinamiento les ha hecho ser más conscientes sobre el impacto que tienen los viajes en el medio ambiente".
¿Qué les ha hecho tomar ese punto de vista? "Sería el resultado de haber observado una caída en los niveles de contaminación a raíz de los confinamientos y de los propios cambios que los consumidores han notado en ellos mismos, al disfrutar de un aire más limpio, etc. Lo cierto es que un cuarto de los británicos están priorizando el medio ambiente más de lo que hacían antes la pandemia", explica la analista de Mintel.
Por dicho motivo, "el 44% de los viajeros británicos cree que las compañías turísticas deberían priorizar la reducción de emisiones de carbono, como prioridad número uno, seguida del reciclaje".
Viajeros éticos: así se dividen
En cualquier caso, del dicho al hecho hay un trecho. Y proclamar que uno es un viajero responsable no se traduce automáticamente en lo que uno acaba eligiendo a la hora de reservar un billete de avión, la estancia en un hotel, una actividad en el destino o un paquete turístico entero.
"A la hora de hablar de comportamientos éticos, observamos que los consumidores tienen expectativas muy altas sobre cuál debería ser el comportamiento ético de las empresas mientras dicen que ellos están dispuestos a tomar pasos para ser también viajeros éticos", apunta Marloes de Vries.
"Pero hay mucha diferencia entre lo que la gente dice y lo que hace. Para dar una idea sobre lo realmente proactivos que son los consumidores en este sentido, hemos dividido el mercado en segmentos", añade.
Así, el 7% de los viajeros encajarían dentro de la definición "hard ethical traveller". Serían los más firmes y consecuentes con sus ideas, proactivos y menos sensibles al factor precio. "Son aquellos que priorizarán elementos éticos y políticas medioambientales a la hora de reservar".
Otro 29% serían "soft ethical travellers". Por decirlo de algún modo, son más flexibles. "Les importan estas cuestiones, sin embargo es poco probable que esto sea determinante a la hora de reservar". Ahora bien, "en un mercado donde las marcas compiten estrechamente en precios y productos, esto significa que una opción que sea más sostenible puede proporcionar una ventaja competitiva" en este segmento de consumidores.
Finalmente, existe otro 44% de viajeros éticos que Mintel define como los "wannabe". Serían los imitadores de los otros. "Quieren hacer más para minimizar su impacto en el medio ambiente, pero estas intenciones no se reflejan en su comportamiento. En este segmento, el precio tiene un papel mucho más relevante en el proceso de decisión y los sentimientos de culpa son menos prevalentes, pues no quieren comprometer su experiencia en las vacaciones", explica la analista de Mintel.
A pesar de todo, puede captarse a este segmento de consumidores si los destinos turísticos y las empresas les ofrecen "actividades que les ayuden a reducir su impacto en el medio ambiente o que les ayuden a contribuir de manera positiva en el destino, al mismo tiempo que añadan valor a su experiencia en vacaciones. Este tipo de actividades probablemente les atraerán".
En resumen, concluye Marloes de Vries, los turistas a menudo quieren 'hacer lo correcto', sin embargo esperan que las empresas tomen la iniciativa y les hagan más sencillo cumplir ese objetivo. Las experiencias con guías locales o en la naturaleza tienen el potencial más alto a la hora de desarrollar productos y servicios, aunque que los viajeros éticos más comprometidos podrían aceptar otro tipo de propuestas más sofisticadas.
Bienestar físico y mental
Otra tendencia a largo plazo que, según Mintel, también ha sido reforzada durante la pandemia es el deseo de unas vacaciones que contribuyan positivamente a nuestro bienestar físico y mental.
"Los consumidores son cada vez más conscientes sobre los aspectos relacionados con la salud y muchos de ellos han adoptado un enfoque holístico sobre su propio bienestar. Concretamente, el 53% de los viajeros británicos dicen que están más interesados en experiencias de viajes que sean beneficiosas para su salud mental y física", explica Marloes de Vries.
"Este es una de las consecuencias de la pandemia: ha generado un mayor interés entre los consumidores por todo lo relacionado con su bienestar, abriendo oportunidades para que empresas y destinos puedan ofrecer nuevos servicios".
"El turismo wellness ya era una tendencia al alza antes de pandemia debido a que la gente cada vez daba más importancia al estrés y al deseo de escapar de una sociedad ' always on'. Aquí surgirán muchos negocios de nicho, pero si miramos al volumen, las mayores oportunidades residen en añadir opciones wellness a vacaciones de sol y playa o city breaks", indica la analista de Mintel.
¿Qué valorarán los consumidores a la hora de reservar unas vacaciones que contribuyan a su bienestar? El paisaje de los alrededores, el lujo y la personalización serán elementos clave.
"El 66% de los potenciales viajeros wellness cree que unas vacaciones de bienestar debería ofrecer una experiencia de lujo. El 44% compartiría datos a través de apps o dispositivos para recibir consejos de salud personalizados", según Mintel.
Trabajo remoto en otro lugar
Otro cambio más que ha traído la pandemia es el teletrabajo.
El 37% de los trabajadores a tiempo completo esperan trabajar más desde casa cuando el coronavirus ya no sea un motivo de preocupación o haya acabado la pandemia.
Y de ese porcentaje, la mitad muestra interés por combinar vacaciones con trabajo remoto. "Esto se observa sobre todo entre los más jóvenes".
Según Mintel, esta tendencia genera oportunidades de negocio para aquellas empresas que ofrezcan modelos de suscripción o paquetes específicos con servicios (early check-in, late check-out, cuidado de bebés, tarifas especiales para largas estancias) que faciliten trabajar y relajarse durante la estancia en otro sitio diferente al hogar habitual.
"La investigación de calidad que hemos realizado revela que el beneficio clave es que estas personas podrán viajar más a menudo, aún teniendo el mismo número de días libres y de vacacionales anuales", indica Marloes de Vries.
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