El turismo como "soft diplomacy" o como ejemplo de mano dura con Rusia
Zurab Pololikashvili mantiene que la decisión de suspender a Rusia de la OMT puede servir para "dar ejemplo" a otras agencias de la ONU, saliéndose del patrón de Naciones Unidas
Publicada 07/03/22El domingo 27 de febrero, el secretario general de la Organización Mundial del Turismo Zurab Pololikashvili, lanzaba en Twitter un llamamiento a los estados miembros de la organización para que "consideraran la suspensión de la Federación Rusa como miembro" de la OMT, "como secretario general es mi deber" hacerlo, decía. A principios de la semana pasada, siguiendo este llamamiento, seis países --Ucrania, Guatemala, Colombia, Lituania, Polonia y Eslovenia----, enviaban cartas prácticamente idénticas a la OMT solicitando la suspensión de la membresía de la Federación Rusa. Y el miércoles día 2, Pololikashvili anunciaba en Twitter que convocaba al Consejo Ejecutivo para el martes día 8, con el objetivo de examinar "las solicitudes recibidas de Miembros Efectivos para convocar una reunión extraordinaria de la Asamblea General a efectos de considerar la suspensión de la calidad de Miembro de la Federación de Rusia". Además de "pedir un inmediato cese de las hostilidades y que las partes vuelvan a los mecanismos de una resolución pacífica". Si la decisión del Consejo es afirmativa este martes, la Asamblea General Extraordinaria deberá ser convocada por el secretario general en un plazo de 15 días, y celebrada en el plazo de un mes a partir de la convocatoria. ¿El turismo tendría que ser entendido como soft diplomacy y un puente tendido que no debe destruirse, o más bien puede ser un ejemplo de mano dura con Rusia?
Desde que el secretario general lanzó el llamamiento hasta que se celebre el Consejo Ejecutivo, este martes, habrá pasado una semana y un día. El Artículo 51.1 del reglamento de la Asamblea General establece que cualquier solicitud para suspender a un miembro debe ser enviada al secretario general, que éste debe llevarla al Consejo Ejecutivo y que, a su vez, este órgano debe llevar la cuestión a la Asamblea. El Consejo se reúne solamente para decidir si se convoca o no una Asamblea General Extraordinaria.
60 días
Pero el artículo 51.2 --del que no se habla en la propuesta que verá el Consejo Ejecutivo-- establece que la petición para suspender a un miembro tiene que ser presentada "al menos 60 días antes de la sesión del Consejo". Esto es así para no precipitar una decisión y dar tiempo a los países miembros, tanto en el Consejo como en la Asamblea, para considerar y valorar las consecuencias de la suspensión. De hecho, una decisión de este tipo es algo que no ha ocurrido nunca en la OMT, más allá de la suspensión de membresía por no pagar las cuotas.
En este caso, las peticiones han sido recibidas entre el 28 de febrero y el 1 de marzo --menos la de Ucrania, firmada el mismo día en que Pololikashvili lanzó su tuit--, y el Consejo Ejecutivo ha sido convocado para la semana siguiente. Está claro que hay prisa por tomar una decisión y así, convocar la Asamblea General Extraordinaria que lleve, si así es aprobado por dos terceras partes de los votos, a suspender a la Federación Rusa de su membresía de la OMT.
"El Consejo no puede tener lugar antes de mayo", ha dicho a HOSTELTUR el ex secretario general de la OMT Francesco Frangialli, "siguiendo el artículo 51.2 del reglamento de la Asamblea General, debe haber 60 días entre que es recibida la petición de suspensión y la sesión del Consejo Ejecutivo. Si no se hace así, el procedimiento no será válido".
Pero parece que hay prisa para tomar una decisión, a pesar de que Naciones Unidas y otras agencias especializadas del sistema ONU, como la UNESCO, no se han planteado la suspensión de Rusia, aunque sí han condenado firmemente la invasión de Ucrania
Zurab Pololikashvili mantiene que la decisión de suspender a Rusia de la OMT puede servir para "dar ejemplo" a otras agencias de la ONU, aunque ello signifique salirse del patrón de Naciones Unidas.
