Vistazo a 2023: las claves económicas y geopolíticas
Un recorrido guiado a través de los principales retos a los que se enfrentan las empresas turísticas en el nuevo ejercicio, tras un 2022 que fue de extraordinaria recuperación tras dos años de pandemia
Publicada 16/01/23Artículo exclusivo para suscriptores Premium
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Este reportaje ha sido publicado en la revista HOSTELTUR de enero de 2023, que ya puedes descargar como documento PDF en el siguiente botón de enlace:
"Medida keynesiana directa que provoca inflación"
Según explica Christopher Pissarides, Premio Nobel de Economía 2010, para comprender el panorama económico actual es necesario tener en cuenta -además de la gigantesca disrupción originada durante el período álgido del coronavirus- las medidas que pusieron en marcha los gobiernos para hacer frente a la recesión derivada de la pandemia.
Pissarides, durante su intervención en el Foro Internacional de Turismo de Maspalomas Costa Canaria el pasado noviembre, recordó en este sentido “los enormes programas de gasto” desplegados por las administraciones públicas en numerosos países.
“Esos programas de apoyo lanzados durante la COVID fueron buenos, en general, para prevenir que la pandemia causara más dificultades a las familias”, indicó el premio Nobel de Economía.
Sin embargo, una vez las sociedades se van moviendo hacia un mundo pospandemia “ese gasto es inflacionario y debe revertirse”, añade Pissarides, quien confía que los Bancos Centrales recuperen protagonismo, aunque “está resultando difícil”.
Y es que según explica este premio Nobel, “la liquidez puesta en la economía durante la pandemia es una medida keynesiana directa y provoca inflación si no se frena al final de la recesión”. En todo caso, ese gasto público durante la pandemia “es solo una de las causas de la inflación”, matiza Pissarides.
Las causas de la inflación actual serían por tanto “el gasto durante la pandemia que creó un exceso de liquidez”; “la guerra en Ucrania, que interrumpió el suministro de cereales y otros productos agrícolas, incrementando sus precios”; “las sanciones a Rusia, que han hecho aumentar los precios de la energía”; así como las “restricciones a la movilidad y los viajes debido a la pandemia, especialmente en China, lo que interrumpió las cadenas de suministro”.
Y el problema es que estos otros factores externos “encarecen las necesidades tanto de los consumidores como de los productores”. Esas modificaciones en los precios “son más difíciles de manejar” desde un punto de vista de política económica, teniendo en cuenta todas las consecuencias sociales derivadas. “Los precios más altos de los alimentos y la energía por razones externas castigan a las familias, especialmente a los hogares de bajos ingresos”. Pero en opinión de este premio Nobel de Economía, “el papel de los gobiernos es decidir cómo se distribuye la carga, si no les gusta la forma en que el mercado la asigna, no cómo eliminarla”.
Por todo ello, reconoce Christopher Pissarides, “la tarea a las que se enfrentan los gobiernos y los bancos centrales es difícil. Por un lado necesitan revertir el gasto de la pandemia y reducir la demanda. Por otro lado, las empresas se enfrentan a una reducción real de la demanda debido a la inflación y a los altos costos debido a la subida de la energía y otros precios.
Subida de tipos de interés, transición ecológica...
En todo caso ¿qué opciones tienen los gobiernos? Según Pissarides, la primera medida a tomar es clara: “los bancos centrales tienen que subir los tipos de interés para compensar en parte las presiones macroinflacionarias”.
En segundo lugar, “la política fiscal se reorienta hacia la transición ecológica de los empleos y la producción en general. Un aspecto positivo de esta medida es que los precios más altos de la energía brindan incentivos para acelerar el ajuste hacia las emisiones netas de carbono cero”.
Una tercera medida sería, dice este premio Nobel, que los gobiernos redistribuyan la carga que supone el aumento del coste de la vida. “Esta es una decisión sociopolítica. Una opción es aumentar los impuestos y utilizar esos ingresos para compensar a las familias de bajos ingresos”.
