Decálogo para la cadena de valor turística ante la guerra en Ucrania
El conflicto bélico podría tener un impacto en el gasto de los turistas internacionales que viajan a España superior al que tuvo la variante ómicron
Publicada 24/03/22- La cuota de afluencia de extranjeros en España en 2022 se situaría en el 27% frente al 73% de turistas nacionales
- El turismo nacional será un año más "la tabla de salvación, aunque a veces se le da poca importancia"
- Braintrust: "España ganaría terreno frente a otros destinos tradicionales del Mediterráneo, como Turquía"
La guerra en Ucrania podría tener un impacto en el gasto de los turistas internacionales que viajan a España superior al que tuvo la variante ómicron, según las estimaciones de Braintrust. "La cuota de afluencia de extranjeros en España en 2022 se situaría en el 27%, frente al 73% de turistas nacionales, poniendo de manifiesto de nuevo la tabla de salvación que es el viajero español, al que a veces se le da poca importancia y presta poca atención", apunta la firma de consultoría. ¿Cómo posicionarse frente a este escenario? Un decálogo de actuaciones responde a esta pregunta.
Tres posibles escenarios
A raíz de la guerra en Ucrania que comenzó el pasado 24 de febrero, Braintrust contempla tres posibles escenarios para las próximas semanas y meses.
- Escenario favorable.- La incidencia acumulada seguiría bajando en España y en el resto del mundo, mientras que el conflicto entre Rusia y Ucrania se acabaría. En estas circunstancias, "es posible que durante la Semana Santa de 2022 el volumen de turistas extranjeros que visiten España sea prácticamente igual al que nos visitó en el mismo mes de 2019, con una recuperación en torno al 90% del gasto internacional".
- Escenario medio.- La COVID seguiría dando un respiro, pero el conflicto no tendría presagios de un fin rápido. En este escenario, "el turismo se podría ver afectado y la recuperación llegaría de forma más lenta".
- Escenario desfavorable.- La guerra en Ucrania se enquistaría y el repunte de las materias primas comenzaría a afectar "de manera seria" a las economías domésticas y el turismo internacional. En este escenario, el turismo europeo (que supone entre un 85% y un 90% del número de extranjeros que llegan a España), caería hasta niveles ómicron, "e incluso la caída podría ser más acusada".
Según advierte, José Manuel Brell, responsable estudios de Braintrust: “Los cisnes negros siguen afectando al turismo, y en este caso, el conflicto en Ucrania podría tener mayor impacto que las variantes de COVID anteriores".
Brell afirma que "las expectativas no sólo pueden cambiar por la guerra en sí, sino por el impacto de la misma en la industria turística, debido a las sanciones impuestas a Rusia, y su efecto colateral en la subida de gran parte del gasto habitual de las familias, lo que supondrá una menor capacidad de ahorro".
"También afectará como es lógico la duración de la invasión, lo que podría llevarnos a una amenaza estanflacionaria que impacte de lleno en el crecimiento mundial, junto a un temor de la escalada bélica que emocionalmente provoque un menor deseo de viaje, ante los peligros que la situación actual pudiera ocasionar".
Repercusiones de la guerra en Ucrania:
- CEHAT pide que se mantenga el apoyo al turismo hasta recuperar la demanda
- Nuevo plan para contrarrestar la caída del turismo ruso
- El turismo en la era de las megadisrupciones
"El turista nacional volverá a ser clave para la recuperación"
En su nueva oleada del Barómetro Turístico, la firma Braintust señala que "el turista nacional podría salvar la temporada un año más".
"De cara a 2022, siempre según la intención de los viajeros, las cuotas de afluencia este año podrían ser del 73% de nacionales frente al 27% de extranjeros, lo que comparado con 2019 (año en que el turista doméstico supuso un 68% y el extranjero un 32%) inclina la balanza otra vez a favor del viajero español", apunta la empresa especializada en estudios de mercado.
"Estos datos ya tienen en cuenta tanto el efecto negativo de la invasión de Ucrania en los viajeros internacionales, como el efecto positivo donde España ganaría terreno frente a otros destinos tradicionales del Mediterráneo, como Turquía, por su proximidad a la zona del conflicto", matiza Braintrust.
"El turismo nacional podría convertirse de nuevo en la tabla de salvación de algunos destinos, especialmente en el corto plazo"
En este contexto, "parece que el turismo nacional podría convertirse de nuevo en la tabla de salvación de algunos destinos, especialmente en el corto plazo, ya que, tanto por motivos económicos como por percepción de seguridad, se prevé menos retracción, y donde el miedo lastraría menos los movimientos a escala doméstica que las restricciones locales impuestas por los gobiernos regionales en cada CC.AA. a raíz del coronavirus".
Decálogo de recomendaciones
Frente a este escenario, y según explica Braintrust, destinos y empresas que forman parte de la cadena de valor turística deben centrarse en los siguientes puntos:
- "Transmitir seguridad a los clientes".
- "Flexibilizar al máximo las condiciones de reserva y anulación".
- "Contener los precios ante el impacto de la subida de suministros y su impacto en el gasto de las familias".
- "Analizar el desplome de precios en la competencia, en países como Turquía, para no perder competitividad".
- "Focalizar las acciones en el target al que se dirigen".
- "Poner atención al viajero nacional, teniendo en cuenta el flujo de desplazamientos habitual entre comunidades".
- "Centrarse en los países y regiones que suponen mayor afluencia de turistas, y de mayor valor"
- "Continuar con la transformación prevista".
- "No desesperarse y caer en el desánimo, son tiempos de resiliencia y adaptabilidad".
- "Recordar la buena noticia que después de dos años no se ha perdido el deseo de viajar, y la recuperación observada hasta noviembre confirma que, si de una vez por todas, se consigue estabilidad, el turismo volverá a convertirse en una actividad clave para la economía española".
Prioridades
Según indica Angel García Butragueño, director de Turismo en Braintrust, “ahora más que nunca es necesario que las empresas privadas y las administraciones públicas en los destinos, trabajen en segmentar a su público objetivo, tengan en cuenta los cambios de comportamientos y patrones de viajes, ofrezcan propuestas de valor competitivas, y realicen inversión en aquellos segmentos de viajeros de valor proclives a visitar España y a cada destino en particular".
"El reto está en recuperar paulatinamente la demanda, mientras se transforma la industria, es decir, priorizar el corto plazo, pero sin olvidar el medio y largo plazo. Y una vez más la sostenibilidad será clave y una ventaja competitiva no sólo por moda, sino porque nos llevaría a una menor dependencia de las energías fósiles", añade.
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