Las favelas de Río de Janeiro completan la oferta hotelera para el Mundial de Brasil
Muchos propietarios han habilitado sus viviendas para alojar a turistas
Publicada 25/04/14Los hostales abiertos en los últimos años en las favelas de Río de Janeiro, con una creciente disponibilidad de camas, pueden ayudar a superar la insuficiente oferta hotelera de la ciudad y los altos precios por habitación durante el Mundial de Fútbol, aseguran sus propietarios. No en vano el destino, con 55.000 plazas de alojamiento, espera la llegada de 300.000 aficionados. La Asociación Brasileña de la Industria Hotelera (ABIH) asegura que la ciudad ofrecerá otras 10.000 camas, pero no antes de los Juegos Olímpicos de 2016, según publicó HOSTELTUR noticias de turismo en 'La inversión hotelera en Brasil alcanzará los 9.500 M € hasta 2016'.
A menos de dos meses del evento se han disparado las dudas sobre la capacidad de Río de Janeiro para acoger al aluvión de turistas que se espera y sobre la capacidad de algunos visitantes de encontrar alojamiento al alcance de su bolsillo. De hecho Brasil promoverá los alojamientos extrahoteleros para el Mundial de 2014. Y es que los precios hoteleros en Brasil subirán hasta un 8,4% por el Mundial, según las previsiones de Carlson Wagonlit Travel (CWT).
Y las favelas cariocas, donde el proceso de ocupación policial para expulsar a las bandas de pistoleros que las dominaban permitió la apertura de algunos establecimientos hoteleros, se han convertido en parte de la solución, según constata J. García en EFE. A ello ha contribuido también la falta de trabas burocráticas para su apertura por parte de la Administración.
El resultado son decenas de establecimientos hoteleros que se han abierto en los últimos años en las comunidades pacificadas, en su mayoría en las casas de sus propietarios, acondicionadas en lo posible para recibir visitantes, procedentes sobre todo de Alemania, Italia y el Reino Unido, que pagan por su estancia y desayuno entre 11 y 20 dólares (ocho y 14,5 euros).
Es el caso del establecimiento de Oberdan Chagas, un joven vecino de Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, que, junto a su madre, empezó a recibir turistas hace dos años. Su modesta vivienda, en lo alto del cerro sobre el que crece la favela, se ha convertido en la pensión Rocinha Guesthouse, toda una referencia en la red para muchos mochileros europeos. En ella también ofrecen extras como lavandería y rutas turísticas por la zona, por las que piden unos 15 dólares (10,8 euros) por cabeza.
El miedo a transitar y pernoctar en las favelas por su peligrosidad empieza a ser sustituido por el interés por vivir “el otro Río”: barrios, en palabras de Oberdan Chagas “poblados por trabajadores felices de vivir aquí y que tienen una buena energía para transmitir; energía que buscan los turistas”.
Hotel de lujo
Por su parte El Mirante do Arvrão, hotel de lujo que abrió sus puertas al público el año pasado en la parte alta de Vidigal, desde donde tiene la mejor panorámica de las playas de Leblon e Ipanema, representa un gran paso adelante en la inversión privada en las favelas.
El establecimiento ofrece habitaciones a 36 dólares (26 euros) la noche por persona y suites de 113 a 180 dólares (de 81,5 a 130 euros); precios que también se han triplicado para el Mundial, periodo para el que tienen casi todas las plazas reservadas.
Se prevé que el gasto de turistas nacionales y extranjeros por el Mundial de Fútbol ronde los 11.000 millones de dólares (7.956 millones de euros), un pastel de divisas del que las favelas quieren una buena parte. No en vano Brasil recibirá 3,6 millones de visitantes durante el Mundial de Fútbol.
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