Ferias y Congresos, a velocidad de crucero (pero bajo tres amenazas)

¿Cómo ha sido el último año para el FYCMA?
El año 2021 marcó la recuperación. Nuestro recinto fue el último que cerró con la pandemia y el primero que abrió. Solo estuvimos inactivos en los meses del confinamiento. Desde abril la actividad fue de manera creciente. En total, realizamos 147 eventos con más de 130.000 asistentes y más de 1.300 expositores. No todavía cerca de las cifras de 2019, pero con un último trimestre muy comprable al último trimestre de 2019.

¿Y este primer semestre de 2022?
Va a ser el mejor en facturación y actividad de la historia de FYCMA En términos de asistentes aún no lo podemos afirmar. Ha sido un semestre excepcionalmente bueno.

¿Va a superar las cifras 2019?
Estoy convencida de que será mejor que 2019, que fue nuestro año récord, cuando se organizaron 163 eventos y se superaron los 200.000 asistentes. Pero más que el número de eventos, lo que es más importante es su calidad, ya sea por el tipo de evento como por su nivel internacional.

¿Ha ido entonces mejor de lo que se esperaba?
La sensación asociativa es que estamos todos en velocidad de crucero, tanto en Ferias como en Congresos. Sin embargo, ni el Corporativo ni el viaje de Incentivos están recuperados. Dentro de los segmentos del MICE, Ferias y Congresos están ya recuperados, pero con importantes amenazas en el horizonte.

Este primer semestre del año ha sido "excepcionalmente bueno".

¿Qué amenazas?
Me refiero a la inflación, los precios, los suministros y la movilidad.

¿Por qué la movilidad?
En ciudades como Málaga, el MICE se está resintiendo por la falta de billetes para desplazamientos desde Madrid, por ejemplo. El AVE está en grandes dificultades para satisfacer la demanda de negocio.

¿Faltan plazas?
Hay déficit de plazas, pero además los billetes están caros. Antes de la pandemia teníamos entre 12 y 14 frecuencias al día y nos hemos quedado en nueve. Además, han dejado de hacer la última frecuencia del día, por lo que si vas a Madrid a una gestión tienes que pasar noche. Y es difícil encontrar billetes y con unos precios bastante elevados. Es algo que lleva meses pasando.

¿Se está frenando la actividad por los problemas de transporte?
Eso está ocurriendo. Tenemos ahí un riesgo obvio de afectación al sector MICE, pero el sol y playa también se está resintiendo, porque la dificultad para encontrar billetes es una realidad. Por ello es un tema que lleva la Diputación de Málaga, porque esto afecta a la capital y a toda la Costa del Sol.

Encaje de bolillos

¿Es la conectividad el problema más serio para el MICE en este momento?
No. Para nosotros, en concreto, el problema más importante con el que nos estamos encontrando es la inflación. Para Málaga, y creo que en general es un problema común para todos. Solo las tarifas eléctricas se nos están multiplicando por cuatro. Y no solo la electricidad, también el transporte, por el precio del combustible. Derivar eso a las tarifas de los stands es complejo, porque altera los precios de forma significativa. A eso se añade un factor aún más complejo y es que en nuestro caso esos servicios salen a concurso público. Y cada vez que hay ajustar esos precios tenemos que convocar un nuevo concurso. Hay que recordar que los eventos se presupuestan con un año de antelación.

¿Cuánto se ha encarecido la organización de un evento?
Aún no tenemos la cifra exacta. Y, de hecho, esa es una de las cuestiones que se van a tratar en este primer congreso AFE-APCE.

¿No hay cláusulas para ajustar precios a la inflación?
Nosotros somos una empresa pública y las tarifas las aprueba el consejo de administración y las tarifas no son moldeables y en la contratación pública están prohibidas. Estarías obligado a convocar un nuevo concurso público. Es un tema complejo y de difícil tratamiento. Los que estamos sometidos a la Ley de Contratación nos está complicando bastante la existencia, porque hay que hacer encaje de bolillos para llegar a todo y que no salga perjudicado el cliente final.

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¿Y sufre también el MICE problemas de mano de obra como otros sectores?
Sí, tanto la escasez como el encarecimiento. No se encuentra mano de obra en el mercado, por ejemplo, para el montaje de stands, o para la restauración. Y el encarecimiento tiene que ver con la última reforma laboral, que obliga a pagar un alta de temporalidad de 45 euros por contrato, ya sea si es un contrato por cuatro horas o tres meses. Es una demanda que en el sector de la cultura se ha matizado, y que nosotros en nuestro primer congreso conjunto queremos solicitar al Gobierno central.

¿Este déficit de mano de obra pone en riego la celebración de eventos?
Es un tema que fundamentalmente afecta a nuestros proveedores, a la cadena de valor, pero no a los profesionales de los recintos. Por ahora, el suministro y la escasez de mano de obra no ponen en riesgo la celebración de un evento, pero sí dificulta el proceso.

Ha dicho que este 2022 será mejor que 2019. ¿Será 2023 mejor que este año?
El 2023 está ya a un nivel altísimo de ocupación, pero es pronto para decir que será mejor que 2022, porque hay muchas incógnitas respecto a cómo se va a comportar la economía. Nuestra actividad está muy afectada por la curva económica.