El transporte del futuro está más cerca: el Hyperloop español avanza
Juan Vicén, cofundador y director de Marketing de Zeleros, la empresa valenciana que desarrolla en España la tecnología para lanzar este nuevo sistema de desplazamiento
Publicada 19/12/21- "Es un transporte complementario a los que ya existen, no estamos hablando de reemplazar al 100% un transporte u otro"
- "Podría haber un Hyperloop saliendo de España, otro de EE UU, como empresas independientes, que utilizan tecnologías similares"
- "En este proyecto, por el mismo tubo discurrirán vehículos para pasajeros, de entre 50 y 200 plazas, y de mercancías, de 15 a 25 toneladas"
Acortar distancias y reducir el impacto en el medio ambiente son dos de los grandes retos que tiene por delante el sector del transporte. Surge así la idea de poner en marcha el Hyperloop, una alternativa con forma de cápsula que circula a más de 1.000 kilómetros por hora. El concepto no es nuevo, surgió hace 200 años, pero ahora la tecnología permite que sea un proyecto factible. Con el objetivo de impulsar su desarrollo, el magnate tecnológico estadounidense Elon Musk, fundador de empresas como la de vehículos eléctricos Tesla o la compañía espacial SpaceX, impulsó en 2013 una competición universitaria, que ganaron un grupo de estudiantes de la Universidad Politécnica de Valencia, entre 300 propuestas de todo el mundo. Un equipo que en 2016 creó la startup Zeleros con el fin de continuar con el desarrollo del proyecto. La empresa fue fundada por los ingenieros industriales David Pistoni y Juan Vicén y el ingeniero aeroespacial Daniel Orient. Vicén, que es además el director de Marketing de la compañía, detalla que este proyecto contempla vehículos para entre 50 y 200 pasajeros, y de mercancías, que van de 15 a 25 toneladas.
Zeleros aporta la tecnología española para desarrollar un prototipo del Hyperloop, un proyecto en el que también trabajan compañías de otros países. ¿El objetivo es crear un modelo único o habrá diferentes propuestas?
Elon Musk lanzó la idea con el fin de contribuir a acelerar el proyecto, pero no para llevarlo a cabo. Surgieron así diferentes países para desarrollarlo. Digamos que es una especie de carrera, como la carrera espacial, pero a nivel terrestre, donde diferentes países compiten, por así decirlo, por crear este nuevo método de transporte. También existe colaboración, hemos firmado acuerdos para llegar a unos estándares comunes.
Estamos hablando de impulsar un nuevo método de transporte y no queremos que ocurra como en los trenes, donde hubo muchos problemas de interconexión entre diferentes países
Por tanto, ¿cada empresa podrá poner en marcha su propio proyecto, como hemos visto este año con los primeros lanzamientos al espacio de naves para pasajeros?
Sí, podría haber un Hyperloop saliendo desde España, otro desde Estados Unidos, como empresas independientes, que utilizan tecnologías similares, pero con diferencias. Estados Unidos, Francia, España, Holanda, Polonia, China, Corea y Canadá son los países que están desarrollando proyectos. Las redes de Hyperloop se van a poder implementar en todo el mundo, pero cada empresa tiene su concepto tecnológico. Ahora estamos en el momento de probar las diferentes tecnologías y demostrar que son viables. Lo que pase después aún no se sabe. Es decir, por qué proyecto se van a decidir los diferentes países, si va a haber una agregación de empresas y crearse un ente más grande...
¿Qué vinculación tienen ahora con Elon Musk? ¿Han de compensarle con algún tipo de canon por poner en práctica su iniciativa?
Él está muy focalizado en otros temas y lanzó su idea como un open source (código abierto). En ese sentido no es necesario pagarle ningún canon, pero le daremos la posibilidad de que conozca el proyecto y que se pueda involucrar si está interesado.
¿Cuál es la principal aportación de la propuesta española?
Zeleros propone un sistema diferencial en comparación con otras alternativas que permite reducir el coste del kilómetro de infraestructura de Hyperloop y, por otro lado, mejora su proceso de certificación, acelerando su llegada al mercado.
El 95% del coste de un proyecto de este tipo pertenece a la infraestructura y nos propusimos reducirlo. Hemos comprobado que para distancias de entre 400 y 1.500 kilómetros podemos conseguirlo con sistemas de levitación magnética y de propulsión aeronáutica, que son las dos tecnologías clave que utilizamos. Eso nos da una ventaja competitiva respecto a otras empresas que necesitan de la infraestructura para moverse. Nos permite operar a niveles de presión muy parecidos a los aviones, que es lo que nos da también esa facilidad de certificación.
El objetivo es un transporte eficiente y rápido, que supere los 1.000 kilómetros por hora. ¿En qué situación está el proyecto en estos momentos?