A las cartas enviadas por Ucrania, Guatemala, Colombia, Lituania, Polonia y Eslovenia, secundando la suspensión de Rusia, se añade ahora una carta de la Federación Rusa, fechada el 4 de marzo, dirigida a los miembros del Consejo Ejecutivo, donde les pide "que rechacen la propuesta de convocatoria de una sesión extraordinaria de la Asamblea General para considerar la suspensión de membresía" de Rusia. La carta rechaza que la OMT ponga el foco de sus actividades en "asuntos que no están bajo su jurisdicción", y se muestra convencida de que el turismo tiene que estar fuera "de toda politización", además advierte de que tomar "decisiones apresuradas" puede conllevar "consecuencias a largo plazo no solo para el turismo sino también para la organización". La carta está firmada por Zarina Doguzova, directora de la Agencia Federal de Turismo.
"Soft diplomacy" frente a mano dura
HOSTELTUR ha planteado en la red social Linkedin la pregunta de si es conveniente o no que la OMT suspenda a Rusia de membresía, si la OMT debe tener este papel o por contra, debería mantener el puente tendido con la Federación Rusa porque en eso consiste el turismo y porque Naciones Unidas ni se ha planteado la suspensión.
Las opiniones vertidas por los lectores de HOSTELTUR han sido estas:
Florian Macé de Lépinay, CEO Concerto Spain & Portugal Campsites investments, considera que hay que tener "mano dura con Putin. No le podemos responder con las armas, pero tenemos que usar todas las demás fuentes de presiones. Todas, todas, todas. Aislarlo hasta que su pueblo acabe reclamándole vuelta a la normalidad. El turismo también, por supuesto. Las medidas flojas no tendrán efecto ninguno con este dictador".
Jordi Blanch, director fundador en Jordi Blanch Consulting, considera que la OMT debería mantener a Rusia en la organización, porque el turismo debe ser siempre un puente, y explica lo siguiente: "Cada día estoy en contacto con una persona, ya jubilada, que vive en Kiev y ahí sigue, de momento. Trabajamos juntos para Turisme de Catalunya durante 11 años. Era la administrativa de nuestra oficina de Ucrania. Hoy vive asustada pero con una entereza encomiable. Ella es un "puente". Estoy también en contacto con una excompañera de la oficina que teníamos en Moscú. Está sufriendo esta situación, no está de acuerdo con Putin y sufre por sus "hermanos ucranianos". Ella también es un "puente". Sin embargo, otra excompañera de Moscú me retiró la palabra y la amistad cuando critiqué a Putin por su intención de invadir Ucrania (todavía no lo había hecho). Es un "muro". Putin, evidentemente, es otro "muro". Disculpad la personalización de la previa, pero lo hago para expresar mi idea principal: El turismo, siempre, bajo cualquier circunstancia, debe ser "puente". Aunque solo sea por los 5.000 detenidos y encarcelados que han tenido el valor de jugarse la libertad personal por defender la de sus vecinos ante las puertas del Kremlin, la OMT debería mantener a Rusia en la organización (con las restricciones que considere). Que no lo haga por Rusia, sino por los rusos. No todos están con Putin. Pensemos en ellos".
Asier Morterero Franco, Customer Experience & Hospitality en La Posada del Candil, escribe este comentario: "Un atraso que acabaremos pagando los de siempre. Igual que cualquier guerra de cualquier tipo".
Antonio Mariscal, fundador y CEO de Bookingfax Technologies, deja este comentario: "Nuestro sector turístico es la industria de la PAZ, germina y florece con ella y en Europa es el resultado de una convivencia europea que ya dura más de 75 años. Si Rusia así por desgracia no lo cree, debería irse al "banquillo" durante un tiempo a reflexionar".
Vasilica Maria Margalina, instructora y consultora en I+D Academy, considera que quien está en la OMT es el Gobierno ruso, y por lo tanto, la gente de Putin: "En mi opinión hay que tener en cuenta que el que está en la OMT es el gobierno ruso, es decir, la gente de Putin, y no el pueblo ruso. Y esa gente va a seguir en el poder durante mucho tiempo, como mucho se va a ir Putin en unos años, pero ellos no. ¿Realmente se puede tender puentes y dialogar con esa gente? La posición de Pololikashvili, como georgiano, país bombardeado por Rusia en 2008, es muy entendible. Seguramente, su país junto a Ucrania y otros países pertenecientes a la URSS y al pacto de Varsovia han hecho la solicitud. Están intentando aislar a Rusia en el plano internacional porque temen un ataque en sus propios países. Ese miedo ha estado allí siempre, por eso muchos de ellos se han dado prisa en unirse a la OTAN después de la caída de la URSS. ¿Va a tener un impacto esa decisión? No lo creo, es solo un gesto simbólico. Se puede cambiar la posición de Rusia en su política internacional desde la OMT con diálogo: definitivamente no".
