Análisis de Xavier Canalís

El turismo en la era de las megadisrupciones

El conflicto bélico en Ucrania -siempre y cuando no degenere en la III Guerra Mundial- confirmará una vez más la increíble capacidad de resiliencia del sector turístico

Publicada 18/03/22
El turismo en la era de las megadisrupciones

La industria turística moderna entró en la era de las megadisrupciones el 11 de septiembre de 2001. El ataque terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York alteró a escala global lo que hasta entonces había sido un mercado más o menos estable. Luego vinieron otras muchas crisis (más atentados, tsunamis, volcanes, primaveras árabes, Lehman Brothers...) hasta que llegó la COVID, la madre de todas las disrupciones. El conflicto bélico en Ucrania -siempre y cuando no degenere en la III Guerra Mundial- confirmará una vez más la increíble capacidad de resiliencia del sector turístico.

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¿Qué factores impulsores del crecimiento se han frenado?

En la infografía anterior podemos observar cómo han evolucionado en el mundo y en España las llegadas de turistas internacionales desde el año 2000 hasta el 2021.

Si nos fijamos en el período que va desde el año 2001 (atentados del 11 de septiembre) hasta el 2003 (epidemia del SARS en Asia y segunda Guerra de Irak), el crecimiento del turismo pareció quedar en suspenso. Superados estos episodios, el turismo volvió a tomar un fuerte impulso, que sólo quedó ininterrumpido en el 2009, coincidiendo con la crisis económica global.

Esto nos demuestra que si bien grandes ataques terroristas, guerras, enfermedades o crisis económicas pueden frenar el turismo, esta actividad económica tiene gran capacidad de resistencia y de volver a crecer, a veces con increíble rapidez.

Ahora bien, ¿En qué factores se sustentó ese crecimiento durante las últimas dos décadas y cuál es su situación ahora?

  • Múltiples motivaciones para viajar.- Este factor se mantiene inalterable
  • Digitalización.- Los consumidores siguen disponiendo de múltiples opciones para reservar con facilidad.
  • Renta disponible.- El crecimiento económico disparó los viajes en las dos últimas décadas, si bien la crisis financiera que estalló en 2008 frenó la demanda. Un dato: en el año 2009, en plena recesión global, el número de llegadas internacionales en todo el mundo tan sólo registró una caída del 3,8%, según la OMT. En 2022, tras dos años de pandemia y debido a la guerra en Ucrania, se prevé que la economía de la eurozona crecerá este año menos del 4% previsto.
  • Mercados emergentes.- Este factor que impulsó el crecimiento global del turismo también ha sufrido un frenazo. China sigue cerrada por la pandemia y por ejemplo la ciudad de Shenzhen (17 millones de habitantes) ha vuelto a ser confinada esta semana por un brote de Covid-19. Rusia ha quedado fuera del mercado a raíz de la invasión de Ucrania.
  • Amplia oferta turística a precios accesibles.- Otro factor que se ha visto alterado, dado que la pandemia mantiene cerrados numerosos destinos y la crisis de suministros está provocando tensiones inflacionistas en muchos países. A ello se añade la subida del precio del petróleo por la situación geopolítica, lo que encarece los vuelos. Varias compañías están anunciando que vuelven a aplicar en pocos días el recargo por combustible.
  • Confianza.- Es el factor más intangible de todos y cada consumidor lo valora a su manera. Pero está claro que los niveles de confianza general de 2022 están por debajo de 2019.

Efecto sustitución de destinos

¿De qué modo la alteración de los factores arriba mencionados afectará a la demanda de viajes este año?

Creo que aquí es importante recordar la experiencia de disrupciones anteriores y por ello me permito recuperar algunos párrafos del libro que publiqué en 2019, Turisme i turistes. De l'hospitalitat a l'hostilitat (Publicacions de l'Abadia de Montserrat).

"Cuando descartamos un sitio para ir de viaje, el mecanismo clave que impulsa esta decisión es el miedo. Por ejemplo, miedo a contraer una enfermedad; de sufrir un robo; miedo a verse en medio de una revolución en la calle; de ser víctima de un atentado terrorista... Por tanto, no nos encontramos ante un miedo generalizado a viajar, más bien hablamos de miedo a viajar a determinados lugares y/o en determinados momentos".