El turismo, un bien considerado de "lujo" por los economistas
¿Y qué perspectivas nos aguardan en 2023? Para el Premio Nobel de Economía Christopher Pissarides, “las perspectivas parecen sombrías: la demanda ha bajado y los costes suben. Deberíamos estar entrando en recesión pronto”, afirmó durante su intervención en el Foro Maspalomas, el pasado 17 de noviembre. “Las previsiones para la industria turística son incluso peores que el promedio”, añadió.
¿Por qué Pissarides pronostica que a la industria turística le irá peor en 2023 en comparación con otros sectores de la economía en un contexto de recesión? “Desde el punto de vista de los economistas, el turismo está considerado como un lujo para la población en general. De hecho, en épocas de crecimiento económico, cuando aumentan los ingresos, la gente gasta más en turismo que proporcionalmente en otros bienes y servicios. En cambio, en épocas de recesión, los sectores considerados como un lujo sufren más”.
Pero a pesar de ese principio económico, este experto considera que la demanda de viajes se verá favorecida por dos nuevos factores que no existían hace unos años: “la gente trabaja menos horas a medida que aumentan los salarios por un lado; y por el otro tenemos el envejecimiento de la población”.
El FMI habla de "combinación única de factores adversos"
Lo cierto es que casi todos los organismos financieros y entidades bancarias estiman una desaceleración económica para 2023.
Por ejemplo, y según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), “los países que representan aproximadamente un tercio de la economía mundial registrarán durante dos trimestres consecutivos una contracción del producto interno bruto real”. Ver también las proyecciones globales del PIB por países en la infografía a doble página situada detrás de este reportaje.
“Las perspectivas de crecimiento económico mundial se enfrentan a una combinación única de factores adversos, en concreto, la invasión rusa de Ucrania, el aumento de las tasas de interés para contener la inflación, y los efectos persistentes de la pandemia, como son los confinamientos en China y las perturbaciones en las cadenas de suministro”, añade este organismo.
“El entorno de la política macroeconómica está rodeado de una incertidumbre inusual”, indica el FMI. No solo eso: “Europa tiene que abordar la combinación tóxica de inflación alta y flojo crecimiento”. La palabra maldita es estanflación.
BBVA: "Parece difícil repetir el crecimiento de 2022"
En este complejo entorno económico, es difícil que la recuperación del turismo observada en 2022 se repita con la misma intensidad en 2023, según indica Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research. “La recuperación del turismo ha sido una de las sorpresas positivas del 2022. Sin embargo, hay dudas razonables respecto a su evolución futura”, apuntaba este experto en un artículo firmado el pasado 7 de diciembre.
“Los principales factores detrás de la recuperación difícilmente volverán a tener el mismo impacto en 2023. Por ejemplo, en 2022 el sector se ha visto beneficiado por el efecto positivo de la flexibilización de las restricciones y la inmunización de la población europea frente a la COVID. Esta situación no se repetirá el siguiente año”.
“Aunque es cierto que en los sucesivos meses podríamos ver que se normalizan los flujos provenientes de otros países de origen que han ido con retraso en este proceso, esto probablemente se verá compensado por la decisión de hogares de renta media y alta de viajar fuera del continente”, añade Miguel Cardoso.
“A ello hay que añadir que las familias europeas han visto reducida su capacidad de compra por el aumento en la inflación. Aun cuando existe una bolsa de ahorro acumulado durante la pandemia, la incertidumbre sobre la evolución de la economía en los siguientes meses puede ser suficiente para limitar su uso en estos servicios”, indica el economista jefe de BBVA Research.
“Además, viajar hoy es mucho más caro que hace un año. El incremento en el valor del combustible ya se ha transmitido al precio del transporte y la recuperación ha llevado a un encarecimiento del coste de alojamiento. Es verdad que este aumento en los precios responde también a un incremento en el coste de los insumos. Al encarecimiento de alimentos y energía se añadirá el aumento en los salarios, en un entorno de falta de mano de obra cualificada”.
