“Los incrementos son brutales y no es posible repercutirlos en las tarifas”
Publicada 04/04/22
- La escalada de costes está complicando la planificación de las compras y la previsión de menús, de cara al verano
- "Se necesita que las Administraciones tomen medidas efectivas y que se activen otros mecanismos de ayudas para casos más excepcionales"
- "Nuestro archipiélago es un destino seguro porque tenemos infraestructuras importantes y por nuestra manera de hacer y gestionar"
Después de dos temporadas marcadas por la pandemia y sus restricciones, los hoteleros de Mallorca esperaban con ansias la Semana Santa y que fuera el pistoletazo de salida hacia la recuperación, pero con la guerra en Ucrania volvió la incertidumbre y la cautela en las previsiones. La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) es optimista respecto a la reactivación del mercado internacional y el verano, aunque reconoce que la fuerte escalada de costes, y la imposibilidad de repercutir los aumentos en las tarifas, "irá en detrimento del margen empresarial". María José Aguiló, vicepresidenta ejecutiva de FEHM explica en esta entrevista con HOSTELTUR noticias de turismo, qué lección deja la pandemia, cuáles son las perspectivas, los nuevos desafíos que afronta el empresario y qué necesitan del Gobierno para proteger el negocio.
¿Qué perspectivas tiene la FEHM para este año que sigue marcado por la incertidumbre?
Después de un año prácticamente en blanco, como fue el 2020, y de una temporada irregular como la del 2021, hay mucha necesidad de recuperar la actividad. Las empresas se han activado muchísimo y han hecho una gran apuesta por una apertura temprana. El año pasado, al final de la temporada, preveíamos que el 2022 podía ser un año para ir recuperando la normalidad, pero lo que nos enseño la pandemia es que siempre puede venir algo, como nos pasó con la ómicron o la guerra. Hemos aprendido que hay que trabajar de una forma distinta, cambiando la metodología y pudiendo prever menos.
Este mes vamos a tener el 85% de la planta hotelera abierta y esto en un contexto que es incierto y con un comportamiento de la demanda que todavía sigue en la dinámica de la reserva en el ultimo minuto, porque todavía hay una parte de la demanda que no se atreve a tomar la acción de compra
El hecho de que ocho de cada diez hoteles asociados estén abiertos en abril confirma la confianza del sector
La foto cambia muy rápidamente y nosotros, a nivel Federación, no hemos hecho una previsión de ocupación. En Semana Santa pensamos que Palma, por el tema de city breaks, va a tener un buen comportamiento. Las otras zonas, en la medida que se abren establecimientos, también pueden tener una repercusión positiva. La temporada 2021 demostró que fuimos el territorio que tuvo más capacidad de recuperar turismo internacional, que para nosotros es la mayor base de clientes. En demanda internacional ya teníamos una posición y creo que va a continuar
Al principio éramos muy optimistas, pero luego estalló la guerra. No es que hayamos perdido el optimismo, pero es que tenemos que estar a verlas venir. De hecho, para el mercado sueco, para el finlandés y sobre todo la parte este de Europa, ya hemos visto cómo esto ha tenido incidencia
¿El mercado nacional ayudará esta Semana Santa?
El mercado español va a desempeñar su papel, pero somos conscientes de que Baleares no es la primera opción, porque la mayoría de los viajes que se producen históricamente en Semana Santa son dentro de la Península, más Cataluña, Andalucía, que nuestra comunidad. Sobre todo porque para venir a Baleares es un viaje y para moverte en el territorio peninsular tienes la opción de ir con tu propio vehículo.
Pero sí que en los últimos años hemos ido apreciando cómo el mercado español iba recuperando cuota de mercado. De hecho, durante la pandemia, se convirtió en un mercado prioritario para nosotros, porque en medio de tanta incertidumbre, por la psicología del consumidor, se enfocaron más hacia un desplazamiento doméstico y de corto radio. Esto todavía lo estamos viendo, un poco por la secuela de la pandemia, pero también por la inseguridad que genera el conflicto bélico.
¿Para el verano el panorama es un poco más claro?
Para los meses de temporada alta vemos que sí se está tomando una decisión de compra más a largo plazo, porque todas las políticas comerciales y de cancelación siguen estando bastante flexibles, y ante cualquier eventualidad tú puedes hacer la cancelación.
La temporada alta está funcionando bien y siguen llegando reservas. El mercado británico se está comportando muy bien
¿Mallorca es percibido como un destino refugio frente al conflicto bélico?
Nuestro archipiélago hace tiempo que tiene esa imagen de destino seguro, sobre todo porque tenemos infraestructuras importantes, tanto aeroportuarias, de carreteras, los propios equipamientos hoteleros y los servicios que damos. Con la pandemia se puso en valor otro componente de la seguridad, que es el sanitario, y estuvimos destacando mucho la fortaleza de contar con una oferta de servicio público y privado. En estos momentos, en el que hay una guerra, la cercanía es relativa y depende del origen del consumidor la percepción de cuán lejos estamos del conflicto. A nosotros ya se nos ha percibido seguros en el pasado y hemos demostrado a los clientes esa seguridad.
Pero creo que no hay que ver nuestro archipiélago como un destino refugio versus otros por una situación determinada, sino porque somos solventes por nuestros propios atributos y nuestra manera de hacer y gestionar
¿Temían que el desabastecimiento pudiera tener un efecto sobre la Semana Santa?