"Y estos miedos no siempre se explican por factores puramente racionales o lógicos. Por ejemplo, en 2014 un brote del virus Ébola detectado en Guinea, Liberia y Sierra Leona provocó que las reservas para viajar de safari fotográfico a Kenia y Tanzania (a 4.000 kilómetros de distancia y sin ningún caso de dicha enfermedad) cayesen un 70%. Simplemente, la gente no se detenía a pensar que África es en realidad un continente inmenso".

Así pues, y en líneas generales, los factores que frenan la llegada de turistas a un destino son crisis económicas, epidemias / pandemias, catástrofes naturales, convulsiones sociales, crímenes, terrorismo y conflictos armados.

De hecho, uno de cada cuatro turistas internacionales optará por cambiar sus planes de viaje si percibe riesgos en el destino o región del mundo que quiere visitar, según una encuesta que llevó a cabo la compañía aseguradora IAG Travel.

En este sentido, la experiencia de disrupciones anteriores (primaveras árabes, atentados, conflictos bélicos en el Mediterráneo oriental, etc) nos muestra la tendencia de los consumidores a elegir destinos o regiones del mundo que consideran más seguras que otras para disfrutar de sus vacaciones.

Seguridad = destinos refugio + paquetes turísticos

Tras dos años de pandemia (y confinamientos) nos encontramos ahora que nuestros principales mercados emisores comienzan a levantar las restricciones a la movilidad.

Reapertura de los viajes internacionales:
- Londres anuncia el fin de las restricciones para viajes internacionales
- Alemania saca a España de la lista de países de alto riesgo

En este contexto, España (por razones geográficas, pertenencia a la UE, relación calidad-precio, etc) puede jugar de nuevo la carta de destino refugio en 2022 para los turistas del centro y norte de Europa, como opción de viaje más segura frente a otros destinos más próximos a la zona de conflicto.

Ángel García Butragueño apunta que en Europa, en las próximas semanas y meses, “vamos a volver a viajes de proximidad, por la inseguridad y la incertidumbre. La industria española podría verse beneficiada".

Pero atención: los consumidores van a buscar también otro tipo de seguridad.

"Este año vemos que los alemanes vuelven a optar por la comodidad y seguridad del paquete turístico, con un incremento de seis puntos porcentuales comparado con la prepandemia", ha indicado la asociación alemana DRV de agencias de viajes y turoperadores.

En Baleares, por ejemplo, la cuota de reservas de los turoperadores para este año alcanza un 26% "muy por encima del 2019, cuando se situaban en el 17% de la venta en los hoteles", según datos proporcionados esta semana por Dingus. "Podría entenderse que los viajeros buscan seguridad en opciones más flexibles de cancelación, cambios en la reserva o interrupción de la estancia, algo que no permite de igual forma la agencia online”, indican desde esta empresa.

Cambios en el comportamiento de los turistas:
- DRV: la volatilidad hace resurgir el paquete turístico en Alemania
- Semana Santa: los turoperadores recuperan cuota. "La gente busca seguridad"

Otro factor que podría explicar el resurgir de los paquetes turísticos es que, al ser reservados por un precio cerrado, los consumidores tratan de evitar sorpresas de gastos extra, teniendo en cuenta las tensiones inflacionistas.

Por ejemplo, el turoperador alemán Der Touristik se acaba de comprometer a no subir el precio de los paquetes turísticos ya reservados y/o que se vayan a adquirir próximamente, a pesar de las subidas de precio del combustible.

Atención a lo que explicó el profesor Martin Lohmann, responsable de la encuesta Reiseanalyse, durante su intervención en la ITB de Berlín el pasado 8 de marzo: Guerra en Ucrania: el efecto de crisis anteriores en la demanda turística.

Les recomiendo también el reciente post de Antonio Garzón Beckmann bajo el título "ITB 2022 (1): Mercado alemán", que apunta lo siguiente:

"El profesor Martin Lohmann no atribuye a la guerra de Ucrania unos efectos especialmente relevantes sobre las intenciones de viaje de los alemanes. No obstante, ello cambiaría radicalmente si el conflicto tocase a cada uno de forma personal, que sería el caso, por ejemplo, si la guerra traspasara las fronteras de Ucrania (ataque a países de la OTAN) o la crisis económica tomase unas dimensiones muy notables (inflación desbordada o incluso la imposibilidad de viajar por racionamiento del combustible). Son escenarios drásticos, pero posibles. En definitiva, el experto del Reiseanalyse sólo prevé claros efectos disuasorios sobre la planificación vacacional si el turista mismo se ve de alguna manera envuelto de manera personal en el conflicto".

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