"El volcán de La Palma ayudará a que el turismo sirva de motor económico"
El consejero de Turismo del Cabildo de La Palma, Raúl Camacho, explica que hasta la fecha la actividad turística era secundaria, tras el sector del plátano, pero ahora "vamos a tener un cambio de chip"
Publicada 30/01/22- "Siempre hemos tenido un problema con que La Palma era Las Palmas, Palma, Gran Canaria… Ahora todo el mundo tiene claro dónde estamos"
- Primero la pandemia, luego el volcán, "en todo este tiempo hemos tenido que hacer cosas para las que no había un manual"
- "En conectividad no vamos a tener problema, quizá a corto plazo podemos tener algún problema en cuanto a capacidad hotelera"
Cuando el turismo empezaba a remontar tras un año y medio de pandemia, en septiembre entró en erupción un volcán en la isla canaria de La Palma, que supuso un nuevo golpe para el sector, aunque fue todavía más duro para las decenas de familias que perdieron sus casas y su medio de vida. Una vez finalizada la erupción, "el volcán va a significar la oportunidad de que el turismo sirva de motor económico de recuperación", afirma el consejero de Turismo del Cabildo de La Palma, Raúl Camacho. Reconoce, además, que ayudará a posicionar la marca: "Siempre hemos tenido un problema con que La Palma era Las Palmas, Palma, Gran Canaria… La Palma fue número uno en buscadores en Google, y ahora todo el mundo tiene claro dónde estamos".
Se suele decir que de las crisis surgen nuevas oportunidades. ¿Qué puede significar a partir de ahora el volcán para la promoción de la isla?
Va a suponer un antes y un después, tanto en lo que es la idiosincrasia de la isla como en materia turística. La gente va a querer visitar La Palma por algo más de lo que ya teníamos. El volcán va a significar la oportunidad de que el turismo sirva de motor económico de recuperación. Un sector que ocupaba el segundo lugar en el Producto Interior Bruto (PIB), aunque con mayor número de afiliaciones a la Seguridad Social que el sector platanero. Las fincas que el volcán se tragó se van a tardar seis o siete años en recuperar por la lava, en cambio el turismo puede arrancar inmediatamente. El volcán va a ser un reclamo para ver algo diferente. Es un debate que se tuvo cuando la gente visitaba la isla con el volcán activo, pero al final los palmeros supimos comprender que con un cero turístico al que prácticamente nos llevó el volcán, no podíamos parar. Ahí empezaron las visitas, primero de una manera un poco desorganizada, pero después la gente se concienció de que una forma de ayudar era visitar y gastar en la isla.
¿En qué situación está la isla en estos momentos?
Poco a poco se van abriendo las zonas, ya han vuelto casi 2.000 personas a sus casas, se está trabajando en recuperar carreteras. La parte donde bajó el volcán, del monte hacia el mar, dividió la carretera de conexión de núcleos turísticos como Puerto Nao, donde hay un hotel de Meliá y digamos un barrio turístico donde se combinan plazas extrahoteleras con hoteleras. Ahí tenemos casi 3.000 camas paradas, se puede acceder pero el recorrido es muy largo porque prácticamente hay que dar toda la vuelta a la isla y esa carretera es también para las fincas de plátanos que se concentran ahí. Espero que en verano al menos haya una pista que nos permita conectar y podamos recuperar esas camas.
¿Cuántas plazas concentra La Palma?
La Palma tenía unas 17.000 camas censadas, y de ellas aproximadamente 5.000 están ahora sepultadas o aisladas. Quedan 12.000 disponibles, pero con la conectividad que hay van a ser pocas. Para mantener la conectividad tenemos que recuperar de manera inmediata aquello que quedó intacto y ahí se están centrando nuestras políticas más inmediatas.
¿Se ha recuperado, por tanto, toda la conectividad?
La isla de La Palma está en los ojos de todos, están viendo oportunidad de negocio y están viendo que poner plazas significa venderlas. Creo que en conectividad no vamos a tener problema, quizá a corto plazo podemos tener algún problema en cuanto a capacidad hotelera porque, al fin y al cabo, solo hay cuatro complejos hoteleros en la isla. Están muy separados, pero hacen una carga importante de camas y los turoperadores, al comprar asientos, también nos ayudan a mantener el resto del avión para que el que quiera viajar de manera libre pueda aprovechar esa conectividad.
¿Qué infraestructuras relacionadas con la actividad turística han quedado dañadas?
Las infraestructuras más dañadas son las viarias, que afectan al turismo y al día al día de los que vivimos en la isla. Ahí es donde se concentra el mayor problema. Nuestro turismo se basa mucho en el turismo rural, individual, con pequeñas villas, pequeños complejos extrahoteleros… y ahí hemos perdido bastante. Donde el volcán arrasó es una de las zonas más importantes, con mejor clima y donde estaban concentrados todos esos pequeños complejos. Sin embargo, no afectó a otras infraestructuras turísticas, como centros de visitantes. Tenemos uno a un kilómetro del volcán, Caños de Fuego, en un paraje protegido, que era visitable y que ahora ha cambiado totalmente la fisonomía, pero lo vamos a recuperar de manera inmediata.
¿Cuáles son los principales mercados emisores para la isla?
