Tasa turística: el debate resucita al calor del boom del turismo

El gravamen a las pernoctaciones turísticas vuelve a estar encima de la mesa de muchos ayuntamientos porque, tras dos años de pandemia, el turismo es el sector que ha salido al rescate de la economía española en plena espiral inflacionista y crisis energética derivada de la guerra de Ucrania.

"Es el sector que más rápido se está recuperando, el que más está tirando del carro y que está actuando como motor de nuestra economía. Esto ha hecho que hablemos de turismo y por ello, de la tasa turística", destaca Francisco Coll, analista e investigador para España y EuropaGlobal Tourism Forum (GTF) y World Tourism Forum Institute (WTFI).

"Todos los indicadores económicos demuestran que es el sector que se está recuperando de una manera más potente", abunda

"Es evidente la capacidad del turismo para crear empleo y mover la economía rápidamente, después de dos años de parón total. Está claro que la gente quiere salir y viajar y el turismo ha tirado de la economía española este verano", coincide José Tomás Arnau, profesor de Turismo de la Universidad Europea, que constata que este verano las cosas hubieran sido muy distintas para el país de no haberse producido ese efecto champán en los viajes y lanza un interrogante: "¿Qué hubiese sido de nuestra economía este año sin esa recuperación del turismo?". En esta tesitura, considera que de no haberse reactivado los viajes no se estaría hablando ahora de nuevo de estos recargos.

Paralelamente, el gravamen vuelve a salir a escena porque es una medida que se está aplicando en otros destinos europeos y funciona.

"Se habla de la tasa turística porque existen precedentes y hay destinos que aún no la aplican y que con el gravamen contarían con unos ingresos extra que ayudarían a paliar el uso de los recursos públicos por parte del turismo, dado que contribuye con la economía del territorio", incide Coll

Los efectos del turismo

Así las cosas, los expertos ven la lógica de este impuesto en caso de destinos con una gran presión turística. Y ambos ilustran con el ejemplo de Magaluf, donde, de la mano de la reactivación del turismo, ha regresado también el turismo de excesos.

Imagen de Benidorm. Foto: ledinaa en Pixabay.

"Es el destino escogido por miles de jóvenes que quieren disfrutar de una fiesta que, por lo general, acaba en auténticas guerras campales. Y esto no nos sale gratis", indica Coll, que aporta además datos: "Solo para el verano de 2018 esta localidad mallorquina tuvo que desembolsar 140.000 euros para reforzar policialmente la zona", destaca.

"La tasa turística tiene sentido para algunos casos, como por ejemplo Magaluf", coincide Arnau, que destaca que, en plena temporada, el destino necesita hacer gastos adicionales en los servicios de limpieza o sanitarios

En este sentido, el profesor de la Universidad Europea resalta que el efecto multiplicador que tiene el turismo no siempre afecta a todo el mundo por igual, con lo que quienes viven de él se benefician, un lucro que no obtienen los ciudadanos ajenos a la industria.

"Por lo que es comprensible que sí quieran una tasa turística ciertos sectores de la sociedad, y las localidades y territorios donde hay un turismo masivo o intensivo", apunta Arnau.

¿Se acabarán aplicando?

El turismo ha ido viento en popa este verano en muchos destinos, si bien todo apunta que esta situación boyante tiene los días contados, con los tambores de recesión resonando cada vez con más fuerza. Si finalmente se produce ese frenazo de la economía, ¿acabaremos viendo cómo se implantan nuevas tasas turísticas como las que ya tienen Cataluña y Baleares?

Obviamente, nadie tiene la bola de cristal, pero los expertos muestran su escepticismo, por la tormenta económica que se avecina y porque además 2023 será año electoral

"La medida no acabará saliendo adelante porque hay otras muchas que aplicar y solventar antes que la tasa turística. Se va a acabar diluyendo en el tiempo y si acaba saliendo será tras los comicios", destaca Coll, que incide que el momento de haberla puesto en marcha para lograr buenas recaudaciones era meses atrás, con el auge del turismo, y no ahora que nos dirigimos a un escenario de tormenta económica, a lo que hay que sumar el carácter estacional del sector.

"Este verano el ingreso potencial que hubiese tenido hubiera sido mayor que el año que viene. España entera ha viajado y esto hubiera supuesto ingresos para estas ciudades", reitera.

"A nivel político nadie tiene nunca la certeza de lo que va a pasar, porque los discursos cambian mucho", apunta Arnau, que considera que ante un enfriamiento de la economía un impuesto al turismo no es la mejor opción. "Es como matar a la gallina de los huevos de oro o lastrar lo que funciona", asevera el profesor, que defiende que más que gravar al sector habría que protegerlo

Por contra, el analista de EuropaGlobal Tourism Forum sí se muestra partidario al recargo. "No creo que haya motivos suficientes para desalentar la llegada de turistas en un escenario en el que apliquemos una tasa turística", asegura Coll, que alude a otros destinos que ya las aplican y no han dejado de recibir visitantes.

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