Hotel sostenible desde hace 25 años: "La gente pensó que estábamos locos"
El hotel Samba de Lloret de Mar, de 400 habitaciones, fue el primero de España en obtener un Certificado Medioambiental ISO 14001, verificado por la normativa europea EMAS
Publicada 01/09/22- Con los costes energéticos disparándose en Europa, la apuesta emprendida hace 25 años para ser sostenible da sus frutos
- "En 1997, el consumo medio de agua por cliente y día era de 400 litros. En la actualidad, lo hemos reducido a 150 litros"
- "Si no hubiéramos iniciado este camino hace 25 años, hoy estaríamos pagando el doble de energía de lo que pagamos ahora"
Hace 25 años, tras comenzar a reciclar sus aguas grises (reutilizándolas para las cisternas de los lavabos) y poner en marcha varias medidas de ahorro energético, el Hotel Samba de Lloret de Mar fue el primero de España en obtener un Certificado Medioambiental ISO 14001, verificado por la normativa europea EMAS (Eco-Management and Audit Scheme), siendo también el primero de Europa en tener las dos certificaciones. En aquella época, "la gente del sector turístico pensaba que estábamos locos invirtiendo tiempo y dinero en aquello", recuerda Jordi Palacín, propietario de este establecimiento hotelero de tres estrellas y más de 400 habitaciones.
El hotel Samba, que abrió sus puertas en 1972, decidió hace 25 años comenzar a hacer una serie de cosas que nadie o casi nadie hacía entonces en los hoteles de tres estrellas de destinos maduros de sol y playa. ¿Con qué reacciones se encontraron?
Cuando comenzamos a invertir en sostenibilidad, allá por el año 1997, la gente del sector turístico no entendía lo que hacíamos. Muchos pensaron que estábamos locos.
¿Por qué en aquella época decidieron dar el paso hacia la sostenibilidad?
Nos preocupaba el medio ambiente, pero también los costes, las cosas como son. Pero si queríamos ahorrar en agua, luz, gas, etc., primero teníamos que averiguar en qué áreas del hotel se producían los mayores consumos: si era en las habitaciones, los jardines, la piscina, las cocinas, los salones, etc. El contador general no nos facilitaba esa información detallada. Así que pusimos más contadores repartidos por todo el hotel.
¿Y qué descubrieron?
Lo primero que más nos sorprendió fue que el 42% del consumo de agua potable correspondía a las cisternas de los lavabos. En cada cisterna se van 15 litros. Muchos huéspedes pulsaban la cisterna simplemente para tirar por el retrete la colilla de un cigarrillo, por ejemplo. Hablando con el responsable de mantenimiento, pensamos que podríamos reutilizar el agua sobrante de las duchas, bañeras, lavamanos y de la piscina, filtrándola, añadiéndole cloro y bombeándola de nuevo a las cisternas de los lavabos de las habitaciones.
¿Cuánta agua lograron ahorrar?
En 1997, el consumo medio de agua por cliente y día era de 400 litros. En la actualidad, lo hemos reducido a 150 litros.
¿Y una vez comenzaron a reciclar las aguas grises, qué más hicieron?
Después de aquella primera inversión, nos fuimos animando y continuamos invirtiendo en otras áreas para ahorrar luz, gas, etc, mediante alumbrados eficientes, calderas más eficaces, reciclaje de residuos, etc. La Generalitat nos apoyó para conseguir el certificado EMAS y fuimos el primer hotel de España en obtener dicha acreditación, en 1998. Luego seguimos con reducción de plásticos, riego inteligente, nos hemos añadido a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, etc.
¿Cuánto cree que el hotel está ahorrando si no hubiera sido por estas inversiones?
Si no hubiéramos iniciado este camino hace 25 años, en la actualidad estaríamos pagando el doble de energía de lo que pagamos ahora. Todo esto requiere unos costes y un esfuerzo, claro está. También contamos en nuestro equipo con una persona especializada en estas cuestiones.
¿El hecho de ser un hotel sostenible les da una ventaja competitiva sobre otros hoteles de la competencia?
En términos comerciales, no creo que ser un hotel sostenible suponga una ventaja respecto a otros establecimientos sin estas adaptaciones. Algunos clientes sí que valoran el esfuerzo que hacemos, pero en general la gente no está dispuesta a pagar más a cambio de ir a un hotel más respetuoso con el medio ambiente. La gente mira mucho los precios. Para nosotros, la principal ventaja es la reducción de costes, además de la parte ética y moral de estar contribuyendo a un turismo sostenible.
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