En términos absolutos, en cuanto a llegadas, el primer mercado es el alemán, seguido de ingleses, holandeses y belgas. Luego hay otros que son minoritarios y por temporada, como los franceses y los polacos, que vienen solo en verano. El nacional es también muy temporal.
¿Qué ha supuesto para el sector y para usted, como gestor turístico, esta situación?
En todo este tiempo hemos tenido que hacer cosas para las que no había un manual. Para mí ha sido un reto y un compromiso. Lo que hemos hecho desde la Consejería de Turismo es unir a todos. No se habla de Administración por un lado, de empresarios, por otro, y de toda la cadena de valor vinculada al turismo, por otro. Hemos llegado a un acuerdo que es totalmente nuevo en la gestión turística de la isla. Ya en 2021, el Cabildo firmó con la seis patronales de la isla lo que llamamos acuerdo de colaboración pos-COVID, porque se había acabado la última ola. No esperábamos que llegara el volcán, llegó el volcán, se acabó el volcán y ahora estamos hablando de la sexta ola.
Quienes saben del negocio son los empresarios, que son los que arriesgan, los que tienen que llegar a fin de mes. Con toda esa experiencia, unida a la Administración, hemos creado un equipo conjunto de trabajo. Creo que ahí es donde está el éxito, en hacer las cosas de una manera diferente
¿Cómo ve el futuro más inmediato?
Creo que vamos a salir muy rápido de esta crisis y en la isla vamos a tener un cambio de chip. El turismo era una cosa secundaria, que lo hacían aquellos que venían de fuera. Hemos perdido toda nuestra base, que son las fincas, y ahora vemos en el turismo la recuperación de manera inmediata, generando puestos de trabajo y eso genera economía. Por la tanto, ha supuesto un reto sobre algo desconocido que va a ser una experiencia que nunca olvidaremos.
¿Se han sentido respaldados por el sector?
En un principio, en la comunicación a través de los medios, hubo mucho amarillismo. Se entendía que toda la isla estaba en destrucción y tuvimos que hacer una campaña de choque, diciendo desde el primer momento que a pesar de tener una erupción volcánica, la isla era segura.
Tuvimos que comunicar en los mercados internacionales que La Palma no se hundía, que todo se concentraba en una zona que supone solo el 10% del territorio de la isla. Nos costó mucho comunicarlo, incluso en el día de hoy, con todos los esfuerzos que hemos hecho, hay gente que cree que La Palma está totalmente sepultada
Además de las cenizas que complicaban la operatividad, eso fue lo que más nos afectó y lo que llevó a esa retirada de muchas aerolíneas y turoperadores. Solo se mantuvo una, que es la que conecta con Suiza. Las compañías navieras jugaron un papel fundamental en mantener La Palma conectada. En resumen, a nivel internacional se fue diluyendo y ahora estamos intentando arrancar porque también llegó la sexta ola y los países establecieron de nuevo restricciones.
La erupción del volcán se ha vivido minuto a minuto en todo el mundo, ha llevado la imagen de la isla a todo el planeta…
A pesar de la desgracia, el volcán se ha convertido en algo positivo para la marca. Siempre hemos tenido un problema con que La Palma era Las Palmas, Palma, Gran Canaria… La Palma fue número uno en buscadores en Google, y ahora todo el mundo tiene claro dónde estamos. Eso no lo habíamos logrado con toda la inversión que hemos hecho en posicionamiento, incluso, ante la desesperación por esa confusión, nos habíamos planteado cambiar la estrategia de promoción y utilizar el nombre de San Miguel de La Palma, que es como se llama la isla. Había ya un foro para cambiar el nombre, pero ahora todo eso se ha quedado en el tintero. La Palma ha conseguido un posicionamiento a nivel mundial. Somos la isla más joven de España, la isla del volcán.
¿Qué expectativas tienen para 2022?
Afrontamos el año con muchas expectativas. Ya antes de la erupción del volcán afrontábamos la temporada de invierno con la mayor conectividad en la serie histórica de la isla después de la pandemia, con un número de asientos ofertado que nunca habíamos tenido y aerolíneas que nunca habían volado a la isla. La gente ya quería ir a La Palma antes del volcán, por la pandemia, ya que es un destino verde, sostenible, de naturaleza, donde no hay aglomeraciones. Desgraciadamente, el volcán nos visitó el 19 de septiembre y todo eso se quedó en el tintero. Nuestro objetivo es recuperar como mínimo lo que teníamos antes.
¿Se están planteando alguna nueva estrategia de promoción?
Incluiremos el volcán en la promoción turística, como producto y como reclamo. Cambiaremos la estrategia de promoción para la campaña de verano, ya está todo el equipo trabajando en ello.
¿Alguna novedad en la oferta turística?
Hace apenas un mes, después de dos décadas, hemos inaugurado el centro de visitantes del Roque de los Muchachos. Un centro que es todo tecnología, digitalización y que viene a sumar. Una parte importante de esas infraestructuras turísticas que estábamos demandando todos los palmeros. Basamos nuestra estructura en pequeños productos, en pequeñas experiencias, pero la suma de ellos hace que seamos un poco grandes dentro de nuestras posibilidades. El volcán se llevó, muchos proyectos de vida, pero no vale mirar hacia atrás. Tenemos que ir planificando y ordenando lo que podemos sacarle a ese volcán.
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