La nota positiva, añade, es que las empresas del sector turístico, “en general, presentan niveles adecuados de apalancamiento”. Y por otra parte, “el sector ha logrado cierta transición hacia un negocio enfocado en segmentos de alto valor añadido”. Además, “España continuará gozando de una demanda cautiva, producto de la inseguridad de algunos destinos alternativos. En suma, parece difícil repetir el crecimiento de 2022, y replicar los niveles sería un logro fenomenal”.
CaixaBank: la energía explica el 40% de la inflación
¿Y qué podría suceder más allá de 2023? Según apuntó David Rico, director de Caixabank Hotels & Tourism, durante el Foro BTM organizado por la Fundación Climent Guitart en Lloret de Mar a finales de octubre, “en nuestras previsiones a dos y tres años, nuestro servicio de estudios pone el foco en el problema de la energía, causante en un 40% de la inflación que estamos sufriendo".
"Consideramos que ese coste tenderá a rebajarse en los próximos dos años, pero con efectos secundarios en la producción de bienes y alimentos. Por eso seguiremos con ciertas presiones inflacionistas en 2023 y 2024. Por poner cifras, prevemos niveles de inflación en España del 4,5% para 2023 y del 2,2% para 2024. Volveríamos a niveles más controlados, lo que quitaría cierto miedo a lo que está ocurriendo, más coyuntural”, añadió.
“La reducción del gas procedente de Rusia está siendo compensada por el gas natural licuado de EEUU principalmente. Los analistas son relativamente optimistas y creen que tendremos suficiente abastecimiento para pasar el invierno de 2023 y el invierno de 2024, si bien habrá que reducir algo el consumo”, explicó el director de Caixabank Hotels & Tourism.
“Una vez logrado ese abastecimiento, conseguido ese control de la inflación, a partir de ahí podremos ver en España y su entorno recesiones puntuales, como un par de trimestres enlazados con decrecimiento”. Ahora bien ¿Cuánto tiempo podría durar ese período de altibajos económicos? “Vienen dos años con un crecimiento moderado. La recuperación plena podría llegar hacia la segunda mitad de 2024”, añade David Rico.
¿Y cómo afectará todo ello a la demanda turística? A pesar de las incertidumbres económicas, la inflación, etc, el servicio estudios de CaixaBank estima que el PIB turístico de 2023 se situará ya a un nivel muy similar al de 2019, antes de la pandemia. No obstante, se trata de previsiones macroeconómicas.
“Debemos insistir en que esto irá por barrios”, matiza David Rico. “Habrá hoteleros que verán cómo se les encarece una reforma por el incremento de coste de los materiales, o establecimientos muy dependientes de la turoperación que no podrán repercutir el alza de precios…”
A todo ello, además, se irán añadiendo las cuestiones medioambientales ligadas a criterios de sostenibilidad, que incluso condicionarán el acceso a la financiación.
“En una fecha determinada va a haber empresas verdes y empresas marrones. Y las empresas verdes serán las que entidades financieras e inversores podrán financiar y las marrones, no. Vamos a llegar ahí. De hecho, en la actualidad el propio banco, cuando hace una emisión de bonos, consigue mejores condiciones cuando son préstamos sostenibles los que respaldan esa emisión en comparación con una emisión normal a mismo plazo. Pues al final el banco va a trasladar esa bonificación hacia los préstamos sostenibles”, pronosticó el director de Caixabank Hotels & Tourism.
The Economist: "Europa está lejos de ver el final de la crisis energética"
Hablar de la energía, causante de ese 40% de la inflación, es hablar de Vladímir Putin.
Según advertía la revista The Economist recientemente, “Europa está muy lejos de ver el final de la crisis energética. Los precios subirán cuando lleguen las olas de frío y otros compradores de gas natural licuado, sobre todo asiáticos, compitan por los cargamentos. Rusia, tras sus reveses militares, podría redoblar la presión".