Las declaraciones que hemos hecho desde la Federación Hotelera no iban encaminadas a plantear un problema de desabastecimiento inmediato, porque no es el caso. Confluyeron bastantes factores: por una parte, el parón de los transportistas y el cierre en los puertos, donde solo pasaban los productos básicos y, por otro, la guerra en Ucrania que ha afectado el aceite de girasol y farináceos. Nosotros, a nivel turístico y de sector, no hemos tenido desabastecimiento de productos. Si ha habido fallos de algún producto concreto, o menos cantidad, pero se ha ido sustituyendo. En la puesta en escena, en la operativa hotelera de cara al cliente no ha habido desabastecimiento, ni el cliente lo ha percibido.
¿De qué forma la escalada de precios está afectando la operativa de los hoteles?
La problemática, provocada por la escalada de costes, es la planificación de las compras. Cuando hacemos la planificación para la temporada, en la negociación de los precios con los proveedores, la empresa busca estabilidad para poder tener controlada la estructura de costes. Con estos incrementos, entre la inflación, los suministros básicos, los combustibles, hay una fluctuación de precios brutal e incluso algunos proveedores no quieren cotizar un precio a largo plazo. Y hay productos que nos garantizan el suministro en un tiempo determinado, pero más allá hay que ver.
Hay dificultad por la vía de poder negociar, hacer los precios, hacer nuestra estructura de costes y la previsión de los menús. Y también está toda la parte de químicos y tratamiento de piscinas, que también hay falta de productos y un encarecimiento muy grande
A la hora de la reapertura cada año hay una dificultad nueva...
Pensábamos que ya habíamos levantado cabeza después de la COVID-19, no contábamos para nada con una guerra. El mundo es cambiante y siempre se van dando circunstancias diferentes y el contexto es el que te marca. El año pasado era una recuperación después de un año de pandemia y este año estamos viendo la problemática del incremento de costes. Además, tengamos en cuenta que durante la pandemia el cierre total de algunas actividades económicas provocó la rotura de stocks y no se ha vuelto a hacer una recuperación absoluta de las producciones...
Otro de los problemas es la escasez de empleados, de hecho en Baleares el volumen de búsqueda de las cadenas hoteleras es importante...
Es un tema que no hay que enfocarlo en Baleares. El problema de la falta de recursos humanos se da también en otras comunidades turísticas, en otros destinos. Y no es una sola causa, son muchos factores los que intervienen. Durante el tiempo de pandemia hemos visto cómo ha habido trasvase de trabajadores de un sector a otro, pero también tenemos otro problema importante con la vivienda y con el coste de la vivienda.
Trabajadores que tienen que venir de fuera, si no tienen un acceso a la vivienda y a precios asequibles, no lo pueden hacer... y eso que los salarios del convenio colectivo de hostelería no son bajos. El el nivel de vida en nuestra comunidad autónoma es elevado, y si al tema de la vivienda la añades el transporte y la cesta de la compra, es imposible
Frente a este aumento brutal de costes, ¿qué pasará con las tarifas este verano?
Es muy complicado, porque los incrementos son tan brutales que no puedes repercutirlos en el precio. Hay que tener en cuenta que hay una contratación, ya se han firmado contratos con unas condiciones determinadas. Es verdad que cada empresa dentro de sus negociaciones intenta ver su margen, pero en todo lo que está contratado a un precio determinado va a haber una imposibilidad de reflejar esos aumentos. Desgraciadamente, esta situación irá en detrimento del margen empresarial.
¿Hay hoteleros que han decidido no abrir porque, por el aumento de los costes y la reducción del margen empresarial, no les compensa?
En otros sectores hay empresas que han cerrado temporalmente porque no les sale a cuenta su producción, pero nosotros no tenemos constancia de que haya un cambio de opinión respecto a las aperturas de hoteles. Las empresas no pueden estar paradas, no pueden dejar de funcionar, pero es cierto que hay empresas que sin ayudas van a tener comprometida su viabilidad. Si todo el contexto no se controla, muchas de las medidas de escudo que se pusieron en la pandemia no van a tener sentido, lo que se harán es diferir la destrucción de empresas... pero eso ya seria para empresas que no tuvieran solvencia suficiente.
El Gobierno ha lanzado un Plan de Choque que intenta blindar el impacto económico de la guerra sobre el tejido productivo, ¿qué valoración se hace?
Que tomen conciencia de la necesidad de ayudar a las empresas es un primer paso y toda rebaja será bienvenida, porque todo está absolutamente disparado, pero realmente lo que necesitamos es ver cómo las medidas para atajar esos incrementos de costes se traducen en algo real y significativo.
Una de las medidas es la creación de una nueva línea ICO y una carencia adicional para los actuales, algo que el sector privado venía exigiendo...
Los créditos ICO que aprobaron son para afrontar las necesidades de liquidez, para hacer frente a los incrementos de costes de manera temporal. Es prematuro hacer valoraciones dado que no se sabe a ciencia cierta cómo van a operar y los condicionantes que pueden llevar implícitos. Un aspecto importante es que se modifica el código de buenas prácticas, para el marco de renegociación de condiciones y para permitir que se puedan negociar plazos de extensión más allá de los inicialmente previstos. También que se modifique el requisito de la caída de facturación para solicitar el alargamiento. El hecho de posibilitar carencias de seis meses es positivo, pero habrá que ver en qué vincula a las empresas que lo soliciten. Algunos eslabones de la cadena de valor turístico (como el transporte aéreo) están excluidos, lo que no es una buena noticia para el turismo.
¿Qué necesita el empresario para salvar su negocio, después de dos años duros?
Se necesita que las Administraciones tomen medidas efectivas, que se trasladen de una forma sustanciosa en reducción de costes. Y también que activen otros mecanismos de ayudas para casos más excepcionales
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