Digitalización para el cálculo de la huella de carbono
Éste es el año de la lucha contra el cambio climático
Publicada 16/02/22- El cálculo de la huella de carbono no sólo habrá que hacerlo por ley sino que hay incentivos y beneficios para las empresas que lo hagan
- Baleares ha sido la primera Comunidad en imponer a medianas y grandes empresas el cálculo y registro anuales de su huella de carbono
- Dado que las acciones para reducir las emisiones son limitadas, entra en juego la compensación para lograr el objetivo de cero emisiones
La legislación en materia de cambio climático es cada vez más restrictiva y afecta a un mayor número de organizaciones que se ven obligadas a calcular su huella de carbono, así como controlar la reducción y compensación de emisiones. La digitalización juega un papel fundamental para simplificar esa recogida de datos y automatizar el cálculo, como afirman desde la consultora tecnológica hotelera Eisi Soft. La compañía ha trabajado con Greemko para integrar el cálculo de la huella de carbono, de forma automática y en tiempo real, en un módulo específico de sostenibilidad en su plataforma de digitalización de procesos operativos de activos hoteleros, que funciona como gemelo digital al transformar la operativa en datos.
La legislación española desde enero de 2021 obliga a publicar la información no financiera, incluida su huella de carbono, a empresas con activos por importe superior a 20 millones de euros, cuya cifra anual de negocio sea superior a 40 millones y cuenten con más de 250 empleados.
Pero es que la Ley de Cambio Climático y Transición Energética 7/2021 ya obliga a todas las empresas en España a publicar su información de huella de carbono, aunque aún no se ha determinado la tipología de organizaciones a las que se les va a exigir el reporte de esa información, que saldrá mediante un real decreto.
En este sentido Mar Robles, responsable de sostenibilidad y cofundadora de Greemko, ha advertido que “la legislación va a ir aumentando y haciéndose más restrictiva, tanto a nivel europeo como nacional y autonómico, haciendo que cada vez más empresas tengan que calcular y reportar esa información”.
No obstante, según ha añadido, “no sólo habrá que hacerlo por obligación legislativa”, ya que “también existen incentivos e incluso beneficios a la hora de calcular la huella de carbono, como la reducción de costes asociados al impacto ambiental, acceder a nuevas formas de financiación y ser más competitivos frente a licitaciones públicas”.
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De hecho ya hay autonomías que han tomado la iniciativa de aplicar legislaciones más restrictivas, como Andalucía, País Vasco y Baleares. Ésta última, mediante el decreto 48/2021, ha sido la primera Comunidad en imponer a medianas y grandes empresas desde el pasado 1 de enero el cálculo y registro anuales de su huella de carbono de dos años atrás, por lo que ahora deberán registrar el impacto de 2020.
En ese sentido, como ha explicado Joan Mateos, socio gerente de la consultora y laboratorio Sinergies, “del 1 de enero al 30 de septiembre de cada año, medianas y grandes empresas con actividad en Baleares, una facturación o balance general mayor a 10 millones de euros y a partir de 50 trabajadores deberán calcular y registrar su huella de carbono, incluyendo todos los gases de efecto invernadero, y teniendo en cuenta obligatoriamente las emisiones directas en alcance 1 y las emisiones indirectas por compra de energía en alcance 2”.
Ante las limitaciones para reducir, compensar
El objetivo es conocer la cantidad de emisiones a reducir y compensar, y dado que las acciones para reducirlas son limitadas, entra en juego la compensación para lograr el objetivo de cero emisiones marcado por las Naciones Unidas. Es decir, compensar todas esas toneladas de CO2 equivalente que no somos capaces de reducir, mediante el desarrollo de diferentes proyectos de compensación.
Y es que la mitigación del cambio climático, según ha destacado Borja González, jefe técnico de Medio Ambiente de Grupo Eulen “se ha convertido en uno de los principales desafíos de las organizaciones a nivel mundial, para lo cual el desarrollo de proyectos de compensación de emisiones emerge como una de las principales líneas de acción en las estrategias corporativas hacia una descarbonización de la economía”.
En esta línea, desde el Grupo Eulen han desarrollado un pool de sumideros de carbono para ayudar a las empresas a lograr la neutralidad climática mediante proyectos de compensación internacionales, de carbono verde con la creación de bosques activos, de carbono azul con la creación de praderas de posidonia, turberas, así como el caso de las microalgas, entre otros.
De este modo se pretende, como ha subrayado Marga López, directora de proyectos de Eisi Soft, “no sólo reducir el impacto ambiental y cumplir con las normativas existentes y que estén por llegar, sino concienciar a las organizaciones sobre su huella ambiental y dar respuesta a las cada vez mayores exigencias en materia de transición ecológica y economía circular que demandan instituciones y clientes”.
No en vano, concluyen desde la consultora, “éste es el año de la lucha contra el cambio climático. Se avecina una gran cantidad de directrices e iniciativas a nivel europeo, nacional y autonómico para cumplir los objetivos de neutralidad en carbono, y las empresas que estén preparadas e implicadas estarán mejor posicionadas competitivamente para poder dar respuesta”.
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