¿Airbnb es una amenaza para la hotelería de Barcelona?
La Universitat Oberta de Catalunya ha analizado la postura de los hoteleros
Publicada 04/12/22- En Barcelona hay unas 34.000 plazas hoteleras y unos 19.000 pisos y habitaciones publicados en Airbnb
- Hay hoteles que cuestionan la legalidad de plataformas como Airbnb y otros que lo ven como un competidor complementario
- Todos coinciden en que Airbnb y otras plataformas de alquiler tienen un impacto urbano que genera tensión entre los locales
Los grandes destinos urbanos se han visto alterados por la proliferación de plataformas de alquiler turístico como Airbnb, y eso al mismo tiempo se ha convertido en un reto de gestión en ciudades como Barcelona. Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) analizado cómo vive el sector hotelero la presencia de estos nuevos jugadores. Las opiniones son encontradas: están quienes ven una competencia desleal, quienes no sienten preocupación y los que afirman que los ayudan a innovar.
Según los datos de Turismo de Barcelona, citados en el estudio, en la ciudad de Barcelona hay más de 850 hoteles, de los que 183 son considerados de alta gama, con cerca de 34.000 habitaciones. Mientras que en Airbnb hay 19.000 anuncios de publicados de la capital catalana.
“Los hoteleros de categoría alta no consideran a Airbnb como un competidor directo. No obstante, se detectan diversos matices en su discurso, que oscilan desde una posición de superioridad de producto hasta posiciones de mayor preocupación por los efectos de Airbnb sobre su actividad y por su carácter disruptivo", remarca Francesc González Reverté, autor principal del trabajo publicado en la revista científica internacional Tourism Geographies.
Según el estudio, hay un discurso mayoritario de que Airbnb no es motivo de preocupación para los hoteles de categoría alta porque, entre otras cosas, son dos modelos que responden a perfiles de demanda muy diferentes. Las cadenas hoteleras vacacionales, en cambio, ponen el acento en que Airbnb puede contribuir a transformar la oferta hotelera menos consolidada o rentable en apartamentos turísticos.
Las grandes cadenas tienden a ver a la plataforma como un competidor “inexistente” que no afecta a su modelo de negocio. Los que “sí han salido claramente perjudicados” son los hoteles de categoría baja y las pensiones, según recuerda el investigador de la UOC
Otro discurso que surge de la investigación es que Airbnb representa “una preocupación, pero también una oportunidad para aprender e innovar a fin de mejorar”. Esa es la posición de hoteles y pequeñas cadenas urbanas, que ven en la plataforma un estímulo. E incluso están quienes creen que es un competidor complementario y lo visualizan como un “potencial aliado” con el que pueden establecerse nuevos modelos de negocio.
Un punto en el que casi todos coinciden es en la competencia desleal que Airbnb supone para los hoteles y en el “carácter agresivo de Airbnb como componente urbano, dado que da pie a alimentar procesos de gentrificación y la turistificación de los barrios más populares, por lo que es un elemento de distorsión urbana que genera descontento y tensiones entre los miembros de la comunidad local", advierte González.
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Los investigadores señalan que este tipo de trabajos resultan muy útiles para identificar el posicionamiento de los actores turísticos, pero también sus paradojas. "En el caso de los hoteleros de categoría alta, llama la atención que determinados elementos de su discurso sobre plataformas como Airbnb coinciden con los argumentos empleados por los movimientos sociales que protestan ante este tipo de turismo. Es decir, ambos colectivos perciben Airbnb como una actividad que genera externalidades urbanas y que, por tanto, debe ser limitada y regulada con rigor, pero lo hacen con unos objetivos y una mirada estratégica diferentes", añade el profesor.
A pesar de la regulación actual en este tipo de plataformas en Barcelona, diversos colectivos vecinales y organizaciones sociales reclaman la necesidad de usar métodos de seguimiento y censo del alquiler de apartamentos y de su evolución temporal. También exigen la limitación de concentración de apartamentos de alquiler en determinadas áreas, el establecimiento de tasas de uso turístico a los usuarios y propietarios o la distinción entre pisos comerciales y de sharing.
"Eso sí, estas medidas no se contemplan para dar respuesta a las necesidades de los hoteles, sino para reducir los impactos urbanos de Airbnb, sobre todo en la lucha contra la deslocalización residencial debido al aumento de precio y la escasez de vivienda; sin embargo, el sector hotelero puede verse indirectamente beneficiado por las medidas de regulación del competidor", concluye González.
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