Estamos en pruebas. Cada uno de nuestros sistemas, levitación, propulsión y sistema energético han sido probados a nivel de laboratorio. El siguiente paso es la creación de pilotos a escala que permitan mostrar velocidades relevantes. Tenemos un proyecto en Valencia, que ya nos han concedido desde la Comisión Europea para hacer el primer prototipo a 250 kilómetros por hora. El siguiente paso es hacer una pista de unos cuatro kilómetros, donde podamos alcanzar velocidades mayores. Contamos con partners industriales, pero es un proyecto que requiere inversiones mayores y necesitamos también que los gobiernos se decidan a apostar por estos temas. El Gobierno de España ha demostrado su interés por realizar una pista de pruebas, pero aún no hay detalles de cómo será.
El funcionamiento de este sistema de transporte requiere también la construcción de una infraestructura a lo largo del territorio por donde tiene que circular la cápsula…
Sí, hay que generar una infraestructura nueva, pero utiliza menos terreno que, por ejemplo, la vía del tren, porque el diámetro y la dimensión de esas tuberías es menor. Además, en gran medida puede ir elevado y no necesita expropiar todo el terreno, solo para los pilotes sobre los que van los tubos.
¿Cuándo prevén que esté operativo el Hyperloop?
Los primeros pilotos de alta velocidad podrían estar en 2025. Tenemos como objetivo tener el marco regulatorio en Europa y las primeras pistas de grandes dimensiones, con los vehículos certificados, a partir de 2030 y desde este año y hasta 2050, prevemos la expansión de las rutas que permitan llevar ya mercancías y personas.
¿Ha habido ya grandes avances en la normativa que regulará este sistema?
Hemos sido promotores del primer comité de estandarización europeo de Hyperloop, el primero del mundo, y, por otro lado, tenemos conversaciones con la Comisión Europea desde 2018, cuando firmamos un acuerdo de colaboración industrial. Desde entonces estamos trabajando con las agencias de regulación, tanto aéreas como del ferrocarril, para conseguir que en 2030 haya una normativa para este método de transporte.
¿Utilizarán la misma infraestructura para pasajeros y para mercancías?
En nuestro proyecto, por el mismo tubo discurrirán vehículos para pasajeros, de entre 50 y 200 plazas, y de mercancías, que van de 15 a 25 toneladas, más o menos. La cápsula tendrá las mismas dimensiones porque lo que buscamos es que sea lo más flexible posible para adaptarse a las necesidades de cada país.
¿Cuál sería el espacio adecuado para este nuevo transporte, teniendo en cuenta que ahora contamos con una amplia red de vuelos y un moderno tren de alta velocidad?
Lo vemos como un método de transporte complementario a los que ya existen, no estamos hablando de reemplazar al 100% un transporte u otro, pero en distancias de entre 400 y 1.500 kilómetros, cuando a un tren le cuesta alrededor de dos horas y media o tres horas el trayecto de un punto a otro, la realidad y los estudios demuestran que los aviones son el método de transporte más utilizado. Sin embargo, en esas distancias es muy complejo descarbonizar la aviación, aunque se están haciendo progresos muy interesantes, y creemos que el Hyperloop viene a solucionar ese gap. Tendría aplicación en ese espacio, además es mucho más eficiente porque es totalmente eléctrico. Aunque un avión consiga ser eléctrico en esas distancias, la energía que necesita para elevarse a cientos de kilómetros y mantenerse en esas distancias hace que un Hyperloop pueda ser de cinco a 10 veces más eficiente en esos recorridos. Tiene un consumo muy similar al del tren y muy inferior al de un avión para esas rutas.
Implica una nueva forma de viajar, en una cápsula sin vistas. ¿Cómo será la experiencia de usuario?
Estamos empezando a trabajar en la experiencia de usuario y en cómo costumizar la cápsula dependiendo un poco del pasajero. Algunas se podrían adaptar para el viajero business, donde el usuario pueda tener conexión a internet rápida y privacidad para hacer reuniones, y una clase más turista donde a lo mejor hay necesidad de tener espacios para toda la familia, por ejemplo.
Es un reto el no poder ver el exterior, pero es verdad que hay sistemas de transporte actuales que tienen esa misma situación, en un vuelo transatlántico el ambiente es un poco cerrado, el metro… La gente se acaba acostumbrando, además se pueden añadir otras ventajas como la realidad virtual para ver lo que hay fuera sin necesidad de estar fuera.
Su propuesta está presente en Dubai con una maqueta del prototipo en la Expo 2020. ¿Cómo se está recibiendo su apuesta?
Nos ha dado la oportunidad de llevar la tecnología española a ojos y oídos de los máximos representantes del mundo. Más de 500.000 personas ya han pasado por allí y la maqueta ha despertado mucho interés. Incluso, hace poco, vinieron autoridades de los Emiratos para conocer el proyecto.
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