"Las opciones de Putin incluyen interrumpir todos los envíos de gas a Europa o destruir infraestructuras. Semejantes medidas (o el uso de un arma nuclear táctica) desencadenarían otra oleada de sanciones por parte de Occidente”, añade la publicación.
De hecho, un análisis llevado a cabo por The Economist, en colaboración con los expertos en modelos de la consultora Rystad Energy, advierte que “la complacencia es peligrosa. Las cosas podrían ponerse muy feas, muy deprisa”.
Josep Piqué: Rusia quiere recuperar espacio de la URSS
En el momento de cerrar la edición de esta revista, a finales de diciembre, la guerra en Ucrania continuaba y la pregunta que muchos se hacían es de qué manera podría negociarse un acuerdo de paz.
¿Pero estará dispuesto Putin a dar marcha atrás en su objetivo de que Rusia recupere esferas de influencia que perdió al desintegrarse la URSS en 1991?
Al fin y al cabo, Vladímir Putin ordenó a sus tropas invadir Ucrania el 24 de febrero de 2022 para convertir de nuevo a este país en un estado vasallo de Moscú. El plan era conquistarlo todo. De ahí el primer asalto directo contra la capital de Ucrania, Kiev, que fracasó en abril. Pero no había estrategia de salida ni plan B por si las cosas no salían como esperaban, lo que dificulta ahora negociar la paz o tan siquiera una tregua.
Cabe recordar que Putin, ya en un lejano 2005, declaró que el colapso de la Unión Soviética fue “la catástrofe geopolítica más grande del siglo XX”. Para el pueblo ruso esto representó “un verdadero drama”, dijo. “Decenas de millones de nuestros ciudadanos y compatriotas se encontraron fuera de su territorio ruso”, afirmó refiriéndose a la independencia de las repúblicas soviéticas. En su mensaje anual a la nación de aquel año, insistió en la necesidad de defender los “valores rusos” y “reforzar nuestra comunidad histórica” en los países de la ex URSS.
Desde entonces, Putin ha tratado de restituir el poderío ruso y sus esferas de influencia, pero en Ucrania sus planes de expansión salieron terriblemente mal.
En opinión de Josep Piqué, exministro de Exteriores del Gobierno, expresidente de Vueling y doctor en Ciencias Políticas y Empresariales, “Rusia tiene el objetivo de que se reconozca su estatus de gran potencia y eso va ligado a la recuperación del espacio postsoviético. Putin se compara con Pedro el Grande. En ese esquema, Rusia siempre ha considerado que la mejor manera de defender sus fronteras es extenderlas, como dijo Catalina la Grande”.
Y a pesar de los reveses militares que han sufrido las tropas rusas en Ucrania, Josep Piqué advierte: “Es prematuro decir que Rusia ha perdido guerra en terreno militar. Está atacando instalaciones energéticas. Y ninguna de las dos partes está en condiciones todavía de un alto el fuego porque entienden que aún pueden ganar posiciones antes de sentarse a la mesa de negociaciones”.
En cualquier caso, Josep Piqué considera que “la operación ha sido un desastre y ha provocado justo el efecto contrario de lo que buscaba Putin. Nunca como hasta ahora el sentimiento nacional ucraniano y antiruso ha sido tan fuerte en Ucrania; Finlandia y Suecia han solicitado el ingreso en la OTAN; Rusia tampoco ha controlado el Mar Negro y ha perdido capacidad de actuación en Asia central… Pero hoy por hoy no veo una eventual negociación en el futuro”, dijo el exministro de Exteriores a finales de octubre, durante el Foro BTM organizado por la Fundación Climent Guitart en Lloret de Mar.
En cualquier caso, añadió el exministro, “vienen momentos malos, pero no pésimos. No estamos abocados a una gran recesión, sino a recesiones suaves en EEUU y Europa, así como a una reducción de las tasas de crecimiento en China. Esta fase puede prolongarse durante un año y medio, donde el crecimiento de la economía mundial será muy escaso. Pero la inflación tiene que comenzar a declinar por efecto estadístico, entre el 2% y 4%. Lo que hay que hacer es tener mentalidad estratégica, para ir más allá del futuro inmediato”.
