Japón no cree en la austeridad y de momento le funciona
Sube el PIB y crece el consumo gracias a la inyección de capital en la economía y no en la banca
Publicada 19/05/13Análisis/ Mientras la Unión Europea se sumerge en la recesión, países como Japón -la tercera economía mundial, que lleva estancada largo tiempo-, pero que son dueños de su moneda y tienen claro que la austeridad no es la fórmula a seguir, están consiguiendo fortalecer su Producto Interior Bruto (PIB).
Leo en El País que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe ha conseguido reactivar el crecimiento en los primeros meses del año, elevando el PIB entre enero y marzo en un 0,9% gracias a un “ambicioso programa de estímulos monetarios y fiscales”. Este incremento del PIB ha superado expectativas y si se mantiene la economía japonesa cerrará el año con un 3,5% de crecimiento. El consumo privado también creció, un 0,9% en el último trimestre respecto al anterior.
Lo mismo está ocurriendo en Estados Unidos, que creció un 0,6% en el primer trimestre. Los bancos centrales de estos dos países están inyectando liquidez a través de la compra de títulos públicos y privados, manteniendo estables los tipos de interés de referencia con los que se fijan los costes de financiación de las familias y las empresas. La Reserva Federal de EEUU instauró esta política monetaria y la han seguido los bancos centrales de Japón e Inglaterra con éxito.
Una Europa en recesión
Mientras, el Banco Central Europeo se ha centrado casi exclusivamente en la inyección de liquidez al sector bancario, y los incrementos fiscales han borrado del mapa cualquier posible atisbo de crecimiento. De hecho los 17 países que comparten moneda en la zona euro han empezado el año en recesión y con una caída del PIB del 0,2%. Y este dato viene después de un durísimo ajuste en las economías -y en la sociedad- de la mayoría de los países.
Francia, la segunda economía del euro tras Alemania, ha entrado también en recesión, confirmándose que quizá esté, económicamente hablando, más al sur de lo que los mismos franceses creen. De momento se salvan Alemania y Austria, pero según los expertos, “están a un paso” de la recesión. "Hay que hacer más y más rápido", dice El País que ha dicho el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso... bien, al menos alguien se ha dado cuenta, pero no ha añadido que además hay que hacer algo distinto a lo que se viene haciendo.
Inyectando dinero en la economía y no en los bancos
¿Y cómo lo han hecho los japoneses? Pues con un paquete de estímulo fiscal de 100.000 millones de euros centrados en la inversión pública y duplicando las inyecciones de liquidez del Banco de Japón en la economía mediante la adquisición de bonos públicos y privados de renta fija.
Las gigantescas inyecciones de liquidez han producido una considerable depreciación del yen, que ha traspasado la barrera de los 199 dólares, volviendo a niveles de abril de 2009. La divisa japonesa se ha depreciado más de un 25% frente al dólar desde noviembre y el índice selectivo de la Bolsa de Tokio ha escalado un 60%.
El Gobierno japonés tiene claro su objetivo: reactivar la demanda interna, dice, y no incentivar las exportaciones... aunque este efecto sea también una realidad y haga que las economías asiáticas miren con recelo lo que está ocurriendo en el país vecino. La depreciación del yen ha impulsado las ventas al exterior un 3,9%, en contraste con la caída de los últimos meses de 2012 (-2,9%). Las importaciones también han aumentado, pero a menor ritmo (un 1%). Y así, mientras genera suspicacias y cierta desconfianza, en Japón el PIB crece, el consumo privado renace y las compañías exportadoras son las que sustentan un Nikkei también al alza.
De momento al primer ministro japonés se le resisten dos aspectos fundamentales: el IPC retrocedió otro 0,9% en marzo y enlaza ya 10 meses a la baja; y los salarios, que bajaron un 0,6% respecto a 2012.
UE: erre que erre con la austeridad
En fin, la economía es un encaje de bolillos y está claro que tocar un resorte implica que se muevan otros tres, y Japón corre el riesgo de crear una burbuja financiera con esas enormes inyecciones masivas de liquidez, pero de momento las cifras apoyan su nueva política.
Queda claro que existen otras fórmulas además de la que ya conocemos en Europa y que, por cierto, no está funcionando. La zona euro y aún más dolorosamente, países como Portugal, Grecia, Irlanda, Chipre o España, han demostrado que la política única de austeridad, recortes, liquidez solo para la banca y más presión fiscal para el ciudadanos y los sectores productivos no solo es un fracaso económico, sino que está acabando con la confianza social en las instituciones europeas y en su capacidad de liderazgo y solución de problemas.
Viendo cómo está el patio, quizá el referéndum que el primer ministro británico David Cameron quiere convocar en su país en 2017 para que los ciudadanos contesten sí o no a esta pregunta:"¿Cree que el Reino Unido debería continuar siendo miembro de la UE?", no sea el único.
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