Bleisure sí, pero integrando los riesgos en la estrategia de la empresa
Publicada 06/05/22
- Con el crecimiento del bleisure las empresas deben vigilar detalles para evitar sorpresas con la responsabilidad, explican desde Tripcare
- Incluir en la estrategia de la empresa la gestión de los viajes que combinan negocio y vacacional incidirá también en los costes
- Gestionar de forma organizada evitará que "el ángel, que puede ser el bleisure, se convierta en demonio", señala Alberto Malpartida
"El bleisure, sin duda, puede ser una estrategia muy buena de conseguir engachement hacia el empleado, y además incluso conseguir ahorros de costes, consiguiendo no solo una buena gestión el autorizarlo, sino incluso promocionarlo", explica el socio de Tripcare, Alberto Malpartida. Dada su creciente popularidad, recomienda integrarlo en la gestión de los riesgos en la política de business travel de la compañía y tenerlo también presente en la gestión de costes.
"No debemos olvidar que en caso de cualquier incidente puede originarse un accidente laboral 'in itinere', cuando el viajero va a su lugar de trabajo, o bien 'en misión' cuando el incidente se produce durante la estancia en destino. En todos los casos son accidentes de trabajo, ya sea según la Ley de Seguridad Social (toda lesión corporal que el trabajador sufre con ocasión o a consecuencia de su viaje de trabajo) o bien, tal y como dice la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, serían todas aquellas enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u ocasión del incidente de trabajo".
Cabe recordar que actualmente empresas, agencias de viaje y proveedores de transportes deben tener en cuenta la normativa recogida en la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales, que se desprende de la norma europea, en la que se establece que la empresa debe proteger a sus trabajadores de los riesgos relacionados con su trabajo, incluyendo al trabajador in itinere y en misión.
El experto de Tripcare añade que "el Tribunal Supremo señala que un accidente en misión es una modalidad específica de accidente de trabajo en la que se produce un desplazamiento del trabajador para realizar una actividad encomendada por la empresa. Por ello, cuando un viaje profesional tiene una parte de viaje de placer, es posible que haya que comunicarlo, incluirlo en las políticas y dejar constancia de los límites de responsabilidad de empleado y empresa", pues esta dicta que "un empleador es responsable de cualquier accidente que ocurra durante un viaje de negocios".
Y teniendo en cuenta todo esto, explica, "imaginemos un empleado que va a México y el lugar de ir un lunes y volver un jueves (secuencia que origina los mayores costes por ser un comportamiento muy usando por el resto de los viajeros de negocios), nos plantea quedarse el fin de semana, y regresar el sábado o domingo, que originará con gran seguridad un gran ahorro en la tarifa aérea".
Múltiples combinaciones
Pero también "existen ocasiones a los gestores de viaje les han llegado casos como de viajes de empresas, que tienen matices de tipo vacacional, que también debemos de tener en cuenta". Y cita los siguientes ejemplos:
-Viajes que se originan o finalizan en un punto atípico (por ejemplo, un empleado que está en Palma de Mallorca de vacaciones y tiene que ir a un viaje a Londres y se nos genera un Palma de Mallorca – Londres – Madrid) o bien un Madrid – Nueva York – Gran Canaria).
-Viaje que el empleado que tiene autorizado ir en Business y que nos plantea ir en turista para que un acompañante pueda acompañarle y que la empresa asuma el viaje del acompañante comentando que la diferencia de coste entre turista y business compensará el coste.
-Viajes que se originan en fechas muy vacacionales (por ejemplo, un viaje que, en la fecha del carnaval de Río de Janeiro, plantea un viaje de negocios a ese destino).
¿Qué hacer en esos casos? Nuestra recomendación es que debemos de gestionarlo y tener en cuenta esta realidad, sometiéndolo a debate con las áreas de costes, RRHH, seguridad y cumplimiento (normas de conducta) y con base en estos casos y el apetito de riesgos de las empresas el poderlo incluir en las políticas de viaje o de seguridad de viajes de manera más o menos formal y así poderlo gestionarlo de forma organizada y real, consiguiendo que el ángel que puede ser el bleisure, no se convierta en demonio".
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