Las previsiones de crecimiento económico continúan a la baja
Publicada 21/05/22
Después de que el PIB del primer trimestre fuera menor al previsto (+0,3%), la Fundación de Cajas de Ahorro ha elevado la tasa de inflación y revisado a la baja su estimación de crecimiento para este año. Sobre un total de 19 panelistas consultados por Funcas, 15 han empeorado sus previsiones y creen que el 2022 cerrará con la economía creciendo un 4,3%.
La previsión a la baja se debe principalmente a la debilidad de la demanda interna, que persistirá el próximo año.
Según los expertos de Funcas, la demanda nacional aportará 3,3 puntos porcentuales, ocho décimas menos respecto a los previsto en marzo, “con una fuerte revisión a la baja del consumo público y privado y de la inversión, en esta última especialmente en la rama de construcción”. El sector exterior sumará un punto al PIB, lo que supone una mejoría de tres décimas debido a la rebaja del crecimiento esperado de las importaciones.
“Las perspectivas de recuperación se empañan tanto en España como en el resto de los principales países por la intensificación de las incertidumbres en todo el mundo. Las perturbaciones geopolíticas y de oferta agravan las tensiones inflacionistas, abocando a un endurecimiento de la política monetaria, con el consiguiente impacto en la demanda", explican
Para el 2023 esperan que el crecimiento del PIB se sitúe en el 3%, “lo que supondría una desaceleración de 1,3 puntos como consecuencia del debilitamiento de la aportación de la demanda nacional y, sobre todo, por la nula contribución del sector exterior”.
En cuanto al mercado laboral, plantean que el ritmo de crecimiento del empleo "se desacelerará". Para este año la estimación media se ha reducido en seis décimas, hasta el 2,9%, mientras que la previsión para 2023 se sitúa en el 1,9%. En cuanto a la tasa de desempleo, "seguirá bajando" hasta el 13,7% en 2022 –dos décimas menos que en el anterior Panel– y al 13,2% en 2023.
Inflación disparada, pero a la baja
El índice de Precios al Consumidor (IPC) en abril bajó un 0,2%, situando la tasa de inflación en el 8,3%, es decir 1,5 puntos menos que en marzo. Sin embargo, la tasa subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) subió un punto porcentual hasta el 4,4%, mientras que el núcleo inflacionista, que excluye todos los alimentos y productos energéticos, escaló hasta el 3,3%.
Cumpliendo con lo que anticipaba Funcas, la inflación tocó su techo en marzo y en abril comenzó a bajar debido al descenso de los productos energéticos (caída de la electricidad y de los carburantes).
Aunque los productos energéticos están bajando, los expertos advierten que “la inflación en el resto de componentes del IPC continúa en ascenso, por la intensificación del traslado hacia los precios finales al consumo del encarecimiento de los costes de producción. Así, en abril, "el número de subclases del IPC con una tasa de inflación superior al 4% fue de 106, frente a 94 el mes anterior y a 14 en abril de 2021”.
Debido a las tensiones inflacionistas se ha revisado al alza la previsión de la inflación media para este año en 1,5 puntos porcentuales, es decir hasta el 6,9%. "En los próximos meses descendería hasta acabar con una tasa interanual en diciembre del 4,3%" y para 2023, los panelistas prevén una moderación hasta una tasa media anual del 2,2%.
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Inflación, un problema global
De acuerdo a los informes del Fondo Monetario Internacional (FMI) este año la tasa de inflación podría promediar el 7,4% a nivel global, siendo las economías emergentes y en desarrollo “las más golpeadas”, según muestra una infografía de Statista. En las economías más avanzadas se estima que la inflación estaría en torno al 5,7%.
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