David Vicent, Founder and KNowledge Curator at #Ingenieriaturistica fractal brand, opina que la OMT "es un órgano consultivo no vinculante en turismo. En el momento que tome parte así, creo que ya se convierte en otra cosa. A diferencia de otras actividades económicas que se están bombardeando entre las partes, no hablamos de mercancías, sino de personas (...) el papel de la OMT no es tomar parte de un bando, sino hacer que el turismo sirva para la comprensión de los pueblos La Paz y El Progreso. Creo que no deben tomar parte de esa manera sino analizando de verdad todos los impactos de esto en el sector y trabajar desde ya para mitigar sus efectos". Respecto a los pasos iniciados por el secretario general, considera que "se lo habrán pedido sus mejores “patrocinadores” y cayó... craso error politizarse así".
Condena sin suspensión
En el documento que justifica la convocatoria del Consejo Ejecutivo de la OMT, que incluye los motivos, una propuesta de decisión y las cartas de Ucrania, Guatemala, Colombia, Lituania, Polonia y Eslovenia, todas ellas muy parecidas, se habla de la resolución de Naciones Unidas condenando la invasión. Y también se menciona que a lo largo del sistema de Naciones Unidas, otras agencias especializadas -- UNESCO, IMO, ITU, ICAO-- han mantenido también sesiones regulares o extraordinarias de sus órganos de gobierno "para considerar el asunto", aunque no aclara si "el asunto" a la que se refiere es condenar la invasión, como ha hecho Naciones Unidas, o "suspender" a Rusia, como planea hacer la OMT en solitario.
De hecho, la UNESCO ha condenado el ataque y ha exigido, este jueves, el "cese inmediato" de los ataques de Rusia contra Ucrania, tal y como ha hecho la ONU, pero ni Naciones Unidas ni la UNESCO han suspendido a Rusia, ni lo han planteado
Francesco Frangialli considera, por ejemplo, que incluso la idea de que el Consejo Ejecutivo de la OMT pida "un inmediato cese de las hostilidades" estaría fuera de lugar, puesto que este órgano de la OMT no es competente para pedir el cese de las hostilidades, sino que "esto es claramente competencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas". Añade que "la decisión [dentro de la OMT] debería plantearse en referencia al turismo", que es la competencia específica de esta agencia de Naciones Unidas.
Frangialli recuerda que en 2001 la Asamblea General de la OMT fue la primera en reunirse después de los atentados del 11-S en Nueva York, incluso antes de la Asamblea de Naciones Unidas. "Con precaución nos abstuvimos de teorizar sobre la guerra 'contra el terrorismo', pero condenamos decididamente el terrorismo en relación al turismo. Creo que esta es la forma de hacerlo", explica.
Los países que forman la ONU condenaron mayoritariamente el pasado miércoles la guerra de Rusia contra Ucrania: 141 países condenaron la invasión rusa, 34 se abstuvieron y 5 votaron en contra de resolución de la Asamblea General de la ONU y a favor, por lo tanto, de la Federación Rusa. China se abstuvo y los aliados de Rusia en la votación fueron Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea y Siria.
Sea como sea, la decisión de si es suspendida o no la Federación Rusa estará a partir del martes --si el Consejo Ejecutivo así lo considera-- en manos de los países miembros de la OMT, que tendrían que reunirse en Asamblea General Extraordinaria para tomar una decisión, por dos tercios de los votos. Si la decisión del Consejo es afirmativa, la Asamblea General Extraordinaria deberá ser convocada por el secretario general en un plazo de 15 días, y celebrada en el plazo de un mes a partir de la convocatoria. Así pues, la decisión podría estar tomada en mes y medio, un plazo sensiblemente más corto del previsto.
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