La presidencia de Iberia es y ha sido uno de los cargos de responsabilidad empresarial más codiciados del país, tanto en la etapa en que la empresa estuvo bajo control público como ahora, en su nueva andadura como empresa privada.
La presidencia de Iberia es y ha sido uno de los cargos de responsabilidad empresarial más codiciados del país, tanto en la etapa en que la empresa estuvo bajo control público como ahora, en su nueva andadura como empresa privada.
La anunciada renuncia de Xabier de Irala, que junto al consejero delegado, Ángel Mullor, ha pilotado la compañía desde la llegada del PP al poder, y la filtración que sitúa a Fernando Conte, actual primer ejecutivo de ABB, en su puesto, no han impedido que se desate un forcejeo dentro del núcleo estable accionarial de la aerolínea para designar al sucesor. Ese grupo de socios que controla la compañía, formado por Cajamadrid, British Airways, American Airlines, BBVA, Logista, El Corte inglés y varias cajas, debaten contrarreloj para definir el cuadro de mando de la empresa. La pugna también implica la definición de las competencias de la presidencia, que dependen a su vez del perfil profesional del futuro presidente, según distintas fuentes cercanas al consejo. De momento, Conte es el candidato más firme al contar con el respaldo del equipo económico del Gobierno, que dirige Rodrigo Rato. Sin embargo, el presidente de Cajamadrid, Miguel Blesa, actual vicepresidente de la aerolínea por su condición de primer accionista individual, también tiene aspiraciones para suceder a Irala. Sobre todo ahora que el futuro político del Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid, del que en gran parte depende la designación del presidente de la caja, se dilucidará en breve en las urnas. Y de momento, las encuestas ponen en duda el triunfo del Partido Popular. La entidad financiera ha declinado hacer comentarios sobre el proceso de sucesión de Irala en Iberia. Si Blesa ascendiera a la presidencia, se da por seguro que se mantendría el cargo de consejero delegado, y Fernando Conte podría ocuparlo. Otro escenario que se ha puesto encima de la mesa es la designación del primer ejecutivo de ABB como presidente ejecutivo, lo que conllevaría la amortización del puesto que hoy día desempeña Ángel Mullor, cuya marcha se da por segura, aunque ésta podría demorarse algunos días para facilitar el traspaso de poderes con el nuevo equipo. En caso de que la disputa dentro del Gobierno llegue a un callejón sin salida, el núcleo estable y el ejecutivo barajan designar a un tercer hombre, de perfil integrador, y que ocuparía el cargo de forma provisional. Ese consejero de consenso sería Antonio Masa, ex político de UCD y ex presidente de Cepyme. En todo caso, este viernes debe concluir la pugna, al menos en su primera fase. Ese día está convocada una reunión del consejo de administración que debe designar al sucesor. Mientras tanto, a la espera del resultado de la crisis en el consejo, el equipo directivo ha empezado a asumir competencias de Irala y Mullor para poder pilotar la transición. (J.Ch./A.R.A., diario Cinco Días, 08/05/03)
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