Guerra en Ucrania: el efecto de crisis anteriores en la demanda turística
Publicada 09/03/22
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Lohmann, que ofreció la ponencia 'Demanda turística después de las crisis: lecciones aprendidas de las crisis mundiales desde Chernóbil hasta la COVID-19', detalló que para este análisis han tomado Alemania como ejemplo porque es el único mercado del que tienen datos recopilados a lo largo de más de cinco décadas.
Así, aludió a una de las primeras crisis que sufrió el sector en este periodo, precisamente también Ucrania: el accidente nuclear de Chernóbil en 1986.
"Nos quedamos en shock y se pensaba que el turismo sería totalmente distinto después del incidente y que habría cambios en los destinos. Pero al final de año se descubrió que los cambios en el comportamiento de viajes se produjeron a una escala menor", señala
En este sentido, explicó que desde 1955 el mundo ha sufrido todo tipo de conflictos, por lo que "la situación normal es que tengamos turismo con crisis", constató el profesor, que indicó que si se observa desde esa fecha cuántos alemanes apostaron por unas vacaciones y la lista de años en que hubo crisis se observa que la demanda de viajes apenas se vio afectada.
"Lo mismo puede decirse a nivel global con datos de la Organización Mundial del Turismo, que no hay una gran relación entre las crisis que se vivieron y el desarrollo del comportamiento de viaje", señaló.
No obstante, esto no es aplicable a la pandemia de COVID-19, ya que el marco general de las condiciones de viajes cambió, con lo que viajar ya no era posible o se permitía con duras restricciones.
"La demanda de vacaciones de los alemanes cayó tremendamente porque las condiciones básicas para viajar no se daban, por lo que el comportamiento de viajes se adaptó a las restricciones", resaltó.
Comportamientos conservadores
En este sentido, detalló que ante una crisis los viajeros se ajustan a "comportamientos conservadores". "Adoptamos estrategias que ya hemos probado, puesto que no es momento para innovar", apuntó, algo que se pudo comprobar con el coronavirus
"Con la pandemia la gente decidió pasar las vacaciones en sus países de origen, e incluso dentro de sus propio país apostaron por destinos donde ya habían estado antes. De este modo, nos adaptamos y dejamos nuestras verdaderas preferencias para el futuro", recordó
No obstante, puntualizó que el impacto de las crisis se ven especialmente en los destinos afectados. "Si tú quieres pasar unas vacaciones en la Selva Negra un atentado terrorista en Turquía no es muy relevante para ti", dijo.
Al respecto, esgrimió un par de ejemplos: la guerra en la antigua Yugoslavia en 1991 y los atentados terroristas en Turquía en 2016.
"Con la guerra en Yugoslavia, los viajes cayeron drásticamente y no volvieron hasta la mitad de la última década", incidió el profesor, que recordó que ahora Croacia es un destino clave para el mercado alemán.
En cuanto a Turquía, señaló que si bien tras atentados se detuvieron los viajes al país, su efecto fue limitado, ya que volvieron de nuevo en 2019, aunque la COVID volvió a truncar la demanda.
"Pero el nivel de viajes al Mediterráneo se mantuvo igual, de modo que si no se puede ir a Turquía la gente busca otros destinos alrededor del Mediterráneo", sostuvo
Todos estos sucesos dejan algunas lecciones al sector: que en el turismo, la respuesta habitual del cliente alemán, muy resiliente, es adaptarse a esos sucesos, con lo que se mantiene el deseo de viajar y la pasión por los viajes. "La gente necesita unas vacaciones", defendió Lohman, que anticipó además que pese a los conflictos como el actual, los viajes en beneficio de los viajeros y sus anfitriones "seguirán desempeñando un papel importante en la sociedad global y la economía en el futuro".
Cabe recordar que según la encuesta Reiseanalyse, conducida por el Instituto Alemán de Investigación Turística (FUR), el pasado mes de noviembre más de cuatro de cada cinco alemanes (82%) ya estaban pensando en unas vacaciones en 2022.
Más información:
- Los destinos domésticos, claves para el mercado alemán en 2022
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