Esa mirada a largo plazo, según advirtió Josep Piqué, también obliga a ver más allá del ombligo de Europa. “El centro de gravedad del planeta ya no está en el Atlántico, sino que se ha desplazado irreversiblemente hacia el Indo-Pacífico. Esto cambia la perspectiva de cómo debemos interpretar episodios como la guerra en Ucrania. Vuelve la regla de los fuertes, la pretendida legitimización del uso de la fuerza. En la UE vivimos en un jardín como dice Josep Borrell, pero el resto del mundo es cada vez más una selva, pues vamos a un mundo donde cada uno persigue sus intereses”.
Palancas de crecimiento para el turismo español en 2023
El sector turístico español sigue mostrando “señales de fortaleza”, a pesar de las incertidumbres, según CaixaBank Research.
De hecho, “la demanda turística aún goza de importantes palancas de crecimiento, con lo que estimamos que completará su recuperación en 2023”, añadía el servicio de estudios de CaixaBank.
Por ejemplo, “anticipamos que, de cara a 2023, la recuperación de las llegadas internacionales no europeas será una de las palancas de crecimiento. Además, supondrá la vuelta de los mercados emergentes previos a la pandemia, que fueron los que más potencial de crecimiento ofrecían”, apunta el economista Javier Ibáñez de Aldecoa.
Ademas, “por el momento parece que el sector turístico ha sido capaz de aumentar sus precios sin que la demanda turística se haya visto muy resentida”. También las búsquedas en Google de viajes a España “mantienen una dinámica positiva”.
El incremento de costes del 27% lastra la recuperación
A pesar de que 2022 ha sido un año “positivo” para el sector turístico, con un verano que en algunas zonas alcanzó cifras prepandemia y un otoño mejor de lo esperado, el incremento de costes de entre un 25 % y un 27 % de media respecto a 2021 ha lastrado los balances y ha pospuesto la recuperación a 2023, dice la Mesa del Turismo.
Así lo señala el presidente de esta asociación empresarial, Joan Molas. Por otra parte, la “sorpresa positiva” puede ser la recuperación antes de lo previsto del segmento MICE (congresos, reuniones, eventos y viajes de incentivos).
Pero a pesar de los buenos resultados logrados por el turismo en 2022, miles de empresas del sector turístico no solo arrastran aún en sus balances las graves pérdidas de los ejercicios 2020 y 2021, sino que además este año han tenido que soportar un aumento de costes de hasta el 27%, recuerda Joan Molas.
“Por todo ello, seguimos insistiendo en la necesidad de un PERTE para mantener la competitividad del sector turístico, de hasta 12.000 millones de euros, que podrían financiarse con fondos Next Generation. Hasta ahora se han repartido en España un total de 46.000 millones de euros Next Generation, pero al sector privado solo ha llegado el 20%”, añade.
China, la incógnita que marcará la economía global en 2023
Pekín comenzó a relajar la política de “cero covid” a finales de 2022, pero las nuevas oleadas de casos de coronavirus que se prevén podrían de nuevo frenar al gigante asiático en 2023.
El gobierno de China mostraba una “gran confianza” en que la economía nacional experimente una mejora notable en 2023 ante el desmantelamiento de la política de tolerancia cero contra el coronavirus, según indicó a mediados de diciembre el vice primer ministro Liu He. Pekín se había marcado un objetivo oficial de crecimiento de en torno al 5,5% para el cierre del ejercicio 2022, pero la crisis inmobiliaria así como las duras restricciones y confinamientos han lastrado la actividad económica.
Sin embargo, los epidemiólogos advierten que las nuevas oleadas de coronavirus y fallecimientos podrían paralizar la economía china, repercutiendo otra vez en las cadenas de suministro mundiales.
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Este reportaje ha sido publicado en la revista HOSTELTUR de enero de 2023, que ya puedes descargar como documento PDF en el siguiente botón de enlace:
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