Turismo rural: reingeniar más que reinventar
Publicada 05/06/13
Post/ El turismo rural necesita mucho más que reinventarse, necesita reingeniarse: añadirle procesos de cambio estructural de base, desde tomar medidas políticas hasta trabajar por un turismo rural de inteligencia e innovación. Esta es la tesis que defiende José Ignacio Vega en este post.
Últimamente hemos tenido noticias de diversas reuniones que han tenido responsables políticos de regiones del interior español; sin litoral. Estas reuniones que, se llevan teniendo recordamos en este artículo ya 1 año. Casi en el zenith del 2013 estamos sin una verdadera solución para este gran reto que supone para la #marcaespaña dar forma al turismo de interior. Al mismo tiempo que esto ocurre, el mediterráneo avanza en la competitividad de nuevos destinos, más modernos, más óptimos, que amenazan de forma directa al ya endémico litoral español. Ante este escenario, se plantea de nuevo de forma oficial ya, el futuro del turismo rural español.
Parece que casi 1 año de reuniones ha servido para descubrir que, la heterogeneidad de categorías de alojamientos rurales en España,- producto del capricho administrativo y haber sido, como no, el mundo rural un campo de experimentación para muchos-, es un desastre, y hay que empezar por ahí. Lo cual como se suele decir, ya es algo.
Pero evidentemente hay objetivos internos que cumplir y objetivos externos que superar. Hay que trabajar con las oportunidades pero también con las debilidades. La cuestión es, por donde se empieza y si trabajar solo en objetivos internos o viceversa, será suficiente. Todo parece indicar que no. Trabajar solo en objetivos internos (homogeneizar categorías, hacer promoción de cara el turismo interno, etc.), supone un maquillado político que generará una recesión definitiva al turismo rural español.
Durante años ya, venimos oyendo la frase de “reinventar el turismo rural”. Yo digo aquí más aún; reingeniar contra reinventar. Reingeniar porque a ese invento hay que añadir procesos de cambio estructural de base, que pasen desde tomar medidas políticas hasta trabajar de una vez por todas por un turismo rural de inteligencia e innovación. Inteligencia que permita crear estrategias en base a la demanda (no solo la interna), la diferenciación de destinos y la conservación del patrimonio de cada territorio. Estas estrategias permitirían crear destinos temáticos de interior y unidos a ellos, verdaderas experiencias que reclama la demanda ya agotada de un turismo rural barato, cutre y aburrido.
Por otro lado, no hay que olvidar que, otro reto para este turismo desarrollado en espacio rural, es el ecoturismo. Este segmento (que crece más rápido que cualquier otro en la industria del turismo), tiene un recorrido todavía en España impresionante, en base a sus espacios protegidos y a unos recursos que convierten aún hoy, a España en el puente maravilloso entre el viejo continente y África. Pensar que, este segmento puede competir directamente con el turismo rural tradicional, es un concepto antiguo y trasnochado, no ajustado a la realidad por ridículo, pues además de las sinergias creadas, el turismo rural moderno tendrá que superar retos no solo de tecnología, sino también de conservación y desarrollo local, y no solo gestionando humildemente sus residuos.
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